Cuatro

8.2K 723 46
                                    

Utilizamos las palabras para comunicarnos, es la forma más común de trasmitir algo

Existen personas que son incapaces de formular oraciones ya sea por alguna enfermedad o discapacidad.

El gran problema llega cuando somos perfectamente capaces de formular oraciones, pero no queremos hacerlo, nos negamos a hablar y preferimos el silencio.

Alycia estaba sentada en una de las bancas que se encontraban alrededor del jardín, le estaba haciendo bien relajare un poco. Los últimos años de su vida los había dedicado cien por ciento al hospital, a la investigación y claro a su esposo.

La monotonía de su vida la estaba hartando ¿era eso lo que realmente deseaba? Pues no, estaba en un punto sin retorno en el que no quería retroceder, solo quería aclarar su mente y encontrar una solución.

― Buenas tardes mi niña, la doctora Jones la está buscando

― Muchas gracias por avisarme ― le regalo una sonrisa y la siguió de regreso a la clínica.

Después de pasar la mañana con Katherine ayudándola a limpiar la pared había decidido darle un poco de espacio, Alycia también lo necesitaba, su mente no dejaba de pensar e idear maneras de ayudarla.

― Sé que tienes una vida en Seattle, sé que Jason está ahí esperando por ti, se de tus investigaciones y créeme que estoy en una encrucijada... no puedo pedirte que te quedes, seria egoísta de mi parte

― No, escúchame bien Margaret, tú me enseñaste mucho, lo que soy es gracias a ti y si mi vida ahora está en Seattle, pero...

― ¿Pero? ¿Qué sucede?

― No lo sé, últimamente me siento fastidiada, demasiado irritable, los internos en el hospital, los pacientes, Jason...

― Creía que su relación iba mejor que nunca

― Siete años es mucho tiempo doctora Jones.... Pero no me haga demasiado caso, lo importante aquí es que quiero quedarme en Miami, al menos por un tiempo....

― Piénsalo bien Alycia, al fin de cuentas es tu decisión, pero sabes que eres más que bienvenida aquí.

El lugar era perfecto, había paz, había tranquilidad algo a lo que Alycia no estaba acostumbrada, pero si lugar a dudas podía acostumbrarse. Tenía la opción de irse y dejar todo, pero no quería hacerlo, debía ayudar sentía que debía permanecer ahí.

Seattle

Bar 'Dreamer'

Jason estaba en el bar con varios de sus compañeros celebrando el nuevo contrato. Su vida profesional de a poco iba mejorando, cuando decidió ser arquitecto jamás imagino lo difícil que podía llegar a serlo, pero ahí estaba tenía 28 años y estaba en el mejor momento profesional de su vida.

― Brindemos por el gran Jason West ― decía uno de sus amigos.

― Salud ― sonreía

― ¿Cómo esta Alycia? ― le preguntaban

― Genial, de hecho, ahora mismo está en Miami por un caso bastante complejo, la necesitaban allá y pues mi chica debía ir

― La gran doctora Collins, cuídala hermano esa mujer vale oro

― Lo se claro que lo sé ― decía bebiendo un poco de su cerveza ― ella es el amor de mi vida y ella lo sabe

― Y tú eres el amor de su vida ¿no campeón? ― le decía uno de sus compañeros con un tono no tan amigable.

― Algún día te vas a enamorar Harry y vas a tener que sentar cabeza

― Pero no creo que sea poco, en fin, cuida a tu hermosa esposa ― volvió a enfatizar la palabra hermosa haciendo que Jason perdiera la paciencia, no le gustaba que la gente mirara de más a su esposa, era suya.

Con LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora