CAPITULO 23

2.5K 206 5
                                        

ZOÉ

Los días pasaron hasta que llegamos a la ultima ciudad que teníamos que recorrer por Estados Unidos para poder pasar la frontera y comenzar las presentaciones en varios estados de México, tenía solo dos días de vacaciones que me restaban y ocupaba más de dos días para poder finalizar la gira con el equipo por lo que en cuanto llegamos al hotel en donde nos quedaríamos en Los Ángeles tuve que marcar a la tía Susan desde mi habitación porque sinceramente no sabía ni con que podría salirme ella o que le diría yo a ella, por eso era preferible estar sola cuando hablara con ella.

—Hola— murmuré avergonzada con una mano posada en mi nuca y con la otra sujetar el móvil en mi oído, escuché como tía Susan chilló al escuchar mi voz obligándome a tener que separar el celular de mi oreja para no aturdirme más de lo que había hecho cuando la saludé.

—¡Dios mío, hija!— chilló encantada a través de la linea, podría jurar que hasta podría estar saltando en la cama de la emoción que sentía ya que tenía días sin marcarle desde Bufalo, o sea, ocho días sin tener ningún contacto con ella —Me tenías alterada ¿Por qué nunca marcas ni para saludar o preguntar como estamos?— sonó indignada pero no pude evitar reírme acomodándome los anteojos sobre la nariz imaginándola a ella todo el tiempo alerta del celular esperando una llamada mía.

—Lo siento, en verdad lo lamento pero esto de la gira comienza a ponerse un poco tedioso. Es como sí estuviera trabajando pero no es tan molesto como un verdadero trabajo— murmuré sentándome en la cama y mirar de la alfombra blanca del suelo que estaba debajo de la mesita de centro que tomaba la mitad de la habitación ya que si, mi cuarto no era muy grande como los demás en los otros estados pero igual resultaba ser cómodo —¿Cómo están?

—Oh cariño. Estamos bien aunque ya conoces a tu tío, le entran ataques de locura y hace tonterías, hace unos días decidió darle una motocicleta a tu primo y las cosas se pusieron bastante mal— guardó silencio un momento, estaba por preguntar que había pasado a relación sin embargo no tenía un buen presentimiento en hacerlo —, se rompió el brazo— continuó frívola. Hice una mueca de dolor rascando mi nuca con mis uñas ahora con esmalte purpura por el traje que utilicé en San Francisco e imaginarme a Oscar con un yeso quitándole el encanto que apenas tenía, bueno, al menos llamaría la atención de las chicas una vez en su vida —. Pero no hablemos de desgracias y cuéntame que ha pasado contigo durante estos días que te desapareciste por completo de nosotros— rió estando impaciente por escuchar todo lo que tenía que decir debido a que cuando estaba en Monterrey tenía una vida diaria aburrida sin amigos, teniendo el mismo rol todos los días y estaba claro que ahora con esta gira las cosas estaban diferentes.

—Bueno ¿Pues con qué empiezo?— dije de manera divertida acostándome en la cama completamente y mirar del techo blanco —Bueno, creo que será divertido contar que llevamos días pensando que alguien está acosándonos— reí para no poner nerviosa a mi tía pero yo estaba aterrada, en cada parada en los hoteles sentía que alguien nos vigilaba desde algún rincón pero nunca lograba identificar quien era quien nos observaba tanto, y cuando estaba por escuchar que estaba por alarmarse la interrumpí bruscamente —¡Pero tranquila!— suspiré —tenemos policías protegiéndonos las veinticuatro horas estando en el hotel— sonreí al pensar en eso y calmarme un poco —. También, ehmm...— pensé un momento en como decir la verdadera razón por la que le había llamado —Nos quedan cuatro estados por visitar en México y cada parada toma dos días— sentí mi cuerpo ponerse rígido al decir eso porque sabía que mi tía me extrañaba como yo la extrañaba a ella pero no quería dejar a Cooper ni a Ethan en medio de su gira al tener ya un trato.

—Pero tienes dos días restantes de vacaciones— murmuró tía Susan con la voz seria, no pude decir nada después de escucharla sintiéndome demasiado culpable y hasta nerviosa pero no obstante al escuchar un dulce suspiro de su parte pude saber que me estaba teniendo en consideración darme unos cuantos días, reconocía perfectamente esa clase de suspiro amable que hacía cuando estaba cediendo a algo —Sí lo que ocupas son más días está bien, pero tendrás que trabajar muy duro cuando regreses ¿Eh? muchachita canija— rió con dulzura haciendo que mi corazón diera un vuelco de felicidad al tener a una mujer como ella siendo parte de mi familia.

—En verdad te lo agradezco— sonreí aunque ella no me viera mostrandome agradecida por el gesto ya que para esto se ocupaba un mes en total al hacer las paradas y más porque en México las paradas se extenderían hasta cuatro días —¡Ah! por cierto, estaré en Monterrey en dos días, para que podamos vernos aunque...— miré el suelo intentando buscar las palabras correctas —no creo quedarme para navidad— bufé —pensé que tendría una semana para pasarla en Londres con mis amigos y la otra con ustedes para pasar noche buena y año nuevo pero al parecer las cosas cambiaron— mi pecho comenzaba a sentirse pequeño y me comenzaba a incomodar pero la respuesta de la mujer al otro lado de la linea pareció más que contenta al decirle eso.

—¿¡Estás viendo tu gran avance!?— chilló emocionada —¡Pasarás los festejos con tus amigos! Claro, me deprime que tengas que pasar esos días lejos de mi, querida, pero al menos estás haciendo amigos— bien, eso sonaba demasiado deprimente pero con que ella no se sintiera ofendida y pudiera estar contenta me bastaba aunque eso significara que me había visto antes solo como una cuatro ojos obsesionada al trabajo.

Estuvimos hablando por unas cuantas horas hasta que el sueño estaba ganándome en todos los sentidos y tuvimos que colgar, era increible hablar con tía Susan porque llega a salir con cualquier tema, parecía Alec pero ella era mucho más madura y por supuesto era mujer, habían temas que hablaba con ella que ni en la vida hablaría con Alec. No me quedaban muy claro los días pero sabía bien que navidad caía un domingo y no sabía bien que día era hoy.

Estaba ya en un punto en que no tenía consciencia cuando escuché como la puerta de mi habitación era abierta lentamente dejando escapar un tedioso chirrido, me sobresalté en la cama perdiendo por completo el sueño en ese instante estando atenta al pasillo del dormitorio en espera de mirar a alguien desconocido, con el móvil en la mano para utilizarlo como arma pero al verlo en medio del pasillo mi cuerpo descansó poniéndose frágil de nuevo dejando el celular a un lado.

—Maldito idiota— tomé una de las almohadas de la cama y se la lancé sin poder atinarle por el sueño que estaba volviendo rápidamente a mi —, andarte a tu cuarto que quiero dormir bien esta noche— murmuré para después soltar un bostezo, quitarme los lentes y ponerlos encima de la mesa de noche al lado de mi cama y recostarme, dándole la espalda a Ethan que no se había movido más que para tomar la almohada del suelo y abrazarse a ella.

—¿No vas a invitarme a tu cama?— preguntó ronco acercándose hasta subirse a la cama y abrazarme, ronronee al sentir el aroma de su perfume cerca moviendo un poco mi cabeza para mirarlo por encima del hombro —¿Qué?— murmuró ronco y besar mi hombro, bajando del tirante de mi blusa suavemente.

—Duérmete— susurré sin tener consciencia, sin tomar cuidado de las acciones aunque tenía un fuerte presentimiento de que Ethan ya no estaría para la mañana —¿Okay? no me siento de humor ni para moverme, estoy demasiado cansada— bostecé una vez más recostando mi mejilla sobre la almohada y ponerme la sábana encima de mi cuerpo arropando también a Ethan con dificultad al tenerlo a mi espalda.

Ethan asintió escondiendo su rostro en medio de mi cuello y mi hombro abrazándome con fuerza. Era la segunda o tercera vez que se colaba a mi cuarto sin que yo sintiera pánico y lo dejara dormir conmigo, me gustaba su aroma, su presencia y hasta su cuerpo junto al mío aunque era molesta la idea de tener que estar ocultando esta relación, era resiente pero ya era viejo el sentimiento que tenía hacía él. Por suerte Ethan estuvo de acuerdo en que mantuviéramos esto en secreto porque ya no podía enfrentarse a Cooper como antes así que tomaríamos un tiempo para ver que hacíamos referente a él y nuestro noviazgo.

Suena bastante raro; noviazgo.
No hubiera imaginado que Ethan y yo estaríamos en uno después de lo que le hice, después de irme sin decir adiós sin embargo me alegraba de que me hubiera perdonado.

ETHAN II ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora