Capitulo 4: Cookie

16 0 0
                                    

El timbre sonaba y no paraba. Pero tampoco lo hacíamos Teo y yo. Esa mañana nos habíamos despertado y no pudimos despegarnos.

-¡Pará!, voy a ver quién es- dije entre besos.      

-No, dejalos, yo soy más divertido- dijo pasando su nariz y rozando sus labios desde mi clavícula hasta mi cuello. El timbre seguía sonando.

-Ya sé que sos más divertido, pero tengo que ver quién es. Un segundo y vuelvo quédate así que estas hermoso.

Busqué mi remera y un short para poder abrir la puerta. Le tiré un beso y salí con una sonrisa del cuarto. Bajé rápido las escaleras y abrí la puerta pero se me borró la sonrisa cuando la vi.

-Débora, ¿Qué haces acá? - mi mama estaba en frente mío después de tanto tiempo.

-Cookie, soy mamá- respondió algo triste. Ese apodo, así me decía mi abuela, me quedaba en su casa mucho tiempo cuando era chica y me acostumbre. A todos les decía que me llamaba Cookie.

-Si está bien, pasá.

Estaba bastante abrumada, pero estaba contenta que mi mama haya vuelto. La abracé sin pensarlo dos veces, ella me devolvió el abrazo.

-Perdón por dejarte sola tanto tiempo, pero estuve escondida por muchos años. Gregorio siguió mis pasos, cuando me enteré que había vuelto ya no tenía ningún sentido esconderme. No quiero que te pase nada - sus ojos estaban algo brillosos.

-Está bien, yo no estoy sola... -

-Me di cuenta, eso no lo tapas ni con maquillaje- señalo todas las marcas de amor de Teo.

-¡Mamá! - me puse roja. Y más todavía cuando Teo bajó por las escaleras solo con unos pantalones de fútbol.

-¿El es el que te va a cuidar? - lo señalo. No lo dejó ni hablar, ni presentarse.

-Mama, el es Teo, mi novio - la escaneó detalladamente. Pasó por cada detalle desde su pelo morocho, el aro del labio, su piel bronceada y los tatuajes del pecho y los brazos.

-Débora- le dio la mano.

-Teo- le sonrió. Estaba tan nervioso pobrecito, quería reírme pero miré para otro lado.

-Cookie, lo acepto- le sonrió.

RunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora