CAPITULO 15

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ZOÉ

Lo miré unos segundos en silencio poniendo ambas manos sobre sus mejillas y negar rápidamente para después abrazarlo con fuerza. No entendí el sentido de su última pregunta por lo que solo pude tenerlo entre mis brazos y hacer que no pensara en eso, no era malo querer, no era malo sentir un millón de emociones por alguien en menos de un segundo por lo que sin poder evitarlo le expresé mi respuesta en aquel gesto. Sentí mi cuerpo liberarse cuando lo abracé y me sentí llena de felicidad cuando me respondió aún con más fuerza ocultando su rostro en mi cuello.

—No quiero acabar contigo aunque seas denigrante, grosero y hasta un hijo de perra a veces— susurré con mi mano en su nuca para evitar que así se separara pero por el abrazo que teníamos estaba claro que ninguno de los dos deseaba separarse en ningún momento —, pero me hiciste vivir tantas cosas en la universidad que no tengo palabras exactas para demostrarte que me hiciste sentir viva— cerré mis ojos disfrutando ahora de su colonia que era fuerte pero era encantador que sin querer respiré en su cuello, la fuente de donde venía el aroma —. No quiero acabar contigo, no ahora.

Se separó lentamente de mi para mirarme y de la nada besarme, fue demasiado repentino que estuve a punto de empujarlo pero al sentir los suaves que eran sus labios no pude hacerlo, ninguno de los dos movió sus labios y solo estuvimos juntos hasta que me separé de golpe avergonzada, sintiendo como mi rostro ardía al recordar que no tenía mucho de que había despertado.
—No te lavaste los dientes— murmuró en bajo, pasando suavemente su pulgar por sus labios pero no de manera brusca dejando en claro que había aborrecido el beso sí no, como sí lo saboreara ¡Que horror! —, me llegó el aroma.

Había cambiado el tema y me alegraba por una parte pero al ver por el cual lo había cambiado hacia que me muriera de vergüenza y quisiera estar lejos de él por el momento, de aquí a que me lavara los dientes al menos —Es tu culpa, tu culpa por andar de lanzado— me puse de pie de inmediato sacando de mi maleta mi estuche donde llevaba las cosas personales e ir al baño preparándome el cepillo y furiosamente lavarme la boca, intentando ahogar la vergüenza y la humillación que sentía en ese momento pero que era difícil hacerlo.

Al terminar de lavarme la boca pude ver como estaba parado en medio del marco de la puerta mirándome con los brazos cruzados y con una pequeña sonrisa en el rostro —No importa en verdad— dijo ronco acercándose hasta poner las manos en mi cintura y abrazarme suavemente apegandome a él. Ya había sentido esta sensación antes y confieso que me derretía cuando lo hacía, era tan cursi que me gustaba que lo hiciera —, lo deseaba.

Lo miré directamente a los ojos poniendo mis manos sobre sus brazos y comenzar a estar nerviosa, estaba en los brazos de Ethan y me era increíble, me sentí por un momento afortunada hasta que me separé cuando comencé a escuchar mis propios pensamientos que decían lo guapo que era, lo lindo que era estar tomados de esa manera, me gustaban las cosas cursis pero no me gustaba aceptarlas.
—No vuelvas a pedirme aquello ¿De acuerdo?— susurré en bajo mirando como sus ojos estudiaban cada parte de mi rostro, él asintió sin pensarlo y besarme una vez más como si lo anterior no fuera importante y no podía decir que tal vez hubiera mentido porque había sido tan real, había sentido hasta el mismo dolor que él sentía en ese momento.

Sus labios eran bastante suaves y los movía de manera calmada mientras acariciaba mi cintura con sus dedos lentamente, metiendolos bajo la blusa que traía puesta y apretar de mi piel con fuerza volviéndose poco a poco brusco.

—¿Qué haces?— susurro en sus labios suavemente con mis manos en su pecho mirando de sus labios que estaban rojos en este momento por el beso. Ethan se relamió los labios suavemente para después fruncirlos sacando sus manos debajo de mi blusa —¿Por qué te detienes?— susurró tomando sus muñecas y ponerlas sobre mi cintura de nuevo, moría por sentir las manos de Ethan recorrer mi cuerpo al menos una vez, era como sí lo necesitara para poder seguir haciendo las cosas normalmente, no entiendo la verdad del porqué lo deseo tanto pero así es, quiero que estudie por completo mi cuerpo como yo quiero recorrer el suyo pero él no parecía verse muy interesado y duele que se detenga cuando estamos tan cerca.
Aunque esta vez hablé e hice que parara.

—Siento que aún no puedo acostarme contigo, siento que sí lo hago me meteré en muchos problemas después— dijo ronco alejando una vez más sus manos de mi cintura y ponerlas en mis mejillas —, por ahora me conformo por besarte y pensar que eres mía, solo mía.

Me quedé en silencio y asentir simplemente mirando sus labios sin dar una respuesta clara, puse mis manos sobre las suyas que estaban en mi rostro y unir nuestros labios por tercera vez ¡Eran tan adictivos! había olvidado la sensación de estos con los míos ¿Y cómo no esperarlo? habían pasado tres años desde que lo miré y desde que llegué a tocarlo.
—Tienes que ir a tu habitación— me separé lentamente de él y mirar sus ojos —, creo que en unas horas debes estar listo para la pelea— me tallé un poco mi ojo izquierdo y mirarlo.

Ethan se quedó parado enfrente de mi y quedarse quieto sin dar ninguna respuesta hasta que salió del baño y cuando pensaba que estaba por irse miro como se quita los zapatos lentamente, después la camisa hasta comenzar a quitarse el cinturón dándome una perfecta vista de su ancha espalda ya desnuda que estaba repleta de tatuajes y se me ponía la piel china de solo mirar lo que hacia. Se acostó en la cama con solo el pantalón puesto por suerte y abrazar una de las almohadas sin decir ya nada más, me recargué en el marco de la puerta mirándolo con los brazos cruzados.

—¿No piensas irte?— dije de forma serena tallando mi nuca con una de mis manos y mirar como se movía entre las sábanas hasta quedar debajo de ellas —¿Quieres quedarte a dormir?— no tuve respuesta por lo que supuse que quería hacerlo. No me acosté a su lado pero no pude evitar a comenzar a recoger su ropa y dejarla en una esquina, cerrar las ventanas haciendo que el cuarto quedara a oscuras y poner la habitación a una temperatura la cual pudiera ayudar a Ethan a descansar mejor.

—Estoy cansado— murmuró en cuanto terminé de cambiar la calefacción —, además hoy no es mi noche, será la de mañana— susurró en bajo. Era cierto, la pelea que había hoy era de Ariana y Martha y creo que también Calvin y Connor así que Ethan podía quedarse a descansar lo que restaba de la tarde sí deseaba.

Suspiro de forma suave mientras me voy acercando a la cama y acaricio su sien suavemente inclinandome ante él y ver como esos ojos llenos de peligros estaban cerrados y mostraban a una persona inocente y amigable —Descansa, leo.

MARATÓN 1/?

ETHAN II ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora