Quince

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Nueva York

Un año y medio después

No importa lo mucho que deseamos algo, algunas veces simplemente no sucede, queda en nuestra memoria como un sueño no cumplido, como algo que fue importante pero simplemente no pudo ser.

Katherine había deseado tanto terminar su carrera y viajar lejos de allí persiguiendo un sueño increíble que al final se había visto truncado de la peor forma posible. Sin embargo, allí estaba ella después de más de tres años de todo lo sucedido empeñada en seguir adelante.

― Compré comida chica ― entraba una sonriente Lily con varias bolsas en sus manos

― Adoro la comida china ― sonrió ― ¿Qué tal el frío afuera?

― Horrible, he vivido aquí por cinco años y aún no me acostumbro, pero la nieve es hermosa

― Lo sé hoy en la mañana mientras iba por un café me quede embobada observando como caía sobre la ciudad

― Es una maravilla.

Lily y Katherine habían conseguido un nuevo apartamento y claro un nuevo trabajo para Katherine quien ayudaba en una guardería no lejos de allí además el salario no era tan malo como lo había imaginado. Cuidar niños era agotador, pero le gustaba, llenaban de alegría su vida y eso era lo que más necesitaba.

― Mañana es tu cumpleaños ― sonreía Lily ― ya dime que quieres, aunque sea un dinosaurio lo haré

― Estás loca ― se reía

― Mira quien lo dice

― Muy graciosa ― negaba sonriendo

― Ay Kathy, vamos pide algo es un día especial

― Bien quiero un gran tazón de nachos con una gaseosa muy fría, eso es lo que quiero

― Lo tendrás ― dijo convencida

― Ah y terminar mi libro, nada más ― se encogió de hombros.

― Eso está más difícil ― le guiño el ojo.

Katherine llevaba cinco meses trabajando en un libro contando su historia, todo lo que había vivido en el psiquiátrico y la forma en la que había conseguido mejorar.

La ayudaba, era su manera de desahogarse y de verdad era un gran pasatiempo, siempre había disfrutado escribir y ahora tenía un motivo para hacerlo.

Llevaba meses tratando de terminarlo, pero últimamente aquello parecía imposible, había investigado mucho y existían varios términos que se mostraban en su expediente que no conseguía entender a la perfección lo que sin duda le daba muchas trabas para poder plasmarlo en su libro.

― Lucas me invito a salir ― decía Lily mientras miraban televisión

― Primero Lucas es nombre de perro o de pato, ese es mi primer pero

― Da igual le dije que no, es un idiota muy guapo, pero idiota

― Lo que digas, en dos semanas vendrás a decirme lo bueno que es en la cama

― Kathy ― se reía ― a ti te vendría bien una cita

― No sirvo para esas cosas, he salido con tres chicas en estos meses y cada una estaba más loca que la anterior y yo sé de locura ― murmuraba con su mirada fija en la televisión

― Bueno es que eliges mal, déjame arreglarte una cita

― Oh no, no gracias ― las citas que organizaba Lily siempre eran un desastre y quizás era tiempo de dejar de buscar desesperadamente y simplemente dejar que pase lo que tenga que pasar.

Con LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora