Love&Conflicts HIGHLIGHT (비스트 B2ST)

Capítulo 19

     Doblaba mi ropa con suma delicadeza o en lo que cabía para mi estado de animo sumado al ambiente que había en mi habitación, Doojoon esa noche me había acompañado para empacar mis cosas, lo cual por un momento pensé que podría ser buena idea, hasta que la baja energía llegó.

    Cada franela o pantalón sufría cuando las lanzaban a la pequeña maleta negra, Doojoon a veces me dirigía la mirada ya que ni siquiera hablábamos, era estresante estar en aquella situación, se que era por mi viaje a Londres, pero no era la mejor forma de pasar el tiempo estar enojado.

—Basta, quieres—.Dije ahora cerrando la maleta para que dejara de lanzar cosas en ella.—Si quieres hablar, vamos a hacerlo pero no te desquites con mis cosas.

—¿En serio?

—Si.

—Dime, ¿Qué te podría decir que ya no sepas?; que te vas a ir a Londres a estudiar por tres años, que no me lo contaste sino hasta que llegó tu carta de admisión y que Corea fue tu segundo plato.

—Primero que nada, Corea nunca fue mi segundo plato, tu sabes lo difícil que es conseguir becas en cualquier lugar del mundo y ya en mi mente tenía el plan hecho, aunque la carta de admisión llegara cuando aún estuviera en Venezuela solo iban a hacer tres años de los cuales nosotros dos no nos podríamos ver, ya que ibas a estar en el servicio.

>>Además, el que llegara la carta de Corea primero fue una señal para mi, ¡SI! Me iría a un país del cual la cultura era extremadamente diferente a la mía por un loco amor que nació en un concierto en vez de irme a Londres donde estaba mi familia. Dime, si tu hubieras estado en mi lugar en aquel momento, ¿habrías hecho lo que hice?

Un silencio invadió la habitación por un momento otorgandome la respuesta que no quería. Inmediatamente cerré aquella maleta pensando por un momento en sucumbir a las lágrimas, respiré por un momento para así omitir aquel pesado silencio.

—No lo hubieras hecho, ¿verdad?

—No se.

—¿Y eso cómo me deja Doojoon?; ¿La loca enamorada que siguió a un loco amor a través de 15 000 Km?

— Y con eso me terminé enamorando aún más de ti—. Dijo suavemente mientras veía a través de mí.—Pero, ¿Por qué no me dijiste antes de ir a estudiar a Londres?

—Porque ya había perdido la esperanza de entrar a aquella academia, el recibir esa carta tanto tiempo después fue algo que simplemente no esperaba y el dejar pasar una oportunidad como esta es...

»Dime algo, si la creación de la nueva empresa dependiera de mudarse a Estados Unidos, ¿Te irías?

—Si.

—Lo sé. Y lo entiendo y al mismo tiempo entiendo porque tu enojo, porque si te fueras derrepente a Estados Unidos también me molestaría—. Dije mientras acariciaba su mejilla mientras una sonrisa agria escapaba de mi—. ¿Podrías intentar por un momento no dudar de mis sentimientos?

—Es que tengo miedo—. Un susurro ahogado emergió de él, lo cual se filtro hasta mi corazón.

—Amor

—Tengo miedo de alguien más te ame, porque es imposible que nadie te ame, eres un rayo de luz pero creo que mi mayor miedo es que tu ames a esa persona—. A cambio de sus palabras llenas de un dulce dolor una lágrima se escapo de mis ojos.

—Doojoon, te amo—. Fue lo único que pude decir dejando pequeños y lentos besos en su rostro hasta llegar a sus labios y donde un beso urgido y lleno de pasión nació para tratar de calmar aquella ansiedad que nacía en nuestros corazones.— No eres el único que tiene miedo—. Di otro pequeño beso en su mejilla.—A veces pienso que existirá otra fanática loca que pueda cruzar un mar por ti que te pueda enamorar o que alguna de las modelos o cantantes te puedan seducir.

—No creo que eso sea posible, tu pusiste un hechizo en mi cariño.—Una pequeña risa salió de él, empezó a acariciar mi cabello.

Le sonreí y al momento quité de la cama la pequeña maleta negra y así jale de su camisa y lo tumbe en la cama y me senté en sus caderas.

—¿Qué estas haciendo pequeña?—. Su cara ahora se había iluminado con hermosa sonrisa.

—Llegando tarde a casa de tu hermana—. Solté mi cabello que hasta en ese momento estaba atado en una coleta y al instante me quitaba la franela manga larga quedándome solamente con el sujetador beige liso.

En aquel momento sabíamos que no íbamos a llegar ese día a cenar en aquella reunión familiar en unas pequeñas cabañas a las afueras de la ciudad y a pesar de eso estábamos dispuestos a eso. Disfrutar cada momento donde estuviéramos juntos. Esa fue nuestra promesa en vela de aquella noche.