Capítulo 2

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El miércoles por la tarde, después de un largo día de trabajo, de ir y venir por papeles, Eloise se subía al auto para regresar a su casa, cuando alguien la tomó del brazo para sacarla y le cerró la puerta de su mini.

Ella se sobresaltó al ver a Kyle Austin y su hermano Tod quienes la apretaron contra el vehículo.

—Muy bien Eloise. Sigue así, mantente la boquita cerrada y nadie más sabrá tu sucio secreto.

—Aléjate Kyle o pondré una denuncia contra ti por amenazas. ¡Sabes que lo haré! —advirtió. Aunque sus denuncias nunca llegaban a buen puerto.

Los hermanos Austin se miraron y posteriormente se rieron.

—¿Quién te va a creer? ¿La policía? —negó con la cabeza— ¿Te olvidas que tengo amigos adentro? Hasta el nuevo jefe de policía. Nadie te creerá, mi pequeña Eloise. Nadie y créeme que el alcalde poco podrá hacer por ti esta vez.

—Será mejor que seas cuidadosa Eloise —dijo Tod tomando un mechón de su largo cabello entre el pulgar y el índice, para luego llevarlo hasta su nariz y olerlo con una exclamación de placer—. Porque ésta vez yo voy a ser quien disfrute ese menudito cuerpo y créeme que estoy más que entusiasmado ante la idea.

A Eloise se le erizó el bello del cuerpo. Si bien estaba acostumbrada a que los Austin le dieran esas sorpresas, nunca estaba lo suficientemente lista para enfrentarlos.

—Nadie sabrá lo sucedido —dijo Eloise con voz temblorosa, intentando empujarlos, pero sin éxito mientras que Tod le acariciaba los senos— si se alejan ahora mismo... Dos meses más de pasantía y me marcho del pueblo. Nadie tiene porqué saberlo.

Kyle le puso la mano entre los pecho y la empujo hasta que quedo completamente pegada al lateral del vehículo.

—mmm —dijo Tod pegándole la nariz en la unión del cuello y los hombros, mientras que Kyle le apretaba las manos contra el auto para impedirle la huída.

Eloise era pequeña, apenas llegaba al metro cincuenta y Tod y Kyle median más del metro noventa, ella no tenía fuerza para enfrentarlos y mucho menos para defenderse de un ataque de aquellos dos.

—Muero por lamer tu piel, probar el sabor de tus muslos y llenarte hasta que llores y grites. Lo deseo con fuerzas.

Eloise sollozó bajando la cabeza para ocultar su boca de sus labios y evitar que hagan contacto con Tod Austin, a la vez que este hacía todo lo posible por besarla.

—Vas a disfrutar mucho cuando te posea —le dijo al oído, mordiendo su lóbulo—. Vas a llorar y gritar cuando lo haga... te ataré y poseeré con fuerzas.

—Váyanse —les pidió con voz estrangulada— Váyanse y déjenme en paz.

—Ya deja esta zorra Tod —dijo Kyle soltándola al fin—. Vámonos. Estamos perdiendo el tiempo con la frígida de mi cuñada.

Cuando Kyle y Tod se fueron, Eloise se miró las muñecas enrojecidas y se las pasó por el vientre, como queriendo borrar el contacto, pero sabía que esa marca sería mañana una buena magulladura morada.

Se subió al auto y se secó las lágrimas, para luego retocarse el maquillaje y recolocarse la ropa. Se obligó a tranquilizarse porque tenía que pasar por el bazar River a comprar las cosas para la alacena y no quería que las empleadas murmuraran y que el señor Month y su esposa se preocuparan, innecesariamente por ella.

Cuando entró al bazar y tomó el carrito lo primero que vio fue a Clint Ritman, su papá, junto a Mónica Acosta, la mujer por la que había dejado a su mamá, que pasó por su lado llevándosela puesta y empujándola hacia atrás. A punto estuvo de caerse cuando dos manos grandes y firmes la sostuvieron.

De amor y tormento #2 "De amor y soledad".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora