Solo hay dolor. La cabeza, los brazos, el pecho...
Dolor. Dolor y palabras susurradas que no logro entender.
¿Dónde estoy? No puedo abrir los ojos. Lo intento, pero no puedo. Los susurros toman forma de palabra y cómo un faro en el océano entiendo que dicen.
Hospital. Estoy en el hospital. El coche. La ambulancia. Sirenas. Oscuridad.
Huele a hospital. Sí, a hospital, ese olor imposible de explicar a qué huele, pero que todos los que hemos pasado tiempo aquí reconocemos.
Oigo voces, muy lejos y muy bajas.
Quiero abrir los ojos joder, lo intento, pero es imposible.
-Lo siento, tiene una pequeña fractura en el cráneo, pero no os preocupéis sus constantes vitales son estables y muy fuertes.
-No entiendo, ¿entonces por que sigue inconsciente?-pregunta Nathan.
Nathan... Está aquí. Sigue aquí. Es la voz rota de Nathan.
-La señorita Swan ha sufrido un fuerte golpe. Todos los escáneres, pruebas y demás, están dando buenos resultados. No presenta inflamación en el cerebro y sus constantes se mantienen estables. Despertará cuando crea que está preparada para hacerlo. Dele un poco de tiempo, ha pasado por algo muy traumático.
-Vale, gracias...-contesta Nathan.
De repente el dolor vuelve. Todo comienza a dolerme. Mis ojos están totalmente cerrados y no quieren abrirse. Nada de mi cuerpo responde. ¿Voy a estar siempre así?
Alguien me coge de la mano, y ahí está, joder... La conexión. Nathan. Es él.
-Tranquila pequeña, no te voy a dejar sola.
Su voz no es más que un susurro agónico y cansado.
La oscuridad vuelve y me invade.
De pronto escucho unos sonidos. Una voz. Los identifico rápidamente, es Matt.
¡Mi hermano! Intento hablar, incorporarme para que me vea y para que sepa que estoy bien, pero no puedo. Me duele la cabeza. Me duelen los ojos, me duele la vida.-Todo por mi culpa, ¡joder! Yo te pedí que vinieras a mi casa. ¡Dios mío! Cuando he escuchado las sirenas y he visto el coche... Pequeña cómo te pase algo, yo muero...
Matt me agarra la mano y apoya la frente sobre mi brazo mientras una lágrima solitaria le cae por la mejilla, y cae sobre mi brazo.
Está llorando. Nunca había visto a Matt llorar.
La inconsciencia vuelve y se apodera de mí.
Noto que alguien me aprieta los dedos.
-Audrey, por favor, vuelve. Lo siento. Siento lo que ha pasado, siento ser un cabezón y un orgulloso. Despierta. Te echo de menos...-de repente se calla.- Audrey, te quiero.
¿Me ha dicho te quiero? Me quiere. Nathan me quiere.
Te quiero.
Te quiero.
No dejo de repetirlo, no quiero que se me olvide.
Lo intento. Intento abrir los ojos. Quiero verle pero mi cuerpo no me obecede y vuelvo a caer.
Oscuridad.
Me pica el brazo. Mucho. Es insoportable. Abro los ojos. Veo el ambiente limpio y blanco de la habitación. Todo está en silencio. No se oye absolutmente nada. Lo único que oigo es el vago sonido de mi respiración. Me giro de manera brusca y noto algo en el brazo que se me clava.
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Todas las noches en las que el cielo se vuelve gris
Romance;EN EDICIÓN PUEDE QUE ALGUNOS DATOS Y NOMBRES NO COINCIDAN. SE RUEGAN DISCULPAS. PRIMERA PARTE DE LA TRILOGIA MIS NOCHES. "Audrey Swan es una chica tímida de 21 años, romántica como ella misma, luchadora y enamorada de la ciudad en la que vive...