Once

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Después de dejar Seattle dispuesto a recuperar a su esposa, Jason mantenía en alto sus esperanzas, había pasado varios días desde que Alycia había dejado todo por aquel caso, pero ya no podía más necesitaba mostrarle a Alycia que la amaba, que era ella todo lo que siempre deseo, que podían salir de aquel bache y podían hacerlo juntos.

― Jason ― susurró observando a su esposo sonreírle. A un par de metros Katherine la miraba fijamente esperando a ver su reacción, pero la doctora no se movía, iba a ir tras de ella, iba a decirle que había sido una idiota en evitarla, pero ahí estaba el.

Y Katherine lo sabía, supo quién era el y porque estaba allí. Solo le regalo una última sonrisa y entro nuevamente a hacia donde se encontraban las habitaciones.

Y Alycia también lo entendió, lo supo porque le dolió. Dolió verla alejarse.

― No puedo rendirme Alycia, no así, nosotros no somos así, nosotros luchamos. Llevamos siete años juntos, amándonos y no voy a dejar que mis impulsos o el trabajo o lo que sea arruine esto.

― No se trata de eso ― dijo Alycia tomando su rostro entre sus manos

― Si, si se trata de eso, te amo lo sabes perfectamente y también sabes que sin ti estoy perdido, que he dedicado cada día de estos últimos siete años a amarte, a entender que no siempre puedes estar a mi lado, que tu carrera es importante y que es tu vida y debo respetar aquello, pero eres mi esposa Alycia...eres la mujer de mi vida y no quiero perderte.

Alycia solo lo abrazo fuertemente y suspiro, era el hombre perfecto, había sido inmensamente feliz a su lado ¿Por qué no seguirlo intentando? A su lado lo tenía todo, un hombre respetuoso que daría su vida por ella si fuera necesario. Un hombre cuyo único deseo era tener una familia.

Imposible.

Era imposible tomar una decisión tan radical como la de romper todos sus sueños.

Simplemente no podía hacerlo así que lo beso, cerro sus ojos repitiéndose una y mil veces que era lo correcto, que eso era lo que debía hacer. Que era momento de poner de su parte de amarlo con la misma intensidad con la que él lo hacía.

Salieron del hospital mientras Jason le contaba que había alquilado un departamento en Miami, así podrían tomarse unos días lejos de todo.

Alycia solo asentía y miraba por la ventana del auto, era un día precioso el sol brillaba en lo alto del cielo y no había nubes que impidieran apreciar lo azul del cielo. En Seattle tenia suerte si el sol se hacía presente por varias horas y más un si la lluvia cesaba. Claro que adoraba aquel lugar, pero Miami era distinto, era el aire fresco que tanto necesitaba.

― Y Mark dijo que cubriría un par de días así que todo está bajo control ― dijo mientras Alycia suspiro y volvió a asentir ― ¿Sucede algo?

― Nada, solo es cansancio

― Bueno amor ― le regalo una sonrisa.

El departamento era hermoso, la vista al mar le permitía apreciar con detalle la majestuosidad del lugar.

― Sabia que te iba a gustar ― susurro Jason dejando un beso en la mejilla de su esposa.

Alycia abrió una botella de vino y se sentó en el balcón fuera de la cocina a observar el mar, lleno su copa y permaneció ahí hasta que Jason termino de ducharse.

― ¿Buen vino?

― La verdad si ― asintió y volvió a beber un poco

― Te amo ― susurro dejando un beso en su cuello, Alycia continuo con la mirada fija en el horizonte pensando en la sonrisa que le había regalado Katherine antes de alejarse.

Con LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora