La noticia de pronto estaba en la boca de todos los familiares, estaban felices por saber que eran dos criaturas, fruto del amor de Cristina y Federico. Algo que nadie esperaba. Mucho menos cristina que aún seguía sin saber nada de lo ocurrido. Pero un momento de felicidad se puso presente para ella.
En el cuarto de hospital
Consuelo entró en silencio, tomo la mano de su hija, las lágrimas estaban presente nuevamente, cristina estaba tan diferente, pero seguía bella, la vio tan indefensa, durmiendo. le dijo algunas palabras, le besó la frente.
Cristina en ese momento abrió a los ojos y preguntó:
- ¿mamá dónde estabas? - sonriendo
- te acuerdas de mí – la sorpresa fue tan grande que espantó a cristina, consuelo la abrazó de inmediato, un abrazo tan fuerte y tierno a la vez que hizo que cristina se emocionara igual .
- ¿Porque no me acordaría de ti, mamá? Solo sé que te extrañado muchísimo.
- No, nada, hija, dime cómo te sientes y...
En ese mismo minuto entró Federico junto al doctor
- Qué bueno verte despierta Señora de Rivero – saludó el doctor, Federico estaba callado, observando las reacciones de su esposa, que bajó la mirada al verlo.
- Hola doctor, quiero te me digas como está mi bebé, ahora que no tengo más el padre de él junto a mí – Federico en ese momento golpeó la pared, se puso nervioso, impotente – quiero noticias de Francisco.
- ¿para qué quieres noticias de ese hombre? – gritó – él no es el padre de mis hijas.
- Por favor Don Federico no olvide lo que he dicho, la señora no está en sus condiciones normales, hay que tener paciencia, las medicaciones que estamos ministrando poco a poco harán que vuelva a la realidad.
- Señora Cristina sé que no se acuerda, pero en algún momento le dije que no es un bebé sino dos, estás embazada de dos niñas.
- Dos muchachitas, hija... es una bendición – consuelo fue hacia a Federico – ahora Federico sabrá que es tener a dos mujeres más que cuidar. Al todo serán cuatro, abrazó a su yerno que estaba derrotado. María del Carmen, está tan feliz, está afuera loca por verte.
- No quiero verla, esa niña me ha traicionado
- Es tu hija Cristina, no puedes tratarla de esa manera tan fría.
- Si es mi hija porque no me acuerdo de ella, igual no me causa nada ese señor que dicen ser mi marido- miró a Federico con algo de desprecio - mamá es imposible que me acuerde de ti y no sepa nada de mi familia – los nervios le subieron.
Federico salió del cuarto dándole un portazo
- Es imposible que me haya casado con tremendo ogro – consuelo en ese momento sonrió, había una esperanza, siempre que estaba brava con Federico, le decía ogro.
.
.
.
.
Algunos días se pasaron, pocas fueron las veces en que Cristina aceptó la presencia de su hija y su marido en el cuarto del hospital, pero las niñas estaban a camino y notó que todos estaban ansiosos por la espera de ellas, entonces se puso más calmada.
.
.
.
Las niñas nacieron y todos estaban muy felices, las dos estaban Juntas en el pecho de su madre, cuando Federico entró y vió la escena más bella, la mujer de su vida dando de comer a sus hijas.
- Me encanta saber que ya están junto a ti – se acercó despacio - las vi por un vidrio, la enfermera nos enseñó a todos.
- Están hambrientas - dijo apenada, estaba con los senos descubiertos y su madre no estaba en ese momento para ayudarla – creo que no ha sido una buena idea de as enfermeras de ponerlas al mismo rato para amamantarlas.
- ¿puedo? - Preguntó Federico – quiero ayudarte con nuestras hijas – entonces tomó en sus brazos a la más grandecita, ella tenía unos ojos verdes oscuros y una piel roseada, parecía una muñequita – ahora sí que la tengo tan cerquita veo lo cuanto se parece a ti, la niña está hermosa cristina, gracias – dijo con los ojos llenos de lágrimas.
Cristina miró la escena y se llenó de encanto, era la primera vez que veía a ese hombre que todos decían ser su esposo, tan emocionado de una manera tierna, sin gritar o estar a punto de explotar.
- Quiero descansar ayúdame con esa aquí, por favor – Federico puso la bebé en la cunita y fue hacia cristina
- Esa niñita es tan pequeñita, frágil, mi flaquita – dijo besando la cabecita de su hija que aún estaba en los brazos de su madre.
- Tiene los ojos como los tuyos, verdes cristalinos – dijo la mamá toda orgullosa, Federico se acercó aún más ella, sintió un olor tan agradable, su mujer emanaba un olor suave - me hacen recordar a las cascadas de mi hacienda - aportó.
- Las cascadas, son hermosas – dijo sonriendo mirándole directamente a los ojos de su esposa – tú eres hermosa.
Cristina estaba con los senos aún desnudos, Federico tomó a otra niña en los brazos y en el mismo momento, acercó sus labios a los labios de su esposa.
- No suporto más... No suporto más esa distancia tuya – buscó la boca de su mujer como quién buscaba el aire para vivir.
El beso sorprendió a Cristina, pues era un beso apasionado, desesperado y lo más asustador para ella: correspondido.
Feliz 2019 a todas!!!🍾🎇
Muchas Gracias!!! 😊🌟
ESTÁS LEYENDO
Regresaste
FanfictionRechazado en el pasado por Cristina, Federico regresa a sus tierras años después, causando una verdadera tormenta en la vida de esa mujer . Pareja Tekila