Regresaste

El Novio

Estaba amaneciendo, Federico miro a cristina allí en la cama, siempre le pareció una princesa, Estaba dormida, la miraba tan intensamente que sus labios fueron en dirección a los de ellas y cuando estaba muy cerca de besarla, Cristina hizo un movimiento que le quitó del transe. Para Federico entregarle sus besos era como si le entregara su alma, por su corazón aunque esquivo seguía siendo de ella, por eso negaba con todas las fuerzas amarla por entero. Y besarla consistía justamente en eso, estar entero en las manos de cristina, algo más allá que sexo, más importante y eso le daba miedo. No soportaría ser despreciado una vez más.

Meses pasaron Federico y Cristina seguían con sus noches a escondidas. Sin compromiso, sin pláticas de pareja, solamente noches de satisfacción sexual, sus cuerpos estaban adictos uno del otro.

Cristina en una tarde cualquier, recibió una invitación del doctor Robles para que le enseñara la ciudad, era inútil negarlo, de cierta manera quería darse una oportunidad de conocer a otras personas, su vida resumía a su hija, a la hacienda y de cierta manera Federico, sentía que estaba en clausura. Era bien verdad que el doctor no le causaba los efectos que le causaba Federico pero por ahí dicen que de una bella amistad se puede conocer el amor. En ese paseo la estaba pasando bien, robles era un hombre elegante, educado, que sabia como tratar una mujer, se preguntaba porque era tan difícil sentir por él lo mismo que sentía por Federico.

- Nunca he visto a un doctor tan interesado en esa gente, en ese pueblo como lo haces tú, Ángel Luis - estaba admirada.

- Estoy interesado primeramente en ti. Cristina - le tomó las manos - me encantas, eres bella, delicada , estoy fascinado por ti

- No sé qué decirte Ángel Luis

- Cristina quiero pedirte que me des una oportunidad, sé que parezco apresurado pero quiero conocerte mejor, no solamente en plan de amigos, estoy enamorado.

- Es que... - dijo cristina un poco resultante

- ¿Tienes a otra persona? - en ese momento ella pensó en Federico, la verdad es que no tenía a él, al menos no de la manera que deseaba - no te veo con nadie más, por eso me atrevo a declararte mi amor, porque eres una mujer libre.

- No es que tengo a otra persona, pero sí estoy enamorada de otro hombre - dijo avergonzada

- ¿quién es? ¿Por qué no está contigo? Eres tan maravillosa

- No quiere compromiso - dijo con pesar - la verdad es que nunca hablamos de estar juntos como pareja, discúlpame pero ese asunto es demasiado intimo es una historia que pertenece a mí y no quiero ponerlo en pauta

- Dame la oportunidad y verás que te puedo hacer olvidarlo. Mereces a un hombre que te haga feliz - Cristina pensó en la promesa que hizo a si misma de darse una oportunidad de ser feliz con alguien. - por favor cristina te prometo no propasarme contigo, será todo a su tiempo - besándole las manos.

- Vamos intentarlo, despacio , sin cobranzas - abrazando a Robles sin permitir que la besarla cuando él enseño la intención de hacerlo

- Sin cobranzas - estaba feliz - verás que te voy a conquistar

Cristina se despidió de Robles y cuando estaba lejos se acercó a él un peón de la hacienda Ojo de Agua

- Cuídate doctorcito , te estás metiendo con la señora cristina - dijo con sonrisa sarcástica y una mirada amenazadora

- Eso no es de cuenta tuya - dijo con ojos enfurecidos.