Capítulo 8

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Su despacho es muy amplio, la habitación está encabezada por una enorme mesa de cristal con un ordenador y dos sillas. Una de las paredes está llena de archivadores y en la pared opuesta hay cuadros con portadas de las ediciones que ha hecho. Vaya, son un montón.

Detrás de la mesa puedo ver a un hombre sentado de unos... No sé ¿treinta y seis años?
Está concentrado leyendo unos papeles mientras su rodilla derecha descansa cómodamente sobre la izquierda.

-Hola, tú debes ser Audrey Swan, mi nueva ayudante.-contesta mientras se levanta y me tiende la mano amablemente.

-Sí, buenos días, y tú deber de ser el señor Blank, me imagino.-digo esbozando una leve sonrisa.

-Efectivamente, pero porfavor llámeme Casey, el señor Blank es mi padre.-dice sonriendo.

Sonrío levemente ruborizada, me alegra saber que mi jefe tiene sentido del humor y no es un ogro que solo espera que le traiga café.

-Audrey, ¿me acompañas y te enseño un poco tu despacho, las rutinas diarias y un poco como funciona todo?-pregunta.

Yo asiento y comenzamos a andar.

Durante la siguiente media hora el señor Blank, perdón, quiero decir, Casey, me enseña mi despacho, y como quiere que funcionemos cada día, me ha explicado un poco el sistema informático y parece que ya lo tengo todo.

-Genial, gracias Casey... Emm.. ¿Con qué empiezo?.-digo titubeando.

-Tienes encima de la mesa unas propuestas que nos han llegado de ciertos autores amateur, quiero que les eches un vistazo y los clasifiques según su temática. ¿Podrás tenerlo para antes de comer o será mucho para tu primer día?-me pregunta mientras esboza una leve sonrisa.

Giro la cabeza hacia la mesa y veo unos doce dossiers, claro que puedo. He leido mucho más en menos tiempo, aparte quiero impresionarle.

-Por supuesto.-me apresuro a continuar de la manera mas eficiente que puedo.

-Genial, cuando acabes llévamelos al despacho.-dice mientras se encamina a la puerta, pero antes de salir se gira y añade: "Bienvenida al equipo Audrey."

Me paso las siguientes dos horas leyendo y clasificando cada uno de los dossiers además me han sobrado treinta minutos hasta la hora de comer.

Llaman a la puerta y aparece un chico joven, de pelo negro, y con unas gafas de pasta.

-Hola, quería presentarme soy Darek.-dice tendiéndome la mano.

-Encantada, yo soy Audrey.-le contesto mientas le estrecho la mano.

-Estoy trabajando como ayudante de editor, pero yo estoy con Janice, tú ¿estas con Casey verdad?-me pregunta amablemente.

-Sí, estoy con Casey. Aunque bueno... Hoy es mi primer día.-contesto casi en un susurro.

-No te preocupes, yo solo llevo aquí cuatro meses, te acostumbrarás. ¿Te apetece venir a comer conmigo y te enseño un poco todo?

-Claro.-miro el reloj, la 13:26.- Dame cinco minutos para llevarle unos documentos a Casey y vamos a comer, ¿me esperas abajo?-le pregunto.

-Si claro.-contesta, y se va.

Llamo a la puerta del despacho de Casey y espero a que me den el paso.

-Adelante.-oigo desde el otro lado.

-Señ... Esto... Casey ya tengo todos los documentos clasificados, espero que no te importe... Pero te he dejado alguna anotación en alguno... Nada importante.-digo mientras llevo la mirada discretamente a mis pies.

-Vaya, qué rapidez, estoy impresionado. Gracias Audrey, puedes irte a comer. Por la tarde tenemos una pequeña reunión y quiero que vengas.-¿qué? Abro los ojos como platos intentando asimilar lo que me esta diciendo. El ve mi expresión y se apresura a continuar.-Es a las cuatro y media asique... creo que tienes tiempo.-dice mientras pasa unas diapositivas en el ordenador.

-Sí, si gracias Casey. Es solo que me ha sorprendido. Aquí estaré.-le contesto.

-Genial entonces.-le oigo decir mientras salgo de su despacho.

Ya en el ascensor, saco el móvil de la mochila y veo que tengo un mensaje de mi hermana.

De: Savannah Swan

Para: Audrey Swan

Fecha: 20 de Julio de 2016. 12:32

Asunto: ¿Estás muerta o qué?

Enana, ¿qué es de tu vida? ¿Cómo vas con los exámenes? Llámame ¿vale? Tenemos mucho de que hablar ;)

-Savannah.

Voy a contestarla justo cuando las puertas del ascensor se abren. Voy centrada en el móvil escribiendo su respuesta justo cuando de repente me choco contra alguien.

-No. Porfavor. Otra vez no. Esto no puede ser verdad-me digo para mí misma.
Suerte que esta vez no te has caído.-me grita mi subsconsciente.

Idiota.

Idiota.

Levanto la mirada justo cuando voy a pedir disculpas, me quedo con las palabras en la garganta cuando veo al mismísimo Nathan Mills sonriéndome.

-Vaya, volvemos a vernos. Buenas tardes Señorita Swan.-dice con una pícara sonrisa.






Todas las noches en las que el cielo se vuelve grisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora