Capítulo 7.

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CAROL
Estoy muy enfadada con Álex, ¿Pero quién se cree que es? Pero cuando me ha agarrado... No. Voy a dejar de pensar en él, no me conviene.
Vuelvo a casa antes de que anochezca, lo admito, este lugar me está empezando a dar repelús; y no es sólo el ambiente muerto y oscuro, hay algo más, una sensación que no se me quita desde el primer día aquí. Ese mismo día cuando vi aquella sombra en la ventana, me intenté olvidar de ella, pero tras conocer a Álex, me convencí a mí misma de que fue él.
Me acuerdo de una película que vi con mi mejor amiga, trataba sobre una pareja joven alemana, que un invierno, se iba de vacaciones a una montaña en Noruega. La chica veía sombras, y el chico la ignoraba, ya que, obviamente, era mentira. Al final, resultó ser el Yeti, que se dedicaba a comerse a los turistas.
Después de esa película tan absurda, cada sombra que veía, en el parque, en la playa, o en mi propia casa, me convencía que era el Yeti, y se me pasaba instantáneamente. He aquí la razón de mi poca credibilidad ante estos temas.
Llego a casa no muy tarde, y veo que mis padres están durmiendo la siesta en el sofá. No los quiero despertar, así que me subo a mi habitación sin hacer ruido. Quién lo iba a decir, hace unos días, odiaba este lugar, ahora le voy cogiendo cariño. Mientras abro la puerta de mi cuarto, oigo crujidos, crujidos de la escalera. Qué raro, nunca han hecho ruido. Para ver si son mis padres, me acerco a ver, pero siguen durmiendo plácidamente y con unos ronquidos que inundan la pequeña sala de estar. Esta casa cada vez es más curiosa. Vuelvo a subir y me tumbo en la cama, cojo mi libro favorito, el cementerio de los libros olvidados, y me hundo en las maravillosas historias que cuenta Carlos Ruiz-Zafón. Libro que más tarde, tendrá una importancia fundamental en mi vida.

EL CADAVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora