Celos

1.5K 115 4
                                    

5

Federico llegó a ojo de agua con humor de perros, se dejo caer en la tentación, tomó el primer paso para estar con cristina, la verdad es que se había jurado una vez que Cristina sería la última mujer con la cual estaría, porque le humilló en el pasado, pero ahora estaba con el calor del cuerpo y el olor de ella grabado en la mente.

- Maldita seas Cristina, no me volverás a humillar nunca jamás - rompiendo los objetos en su escritorio

En el platanal Cristina estaba en su recamara después de un buen tiempo en la ducha seguía pensando en lo que pasó más temprano, era una mezcla de sentimientos, porque no estaba arrepentida de haberse entregado a Federico pero traía un sinsabor en el pecho, Desde el día que lo vio por la calle, su corazón daba brincos y eso indicaba que se estaba enamorando de él, pero tampoco se dejaría llevar por el deseo, aun más sabiendo que Federico le había despreciado, negándose a sus besos. La boca de cristina quemaba por los besos de Federico así mismo juró que jamás volvería a estar en una situación de bajos amores. Ella no era así.

Dos días sin saber uno del otro Federico y Cristina se encontraron en la plaza central de ciudad por un acaso, no habían citado uno al otro ni nada por el estilo. Un señor pasó y saludo a cristina muy amable, al salir dijo en voz alta "una pena que una señora tan distinta ande de amoríos con el Rivero ese" de ahí supo que toda la ciudad estaba creyendo que eran pareja o algo del tipo. Federico notó que Cristina se puso molesta, su expresión cambió de inmediato y su mirada le fusilaba, como si le hubiera hecho una afronta directa.

F - ¿qué haces acá cristina? - Ella no contesto, Federico se aproxima lentamente con la mirada fija en ella - ¡maldito geólogo! me parece que el chismoso de nuestro empleando ando por la ciudad a decir mentiras ¿no es así?

C- Federico, evita hablarme y trata de no llevar esa mentira adelante - alejándose de él.

F- bien sabes que no es mentira, más te van a respetar, nadie se meterá con la mujer de un Rivero

C-Sabes que no soy nada tuyo, compórtate como un hombre adulto, lo que pasó no te hace mi dueño, ¿nunca hiciste sexo sin compromiso? Eres un cavernícola, el mundo hace mucho viene cambiando. ¡Imbécil!

F- si tú lo dices, difícil será callar a esa gente cristina - tomándole por el brazo, su mano estaba caliente, ella estaba que se derretía pero no dejo que él lo notara.

C- Te divierte esa situación, eres un patán - Federico en ese momento cambio la fisionomía

F- la verdad es que no, lo que pasó a distinción tuya no quería que pasara jamás señora, pero si lo hicimos, vamos a cargar con las consecuencias, eso de la gente pensar que eres mía es una de ella.

C- suéltame, eres un ogro, déjame en paz - soltándose de su agarre

Cristina estaba furiosa pero no era el sitio ni el momento para empezar la guerra con él, estaba esperando a su hija que venía de vacaciones. El camión se tardaba demasiado, Federico estaba alejado platicando con unos tipos, mientras cristina lo observaba sin que se diera cuenta, no era normal el deseo que tenia hacia a ese hombre y todo empeoró cuando estuvo con él en la cascada. Definitivamente estaba enamorada de un patán.

Avistaron un coche sport distinto entrando a la ciudad y cruzando a la pequeña plaza la chica en el copiloto grito a su madre, era María del Carmen junto a dos hombres, Cristina se puso asombrada porque su hija le había dicho que vendría en camión y no acompañada de desconocidos.

_ Mamá - bajando del coche y corriendo hacia a ella

Mientras tanto el joven salía del coche y abrazaba a su padre

RegresasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora