De amor y tormento #2 "De amor y soledad".

Capítulo 24

Cuando el avión en el que Eloise iba aterrizó, ella recogió el equipaje se encaminó al departamento que sería su hogar mientras estaba en la ciudad que había vi elegido para comenzar una nueva vida, la primavera estaba resultando bastante calurosa y al entrar puso el aire a la temperatura indicada y se dio un baño, que la dejó relajada. La gente de la empresa que la había contratado le dijo que la casa tenía todas las comodidades que ella necesitaba y se encontró con una heladera llena de comida, entonces se dispuso a alimentarse mientras miraba un poco de televisión local. Suspiró, así sería por unos días más.

Los días pasaron con lentitud, demasiada lentitud. Mientras organizaba la vida que llevaría en la nueva ciudad, la conocía de a poco y cada rincón que exploraba le parecía más y más maravilloso, aunque todos los rincones le recordaban que había alguien esperándola y estaba emocionada porque cada día faltaba menos para estar a su lado.

Nick vivía en Nueva York otra vez, se había instalado en el que era su departamento antes de irse a Texas y descubrió que todo lo que le rodeaba era frio y gris. Como si nada ni nadie tuviera sentido en ese pequeño rincón a metros de altura.

Cuando retornó a su trabajo, se sorprendió al ver lo bien que iba todo y que muchos clientes necesitaban de su servició y enseguida se volcó enteramente a eso. Realmente necesitaba mantener su mente ocupada para no perder segundos, minutos u horas pensando en ella y en cuando se verían.

Poco después de llegar a la ciudad lo volvió a llamar Alfredo y Nick supuso que era para darle su parte a Axel al que había visto el día anterior almorzando con unos clientes y que el único saludo que le había dirigido era un leve asentimiento de cabeza.

Por la noche y ya duchado, pidió comida preparada y comenzó a revisar unos papeles, su asistente personal le dijo que la secretaria nueva estaba en espera y que el veinte de abril estaría lista para reincorporarse a sus tareas, ya que antes había sido imposible por problemas de salud, le había mandado un archivo con la información, pero Nick sin querer la borró y no volvió a solicitarla nuevamente, pues confiaba en el criterio de su asistente que llevaba años con él en el negocio.

Marzo dio paso a Abril y los días eran cálidos y de colores alegres, el departamento de Nick comenzó a llenarse de plantas y color. Cambió las cortinas blancas por unas de color amarillo muy claro que combinaba con el parqué marrón oscuro, se deshizo del juego de la sala de color negro por uno blanco con almohadones con estampas en amarillo claro y cambió la mesa de café de madera por una de acero y cristal con un florero de cerámica blanca al centro.

Al balcón ya lo habitaban algunas plantas con flores que caían alegres hacia el suelo y el mismo se sorprendió regándolas al amanecer y al atardecer, como había visto hacer a Eloise al final del otoño, atendiendo a esas lindas plantas de época invernal.

Era sorprendente como había cambiado en esos meses, se sentía como hacía mucho no se sentía y el saberse esperando por el amor de su vida lo llenaba de esa alegre expectativa que trae consigo únicamente felicidad.

Entró al cuarto ya sin camisa, se tiró en la cama de sabanas y edredón blanco, era otro de los espacios que había cambiado, todo lo que era negro se volvió blanco y lo que era gris ya no formaba parte de la decoración, la luz que entraba por las ventanas era cálida y unas palomas se asentaron en la baranda de la terraza que estaba decorada por un juego de jardín hecha en hierro forjado que era en donde comía los viernes por la noche acompañado de esa deliciosa soledad que trae consigo los mejores recuerdos.

Después de darse un baño fue a la cocina y se preparó una cena ligera basada en pechugas de pollo y salsa de queso con fideos de caja —sus favoritos— y una copa de vino blanco, se sentó a comer en la encimera de la cocina y repasó los mails que tenía en la casilla, cuando vio uno que hizo muy difícil tragar.