La Ayuda

1.3K 113 1
                                    



Cristina estaba parada delante a Federico sin saber que decir, nunca imaginó que él la había visto. Federico delante a su silencio preguntó nuevamente



- ¿Qué haces aquí Cristina, Porque siempre tengo la sensación de que me estas persiguiendo?



- ¿Yo persiguiendo a ti? No seas estúpido... vine... vine – Federico estaba sin camisa y eso dejaba Cristina nerviosa, sus ojos no lograban estar mirando solamente a los ojos de él – quería una ayuda por eso ...


En ese momento la chica sale en la puerta a gritar por Federico



- Federico, me dejaste en apuros – con un tono muy acaramelado indicando en qué tipo de apuros se encontraba


Cristina la miro y en tono de negativa movía la cabeza, Federico miró bien a los ojos de Cristina y soltó una carcajada, sin sacarle los ojos gritó de lejos a la chica


- Vete, busca a tu casa, mañana te saco de apuros.


- No es necesario que la corra, me estaba yendo, una pésima idea pensar que me podías ayudar – Federico no dijo nada, espero que Cristina abriera la puerta de la camioneta y entonces habló


- ¿Me estás reprochando señora Hernández? – cerrando la puerta bruscamente


- ¿Por qué lo haría? Siento que me equivoque y es eso... me equivoque – en ese momento Federico la agarró por el brazo haciendo que ella sintiera un mezcla de dolor, miedo y placer


- Hasta ese momento no me has dicho de que se trata la ayuda – Cristina se pegó al coche, intentando salir de agarre de Federico pero en ese justo momento él la prensó dejando que sintiera el calor que de su cuerpo – sí, me está reprochando por no está haciendo contigo lo que no permitiste hacer con ella – la tomó por la barbilla en clara demostración de que la besaría, Cristina cerró los ojos, pero ese beso nunca llegó, al abrir los ojos Cristina sabia que le había dado armas para actuar en su contra – ahora dímelo


- No quiero nada contigo – suspiró fuerte reprochándose a sí misma – no es ese tipo de cosa que buscaba de ti, ese es un sueño tuyo desde de hace mucho, pero jamás se cumplirá – sabia que quería el beso, pero no iría admitirlo – necesito que me preste a tu geólogo por unos días, mis tierras están enfermas.

- Pago caro para tener a ese tipo trabajando para mi exclusivamente, no pienso prestarle a nadie

- Pago por los días, no te estoy pidiendo un favor, sino una ayuda donde te voy a pagar bien, es un negocio.


Federico miraba a Cristina incrédulo, le estaba rogando ayuda por sus tierras y de pronto pensó: será que algún día le rogaría un beso, él una vez le dijo que en algún momento de la vida estaría cristina rogándole por sus besos y por su amor. Y justo ahora que no más la quería ella estaba allí esperando una respuesta suya.





......................................................................................................................................
Flash Back

Era un beso desesperado, la estaba aplastando, introduciendo su lengua en la boca de ella. Cristina nunca había sido besada de esa forma animal, ese joven era feroz,

- Comprende de una buena vez que no te quiero Federico, me repugnas - estaba acorrala entre él y un árbol

- Yo te amo Cristina, quiero cuidarte y quiero ser el padre de ese hijo, el hijo de ese maldito indio

- No hables así de Diego, nunca llegarás a sus pies

- Pero un día necesitarás de mí y estará en mis manos decidir se te ayudaré o no

- Nunca, me oíste bien Federico... NUNCA... - ella sabía que él le había jurado con ese beso tan tosco.

...........................................................................................................................................................




_ ¿no me vas a decir nada Federico? – no comprendía las miradas de Federico hacia a ella.


_ mañana estará en tus tierras – dijo en tono indiferente


_ ¿De verdad? Muchas gracias, si quieres podemos combinar cuanto le tengo que pagar por el préstamo


- Eso dejamos para otro día, me arruinaste la noche, estaba con mi novia


- ¿tú novia? – Cristina entrecerró los ojos


- ¿Sigues con los reproches señora?


- ¿No es muy joven para ti? Pienso que tiene la edad de mi hija, o sea, podía ser tu hija.


- Federico Rivero está para todas las edades - dijo separando un mechón del pelo de cristina con una sonrisa maliciosa – cristina volvió a cerrar a los ojos sintiendo que boca él nuevamente se aproximaba de la suya, sus mejillas se pusieron como fuego, lamio los labios, estaba lista - ahora vete, el trato está hecho.


- Pero...


- Siempre que quieras hablarme, llámame antes, puedo estar en momentos íntimos, momentos esos que no quiero que me interrumpan.


Federico salió como si nada hubiera pasado. Estaba cierto que algún día cristina le rogaría un beso.

RegresasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora