Doce

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Constancia.

Dicen que uno debe ser constante y que de esa manera alcanzaras tus metas. Para Alycia era real, llevaba años empeñada en mejorar en investigar y tratar de darles a sus pacientes. Desde que se había decidido por aquella carrera su meta siempre fue mejorar, investigar y lograr que sus pacientes pudieran llevar una mejor vida.

Cada uno de sus trabajos de investigación era una prueba de ello, el comité estaba impresionado con su reciente descubrimiento y como aquello afectaría a otros casos que como el de Katherine se volvían un verdadero misterio.

― Jason ha llamado más de cinco veces preguntando por ti ― decía Margaret mientras Alycia se encontraba en la cocina preparando su desayuno

― Sé que debemos hablar, pero ayer las cosas terminaron demasiado intensas para mi gusto ― aun podía recordar como Jason lloraba pidiéndole que se quedara, recordaba la forma en la que había gritado que quería una familia y eso le daba escalofríos.

― Entiendo eso, pero no me gusta mentirle

― Lo sé, y lo lamento en serio lamento ponerte en esta situación, pero ahora no tengo cabeza para más, en unas horas será la reunión con el comité quienes aprobaran mi trabajo de investigación o simplemente lo rechazaran

― No harán eso, descubriste como salvar a cientos de pacientes atrapados en un mundo que no les pertenecía

― Aun así, uno jamás debe confiarse

― Te has convertido en una gran profesional Alycia y siempre admire tu tenacidad, no dejes que los problemas sean el centro de tu universo, enfócate en lo que verdaderamente importa.

La doctora Collins asintió y vio a Margaret alejarse, no había conseguido dormir mucho, aunque lo que más estaba presente en su mente era como ella y Katherine se habían quedado varias horas mirando el cielo.

Era un momento simple, demasiado pero increíblemente significativo. Era por eso que no conseguía sacarlo de su mente.

― Buenos días ― decía Katherine entrando a la cocina, llevaba una sudadera gris y el cabello recogido en una coleta, se notaba que apenas había despertado y sus mejillas se encontraban algo sonrojadas

― Buenos días Kathy ― sonrió la doctora Collins observándola tomar un poco de cereal y algo de leche.

― ¿Solo beberá café? ― pregunto observándola detenidamente.

― Bueno, no tengo mucha hambre así que me decidí solo un poco de café

― Oh entiendo, me dijeron que va a presentar algo importante

― Así es, presentare los resultados de tu caso...es importante que el comité apruebe mi investigación y de esa manera podremos hacerle saber a la policía que no eres una amenaza para la sociedad

― Ahh vaya...

― Trata de no preocuparte, todo irá bien o Bueno eso espero ― sonrió

― Esta bien Doc. ― suspiro ― me gusto pasar tiempo contigo...

― A mí también Kathy, pero sin duda no fue lo adecuado

― ¿A qué te refieres?

― Soy tu doctora, tu eres mi paciente y existe una delgada línea que no debemos cruzar.

― No lo entiendo...

― Solo mantengamos la distancia

― Lo dice la mujer que dejo a su esposo a mitad de la noche y vino a mi habitación diciendo lo siento ― dijo Katherine evitando que la doctora Collins abandonara el lugar.

Con LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora