ETHAN II ®

CAPITULO 27

ZOÉ

Llegamos de California al Distrito Federal en México para tomar un vuelo a Monterrey aunque estaba dudando mucho sí debíamos ir allá. No quería estar en el estado en el cual en solo unos días Cooper y su equipo llegarían por lo que antes de comprar los boletos tomé la mano de Ethan sin decir una sola palabra para llamar su atención la cual tuve de inmediato, liberadose de mi tosco agarre y entrelazar nuestros dedos suavemente.

—¿Estás bien, mexicana?— murmuró acercándose a mi y pasar su mano por mi mejilla para llevar suavemente sus dedos debajo de mi mentón y levantar mi mirada hasta él —No me digas que comienzas a arrepentirte de esto— dijo en un suave susurro y mostrando su tristeza en la voz debilitando los músculos de su rostro mostrándose realmente vulnerable ante mi, al verlo negué rápidamente cortando la poca distancia que quedaba entre nosotros y alzar más mi rostro hacía él aferrandome a su mano —Entonces ¿Qué te pasa?— preguntó una vez más con una pequeña sonrisa en el rostro que cambiaba por completo su apariencia asesina a la de un muchacho dulce.

—¿Por qué no vamos a otro sitio y pasamos unos días? en lo que las cosas se calman y nosotros nos olvidamos de todo lo pasó, de todo lo que te atormenta— intenté ser suave con lo que estaba diciendo para no llegar a incomodarlo. Ethan me miró serio quitándose los lentes oscuros del rostro y ponerlos en el cuello de su camisa quedándose en silencio razonando lo que estaba proponiendo.

—¿Cómo a donde?— preguntó bajándose la mochila del hombro al brazo y de ahí quitársela para dejarla en el suelo recargada en su pierna. Se miraba nervioso a lo que le estaba diciendo porque en verdad se miraba deseoso de ir a Monterrey de una vez y comenzar de una vez esa nueva vida que le prometí pero no sentía que podíamos irnos de una vez. Quería al menos que Ethan se olvidara de sus problemas, su dolor aunque fuera en unas cuantas noches.

Pensé un momento en un sitio hasta que supe a que lugar sería el sitio perfecto, el indicado —Hace años fui con mis padres, ya hace muchos cuando mi último hermano no nacía aún— comencé a decir tranquilamente mirando los ojos grises de Ethan que se dilataban al decir eso de que tenía un hermano estando sorprendido, si tan solo supiera que tenía otros dos pero sería algo que le contaría después cuando fuera necesario —fuimos al sur, a Chiapas. Un hermoso estado con cascadas y el clima como el de una jungla pero como estamos en diciembre puede que sea un poco más fresco aunque y quizás suframos calor— murmuro sin estar cien por ciento segura de lo que estaba diciendo por lo que comenzaba a causar en Ethan un sentimiento de inseguridad pero a la vez de cotilla que demostraba por como movía la mandíbula pensando bien en la propuesta que le estaba dando.

—¿En serio? ¿Calor en plena temporada de frío?— alzó una ceja sin poder creerse que podríamos tener un clima caliente en temporada de invierno por lo que sin evitarlo reí —Vaya, me sorprende. Ahora entiendo los chistes acerca de venir a México cuando hace frío— sonrió de forma dulce y asentir —aunque ¿Cómo nos quedaremos allá? debe haber mucho turista y que los hoteles estén a altos precios al igual que puede que no haya lugares disponibles.

Mordí el interior de mi labio y alzar los hombros —De eso me encargo yo— sonreí jalando de la mano de Ethan para inclinarlo ante mi y poder besar sus labios castamente llevando mi mano sin hacer nada a su nuca para no dejar que se alejara de mi pronto.

—¡Maritza!— dije de buen humor con el móvil entre el hombro y la oreja comprando de una vez los boletos a Chiapas porque estaba más que segura de que lograría que mi prima nos prestara la casa de sus padres —Me alegra que contestes el móvil, lamento la llamada pero ocupo un gran favor de tu parte— fui directamente al grano sin querer esforzarme mucho ya que el vuelo salía en media hora y Ethan y yo debíamos irnos de una vez para pasar por las puertas metálicas y a que revisaran nuestras maletas.

—¿Zoé?— escuché la voz de mi prima extrañada por mi llamada para después recibir un gemido de dolor de su parte, al parecer se había golpe con algo por la sorpresa de escuchar mi voz —Vaya ¿Solo para eso me llamas?— preguntó indignada.

—Maritza, si te llamo es porque es de vida o muerte— dije perdiendo la poca paciencia que estaba teniendo tallando mi frente con mi mano derecha y sujetar el móvil con la izquierda caminando hasta Ethan que estaba sentado en la sala de espera mostrándose aburrido.

—Ay no Zoé ¿Qué hiciste ahora?— mi prima se mostró frustada —¡Es más! Ni me respondas que terminaré más enojada contigo— susurró suave pero conteniendo su rabia. Maritza era una de las pocas primas con las que llego a llevarme porque podemos llegar muchas veces a tener el mismo carácter amargado y duro por lo que aunque parezca desinteresada en ayudarme en verdad se encuentra en lo contrario —¿Qué quieres de mi ahora?

Reí suavemente sentandome al lado de Ethan y cruzarme de piernas extendiendo los boletos en silencio hasta él esperando que solo los tomara y no dijera nada mientras yo pensaba rápido como pedirle la casa sin sonar cruel —¿Aún tienen la casa en Chiapas? La que está cerca de las cascadas— dije calmada sin mostrarle que la ocupaba muy urgente ya que al principio ya se lo había dejado en claro.

Ella suspiró —Llamaré a una de mis tías que vive allá para que te deje las llaves de la casa en una maceta o algo. Le diré a mis padres que ocupaste ir allá por un asunto de viajes ¿De acuerdo? Por cierto ¿Quienes estarán en la casa? ¿Tu y todo ese equipo de vagos? No quiero que destruyan la casa porque sabes bien que a quien le darán cuello será a mi— gruñó estando molesta.

Me quedé en silencio pensando en ellos y cómo estarían sin nosotros ya que nosotros éramos los que llamábamos más la atención que ningún otro en ese equipo —No, solo un...— miré a Ethan en silencio pensando bien en lo que éramos pero no supe que decir por lo que dije lo primero coherente que pudo imaginar mi cabeza —muchacho y yo— respondo teniendo la mirada de Ethan en mi de inmediato quitándose los lentes y penetrarme con sus ojos dejándome helada.

—¿Un muchacho y tu?— se sobresaltó —¡No quiero que se acerquen a mi habitación!— estalló llena de rabia comenzando ya a pensar en cosas obscenas, sin dudarlo —Bien, te dejo entonces que debo hacer unas llamadas ya que mis padres no están en casa si no en Venezuela por motivos de política y sabes bien como son ellos de "dile a tu papá" o de "pregúntale a tu mamá"— bufó de forma pesada —. Te llamo en un rato, sí llegas antes a Chipas que cuando te hable vete directo a la casa. Sí no la consigo te reservo un hotel a como de costa— asentí como instinto y colgué sin antes agradecer sin poder deshacerme de la mirada de Ethan que se mostraba más que molesto e indignado.

—¿Qué ocurre?— susurré avergonzada dejando el móvil sobre mis muslos y sentir como Ethan se iba acercando hasta mi lentamente, removiendose en su asiento para quedar y quedar más cerca mientras yo me iba alejando por miedo a lo que fuera a hacer.

—¿Un muchacho? ¿En serio?— frunció el ceño llevando su mano a mi espalda baja y acercarme hasta él para así evitar que me estuviera alejando de él —Dime ¿Qué somos?— su voz salió dura y brusca dejándome tiesa en mi posición sin poder sacar un respuesta, tenía miedo de decir la equivocada por lo que no pude evitar decir la primera cosa que pensaba.

—Lo que tu creas que somos— contesté de forma tartamuda sin poder controlar lo que estaba sintiendo por la actitud de Ethan que estaba tomando conmigo —así que tu contestame.

Ethan tensó la mandíbula y se relamió los labios separándose lentamente de mi y acomodarse en su asiento llevándose los lentes de nuevo al rostro y mirar de los boletos en sus manos ignorando por completo ahora mi existencia. Estaba demasiado enojado y por no recibir una respuesta pero ¿Qué le decía? ¿Qué éramos novios sin haberlo hablado? yo necesitaba que él me lo dijera a pesar de lo que estábamos haciendo juntos porque siempre tuve miedo a equivocarme y terminar siendo rechazada.

Además ¿Cómo me había entendido si yo estaba hablando en español con Maritza?

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