Con Locura

Veintidós

Katherine observaba el paisaje a su alrededor, la arena de la playa bajo sus pies y el sonido de las olas romper contra las rocas. El clima era perfecto, había un poco de viento, pero eso ayudaba un poco a soportar el calor.

Todo era distinto en aquel lugar, no solo el clima, era como si estuviera en una dimensión distinta en la que no existían las preocupaciones ni los miedos.

Continúo caminando por la orilla sintiendo como el agua comenzaba a mojar sus pies y sonrió, se sentía feliz, era todo lo que podía decir en aquel momento, le agradaba aquella sensación de tranquilidad y paz.

Llevaba casi un año escribiendo su libro en el cual relataba desde los momentos de más oscuridad hasta aquellos en los que una sonrisa se formaba en su rostro dejando que las emociones la embargaran.

― Por fin encontré el bloqueador ― decía Alycia detrás de ella, Katherine giro de inmediato encontrándose con la sonrisa de la doctora.

― Hola ― sonrió y se acercó a la chica

Habían llegado hacia dos horas e instalarse en la casa que Alycia había alquilado no fue demasiado difícil, además de tener una vista preciosa tenían acceso a la playa privada pudiendo de esa manera disfrutar del mar que se mostraba imponente frente a ellas.

― Me encanta esto ― decía sentándose sobre la arena y disfrutando de la vista ― gracias por aceptar este viaje

― Es bueno tener un momento a solas ― susurro ― hay varias cosas que deseo contarte

― Escucho ― se acomodó a su lado

― Me ofrecieron una beca para estudiar ― decía Katherine mientras jugaba con sus manos

― Eso es grandioso Kathy ― dijo emocionada Alycia

― Lo sé, pero no quiero fallar, tengo demasiado miedo de que las cosas vayan tan bien y de repente

― Hey, espera no pienses así ― decía acariciando su mejilla ― si las cosas ahora resultan bien es porque así debe ser, es inútil preocuparse por el futuro porque está fuera de nuestras manos ― susurro dejando un beso en la comisura de sus labios ― solo trata de disfrutar lo que ahora te ofrece la vida Kathy

― Lo hago, pero a veces es tan difícil...

― Si fuera sencillo no sería una buena vida ― se encogió de hombros y continúo observando el horizonte ― yo tenía mi vida planeada y ahora todos esos planes han quedado en el pasado y no me siento mal por aquello, de hecho, me siento más viva que nunca.

― Lo se tienes razón ― susurro lamiéndose los labios ― solo que la vida me ha golpeado demasiadas veces y me siento aterrada

― La diferencia es que no estás sola Kathy ― dijo Alycia brindándole una sonrisa

― Es verdad ― se acercó a besarla.

La noche llego rápido y Alycia se esforzó por prepararle a Kathy una deliciosa cena, habían hablado bastante durante la tarde, sobre todo de los miedos de la chica y las oportunidades que se le estaban presentando. La doctora estaba más que feliz al saber que ella tenía nuevas metas y estaba determinada a cumplirlas dejando a un lado sus miedos.

Para Alycia su relación era un impulso para ser mejor, para lograr encontrar el mejor camino y alcanzar la tan anhelada estabilidad.

Mientras terminaba de servir la comida observo a Katherine sentada al filo de la piscina que existía en la casa mirando fijamente al horizonte y no pudo evitar pensar en las veces en las que la encontró llorando en su habitación en la clínica de Miami, o las veces en las que despertaba a mitad de la madrugada llorando y gritando, aquella chica ahora parecía muy lejana de la realidad, Katherine era fuerte y había dado pasos gigantescos en camino a su recuperación.