La temible huella de tu silencio

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Una vez más subo capítulo muy taaaaaaarde... Pero es cuando lo he terminado y seguro que está plagado de faltas que corregiré mañana sin falta alguna porque ahora estoy muyyyyyyyy cansada XD  Pero contestaré los comentarios e.e


El día llegó, esa noche era la cena antes de Navidad, pero Severus seguía en su despacho con la mirada perdida, pensando en cómo debía presentarse en la madriguera y con qué excusa... Cabe decir que las normas de cortesía nunca habían sido lo suyo. ¿Debía llevar algo? ¿Realmente sería grata su presencia en la casa? Estaba seguro de que los demás estarían tan incómodos como él ante esa visita inesperada y aún más ante esa compañía que nadie quería aguantar.

Y de llevar algo... ¿qué sería lo apropiado? Seguramente comida, pero Severus no sabía cocinar y ya era demasiado tarde para ir a una tienda a comprar algo. En ese caso... un vino. ¿Qué clase de vino y de dónde sacaba uno a esas alturas?

Nada de lo que él tenía era correcto para un tipo de celebración así, pero aún así abrió el cajón y miró el contenido de su reserva privada para esas noches en las que necesitaba mantener la mente en blanco; Whisky, Ron, Vodka, Cognac, Ginebra, Aguardiente...

- Joder... Ni si quiera tengo brandy para acompañar con el pudín que habrá hecho la señora Weasley – masculló – Voy a quedar como un borracho de categoría monumental si llevo algo de esto...

Pero peor quedaría si aparecía con las manos vacías, por lo que Severus metió la mano sin mirar y cogió una botella al azar que ni siquiera le echó un fugaz vistazo antes de guardarla en una gruesa bolsa de terciopelo satinado color verde oliva.

Ahora la cuestión era si debía cambiarse de ropa por algo un poco más elegante y formal a esa túnica que normalmente llevaba, pero tampoco es que su armario abundara de prendas para todo tipo de ocasiones.

Que frustrante era intentar causar una buena impresión, que de todos modos le daba igual, porque esa era la verdad; si iba a ir a la madriguera era para que Potter acudiera también y así, poder sacarle aunque fuera a cruccios dónde se había escondido y por qué, no para agradar a nadie.

Al aparecerse en el camino rural que llevaba a la madriguera, en lo único que podía pensar Severus era en que si Granger se había equivocado y Potter no acudía tal como le había dicho, ella sería la que pagaría las consecuencias. Ya estaba pensando en los castigos que le impondría, la resta de puntos que dejaría a Gryffindor muy por debajo de las otras casas, y las redacciones que le mandaría hacer que no iban a ser cortas precisamente...

No se apreciaba en la casa demasiado movimiento, quizá había llegado demasiado temprano, pero no podía quedarse frente a la humilde verja que daba entrada al jardín, tampoco era su intención encontrarse allí con quienes aparecieran en el camino y también fueran a la casa... Prefería evitar situaciones incómodas y conversaciones triviales que le darían arcadas.

Entre titubeos y bastantes nervios llamó a la puerta, tras esta se escuchaban voces, una era sin dudas la de Granger, de eso estaba seguro; ese tono... ese rin tintín pedante... Era inconfundible.

La puerta se abrió tan de repente que Severus estuvo a punto de pegar un brinco hacia atrás, pero se contuvo por la cara sorprendida de Molly Weasley.

- ¡Snape! – exclamó la señora – ¡Que sorpresa, no te esperábamos tan pronto! – le dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Severus se abstuvo de protestar porque se dio cuenta de que Molly no tenía nada que ver ahora con la que recordaba; había adelgazado considerablemente, sus párpados superiores estaban caídos y debajo de los inferiores presentaba unas notorias ojeras – Por favor, entra, no te quedes fuera – lo invitó – Está empezando a nevar.

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