Capítulo 11

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Eloise dejó el cubierto sobre el plato y se limpió la boca, luego miró atentamente a Nick que depositaba la copa vacía y la mesa.

Ella lo estudió atentamente; cabello prolijamente cortado, ojos oscuros, labios gruesos debajo de una inquietante nariz, una nariz que le hacía recordar mucho a Theo James, pero él no era el galán de "Divergente" era «su» galán.

El dueño de su propia historia.

Esa idea hizo que le ardieran las mejillas.

—Primero te quedas en silencio y luego te sonrojas. Una mujer que hace eso no es de fiar —dijo Nick de pronto.

—¿Cómo? —preguntó ella, bebiendo gaseosa cola.

—Porque hay dos cosas que me haces pensar, la primera es que te da vergüenza estar conmigo y la segunda es que te gustaría estar conmigo desnuda... en una cama.

La chica se atragantó con la gaseosa y comenzó a toser, sintiendo como sus mejillas se ponían cada vez más y más calientes.

En realidad no había pensado en ninguna de las dos opciones hasta que Nick dijo una última.

—O la tercera... ya sé que mi nariz es como la de ese Theo James... pero tampoco es para tanto, amor, creo que yo soy más guapo.

En efecto lo era y mucho...

Eloise miró el plato.

—¡Ah! ¿Con que esa tenemos...?

—No... bueno en realidad pensaba primero en tus labios y luego en tu nariz, admito que es una linda nariz, pero luego pensé en...

—¿En...?

—En nosotros, pensé en nuestra historia... porque tenemos historia ¿verdad?

—Tenemos historia, claro que tenemos historia.

—Bueno, estaba pensando en ella, en la historia desde que nos conocimos hasta ahora, esta cena y tú gritando que eres mi novio sin pedirme primero a mi si quería ser tu novia.

—Uau tesoro ¿Me haces un monologo de película solo porque no te pedí que fueras mi novia? debo admitir que sí, me equivoque lo hice mal, pero desde la primera vez que te besé te considere mía. Mía y de nadie más.

—Pero las cosas no funcionan así, Nick. El mundo es diferente para mí.

—El mundo es un lugar para todo, tu corazón es mío, yo lo guardaré.

Ella lo miró y sus ojos estaban cargados de tantas emociones que por un instante, de nuevo apareció esa punzada en ese rincón cerca del corazón, de nuevo ese dolor que lo dejaba sin aliento y lo obligaba a apartar la mirada, rogando que la mirada desapareciera, pero cada vez tardaba más en desaparecer, cada vez lo miraba con más sinceridad.

Y eso lo ponía nervioso.

Ya no tenía tantas armas para defenderse de ella y cada pregunta que le hacía a los Austin tenía menos respuesta.

—Hablemos de San Antonio —dijo ella— saque turno de dos días para una guardería canina.

—Saca un turno más porque será viernes, sábado y domingo. Por la tarde merendaremos en una casa que se especializa en chocolate ¿Qué te parece esa idea?

—Estoy encantada —dijo con una sonrisa.

—¿Por mi o por el chocolate? —preguntó con el ceño fruncido.

—Están empatados —dijo sin mirarlo.

—Mira que puedo ganar —dijo con la voz ronca— puedo ser más sabroso que el chocolate, aunque tú... tu sabor no se compara con ninguna de las dulzuras que he probado en mi vida...

De amor y tormento #2 "De amor y soledad".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora