Mi Dulce Cris.

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Cristina no sabia que decir, todo parecía una pesadilla, el comandante diciendo que su marido estaba detenido, justo en las primeras horas de casados.

_no puedes hacer eso  - gritó cristina cuando vió las esposas en la manos de uno de los hombres del comandante  - corrió hacia federico y se aferró a él

_ no Hernán , hay un grabe engaño , yo no sé nada de ese doctorcito – pasó la mano por la cara – no es necesario las esposas.

_ tienes que ir a la comandancia Federico, si actúas bien no te pondré las esposas – tuvo pena de la figura de cristina agarrada a su marido vestida de novia y con una barriga enorme. 

_ porqué lo van a llevar, hace unos minutos estábamos en la fiesta de nuestra boda, está más que claro que Federico nada tiene que ver con el ocurrido.

_ no es bien así Cristina – dijo el comandante  - Federico por innumerables veces amenazó al Dr. Robles

Federico sabía que era verdad, las amenazas fueron hechas.

_ cariño – mirando a cristina intentando tranquilizarla – mirame, todo saldrá bien , confía en mi.

_ jurame federico que no has hecho nada a Angel Luis

_ te lo juro , ahora vas a limpiar esa carita y escuchar todo lo que te voy a decir, te necesito fuerte, eres una Rivero- dijo con orgullo – Cristina asintiendo, limpió el rostro  pero no logró dejar de llorar

Cristina siguió todas las instrucciones de Federico , que fue llevado a la comandancia

La fiesta seguía todos pensaban que los novios estaban felices pero la verdad era bien otra. María del carmen y Carlos fueron avisados, estaban sin comprender el porque del desaparecimiento del doctor.

Cristina había cambiado de ropa y estaba saliendo a ojo de agua

_ Mamá no puedes irte sola

_ necesito que estés junto a Carlos y el abogado para que me lo cuentes todo, voy por unos documentos  y ropas, todo lo que necesitará, en unos minutos estaré en la comandancia

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En un sitio lejos de la ciudad, Ángel Luís se vió en medio a una cabaña oscura con ratas y otros bichos cerca a su cara. Afuera dos hombres borrachos con unas mujeres gritaban y cantaban.

- cálmate guerita no te vayas  tan rápido te voy a pagar doble

- no te creo – dijo la morena que también se alejaba del otro tipo para irse

_ mi patrón me va a pagar bien , además tengo esa billetera rellenita de pesos  - la mujer sacó la billetera de la mano del tipo y logró ver la identidad de Robles y su licencia médica
 
_ adentro tiene un hombre …   ¿quién?

_ no es asunto tuyo , lo vamos a matar mañana bien tempranito

-  ¿a mando de quién ? - el tipo se enfadó , dio dos bofetadas a la mujer y le gritó  que se fuera, con ella su amiga.

_ no más me faltaba compa… que una puta sepa que el mandante de matar a ese doctorcito es Don Francisco -  tomó la botella y se alejó de la cabaña

- sí amigo son unas putas muy cotillas – salieron de allí carcajeando los dos.

Ángel Luís logró escuchar el nombre, hizo fuerza para salir de allí pero no logró, estaba muy herido.


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En la comandancia

-  a ver Federico, lo amenazaste y me dices injusto – Hernán estaba furioso – recebi una denuncia del desaparecimiento del Doctor

_ una denuncia anónima , acabas de decirlo no es necesario repetir – pasaba las manos en la cara – pero yo nada tengo que ver

_ busca tu abogado , porque no vas a salir de aquí hasta que aparezca  el doctor… vivo o Morto –Federico miró en los ojos del delegado – será bien mejor para ti que esté vivo, Federico, vivo.

Federico en ese momento notó la gravedad de sus amenazas no cumplidas, si Robles aparece muerto, iría a la cárcel por un crimen que no cometió.


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Cristina llegó a ojo de água corriendo, necesitaba prisa para lo más antes posible estar junto a su marido, no lo dejaría solo uno instante siquiera .

Cuando abrió el cuarto vio todo lo que le había preparado Federico junto con maría del carmen, la muchacha le dijo que Federico había dejado todo un sueño para  la primera noche de boda. Así era. Todo estaba lindo, un sueño como le había dicho su hija.

Cristina cayó en el suelo y lloró mucho más, se derramó en lagrimas.

Sabía que no podría estar allí, Federico necesitaba los documentos, ropas y quizá algo de comer. Tenía que razonar y no solamente llorar. Entonces empezó a arreglar todo.

_ Está todo aquí conmigo.  Estaba en la puerta de salida, limpiando una vez más las lágrimas.

_ ¿Dónde piensas que vas… mi dulce Cris?

Era Francisco en la puerta  impidiendo que Cristina saliera de la Casa.

_ ¿qué haces aquí? Gritó, estaba asustada, sintió a su bebé moverse en la misma hora en que soltó el pavoroso grito


_ yo vine por lo mio … y lo mio eres tú! ¡MI DULCE CRIS!









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