CAPÍTULO 13

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NARRA DULCE MARIA ESPINOZA

La noche era triste, demasiado.

Estaba alado de mi padre, el cual me abrazaba con fuerza, ya que hace unos minutos había roto en llanto al ver el ataúd de Jessica, era la primera vez que la veía desde que llegamos al funerario y eso me destrozo.

-Tranquila amor, tranquila; me decía mi padre mientras acariciaba mi cabello.

¿Cómo me iba a calmar? ¿Cómo?

Las horas pasaba y pasaban y mi corazón se rompía cada vez más al darme cuenta de la realidad, la cruel y cruda realidad.

Todos me dicen que ella está en un lugar mejor, ¿Pero cómo? Ella está sola, quisiera desaparecer de este mundo e irme con ella, estar con ella y ser felices juntas.

NARRA CHRISTOPHER UCKERMANN

Por suerte había conseguido dos boletos en primera clase para viajar a California.

Se preguntaran ¿Dos? Así es, dos, a mi lado descansaba la loca de May que casi me ruega de rodillas que la trajera conmigo y me convenció, después de todo es amiga de mi pequeña y tenía que estar con ella.

Nuestro vuelo había despegada a las 7:30, llegaríamos aproximadamente a las 12:30 a California.

Mi cabeza solo estaba en Dul, en mi pequeña, en estos momentos debe de estar pasándola muy mal, por lo que me conto May, Dul amaba a su hermana, era su adoración, su vida y ahora se la arrebataron, no quiero pensar en cómo se sentirá, pero me es imposible.

No sé qué me pasaba con ella, desde que me reto en la cafetería hubo algo que me llamo la atención, algo de ella me encanto, me hechizo, cuando nos besamos, diablos, me sentí en el cielo.

Nunca, nunca había sentido esto con nadie, ella me hipnotiza, con sus ojos, con su mirada profunda y la vez tierna que hace que mi piel se erice. Diablos ¿Qué estoy diciendo?

Mi teléfono sonó sacándome de mis pensamientos.

-Ucker: ¿Hola?; conteste.

-Bebe, ¿Cómo estás?; hablo mi madre Alice, tiernamente, reí.

-Ucker: Estoy bien Ma, aunque ¿Cuántas veces te eh dicho que ya no soy un bebe?; dije sonriendo, extrañaba mucho a mis padres y a las locas de mis hermanas.

-Muchas bebe, pero ya sabes, siempre serás mi bebe; dijo riendo; Pero bueno, ¿Qué haces? Se escucha mucho ruido; diablos ¿Qué le diría? No podía decirle que salí de viaje y deje la universidad, aunque sé que mi madre no me regañaría si le digo mis razones, pero ¿Cómo le diría que vine por una chica? Empezaría con cursilerías de amor y eso, aunque no le puedo mentir.

-Ucker: Estem... A ti no te puedo mentir; dije serio.

-Christopher Uckermann ¿Qué pasa?; pregunto con el mismo tono de voz.

-Ucker: Estoy viajando a Californio; dije y cerré los ojos.

-¿Viajando? ¿California? ¿Te mandaron de intercambio?

-Ucker: No mami, yo... no sé cómo decírtelo, es algo complicado y una historia muy larga.

-Pues tengo tiempo bebe, así que cuéntame todo; dijo ¿Emocionada? ¿Les dije que amo a mi madre?

Le conté todo, desde el día en que la conocí hasta la tragedia por la que estaba pasando y por la cual volaba a San Diego. Al principio mí madre se sorprendió de que hiciera esto, pero después me entendió.

-Está bien hijo, solo no descuides la universidad, entiendo que quieras estar con tu amada; dijo suspirando ¿Amada? ¿Es en serio?; El amor nos hace hacer locuras; dijo riendo.

Ucker: Ma, yo no estoy enamorado; dije rodando los ojos. Yo no lo estaba ¿O si?

-Claro bebe, espero que me digas eso cuando llegues a la casa presentármela; se burló.

-Ucker: Está bien, te dejo, necesito ir al baño, hablamos después mami; dije despidiéndome.

-Claro bebe, cuídate y dile a mi nuera que lo siento muchísimo, te amo; dijo y colgó-

¿Nuera? ¿En serio? ¿Qué pasaba con mamá?

Las horas pasaron rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos bajando del avión, fuimos por nuestras maletas y salimos del aeropuerto.

-Ucker: Me imagino que sabes en donde esta Dul ¿No?; pregunte a May.

-Mayte: ¿Me crees idiota? Obvio que se, le envié un mensaje para pedirle la dirección; dijo seria.

Rentamos un auto, era obvio que no iba a viajar en taxi, prendimos el GPS, pusimos la dirección y este nos guio hasta donde se encontraba mi pequeña.

NARRA DULCE MARIA ESPINOZA

No podía más, no podía seguir aquí, necesitaba despejarme.

Salí de ahí sin importarme nada, necesitaba aire, caminar, eran la 1:24 de la madrugada, se que era tarde pero no importaba, necesitaba pensar.

Camine y camine sin rumbo, nuestra casa estaba cerca, mis pies me guiaron hasta ahí y entre.

Sabía que me torturaría estar aquí y sola, lo primero que vi cuando entre fue su andador, el aparato que usaba para poder caminar, eso me rompió, me rompió el corazón, camine hasta el, era como si quisiera que ella estuviera ahí, apoyándose en él.

RECUERDOS

*

-Jajaja, bebe perdón, no te enojes; dije riendo, mientras veía a Jessica enojada.

-¿Qué pasa aquí?; pregunto mi padre saliendo de la cocina.

-Papi, Dul dijo que parezco una anciana con el andador; dijo haciendo pucheros, mi padre rio; ¡Papi!; dijo enojada.

*

Esos recuerdos inundaron mi mente, y entonces no pude más, rompí en llanto, me tire en el sofá a llorar como nunca había llorado en mi vida, lloraba desconsoladamente.

¿Por qué? ¿Por qué te la llevaste Dios? ¿Por qué? ¡Dime!; gritaba llorando.

Esto me mataba.

Sollozaba fuertemente en el sillón, cuando siento que unos brazos fuertes me rodean y yo sin saber quién es, me acurruco en ellos llorando.

Unas manos acarician mi espalda y mi cabello.

-Tranquila pequeña, todo estará bien, estoy contigo; susurro en mi oído, es voz.

El OdiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora