EPÍLOGO

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Mis manos sudaban de lo nerviosa que estaba.

Hoy después de casi un año y medio de relación con mi odioso iba a conocer a mis suegros.

Estaba muy nerviosa, ¿y si no les caía bien?

-Vamos pequeña, no tengas miedo, ellos te amarán; decía Christopher mientras veíamos que los portones de la gran mansión Uckermann en New York se abrían.

-Me siento muy nerviosa, ¿qué pasa si no les caigo bien?; repetí de nuevo; ¿Y si no le caigo bien a tus hermanos? Dios, que nervios.

-Amor, tu más que nadie sabe que ellos están más que emocionados por conocerte, ellos ya te aman; tomó mi mano; Recuerda, ya has hablado por teléfono con mi madre y mis hermanos, ya hasta hicieron planes para ir de compras contigo; reí, era cierto sus hermanos varias veces habían hablado conmigo por teléfono y emocionados me decían que cuando fueran a NY fuéramos de compras en parejas, al spa, a comer y muchos cosas raras que hacen los ricos.

Ellos como nosotros estaban de vacaciones de verano en NY, ellos vivían en Londres con sus novias y habían llegado desde la semana pasada a la ciudad, mientras nosotros apenas hoy pudimos llegar debido a que nuestros boletos habían sido cancelados por a ver llegado tarde ese día al aeropuerto así que mi amado suegro Victor (el cual nunca he hablado con el a diferencia de Alexa, mi suegra) nos mandó su avión privado y pues aquí estamos, apunto de bajar del auto para así al fin conocer a los Señores Uckermann y sus hijos.

Christopher toco el timbre de la mansión, a los segundo la puerta de madera se abrió dejando ver a una señora un poco mayor.

-¡Christopher! Estás aquí; dijo mientras abrazaba al odioso.

-¡Magie!; dijo Ucekr; Te extrañé mucho; dijo aún abrazándola, cuando se separaron ella me miró con una tierna sonrisa.

-Tu debes de ser Dulce ¿verdad?; asentí y a los segundos ya estaba envuelta en sus brazos; Mucho gusto soy Magie y estoy muy feliz de que estén aquí; dijo cuando se separó. Que tierna señora.

Entramos a la casa, Dios, si por fuera estaba hermosa, por dentro estaba más que espectacular, era una señora mansión.

-Magie, ¿en donde están mis padres?; pregunto Ucker.

-Oh si, ellos los están esperando en el patio trasero; respondió.

Christopher tomo mi mano y junto caminamos hacia el patio trasero, wow, esto estaba deslumbrante, esto parecía más un bosque que un patio, estaba lleno de árboles, a unos metros se veía un gran lago, asombroso, la piscina ni que decir.

Caminamos hacia una pequeña terraza, se veía una palapa con sillones, alado estaba una pequeña cocina, me imagino que era él área donde hacían sus fiestas familiares o barbacoa de las que tanto me hablaba Chris.

Y entonces sentados en esos sillones estaban mis suegros.

Alexa Karlsson y Victor Uckermann

Ella al vernos se levanto de un salto y vino directamente a abrazarnos a los dos.

-¡Dios, están aquí! ¡Al fin!; decía emocionada, le dio un abrazo por separado a Christopher y después me miró.

-Tu debes de ser Dulce, yo soy Alexa, no sabes el gusto que me da conocerte; decía mientras me daba un beso en la mejilla.

-El gusto es mío Señora Uckermann; dije con una sonrisa tímida,

-Oh, nada de Señora, dime Alexa, me gusta más; de verdad que a mi Alexa era una persona muy linda.

Después de abrazar a su hijo, el señor Uckermann se acercó a mí, me intimidaba, la verdad.

-Señorita Espinoza; saludo; Mucho gusto; tomó mi mano, a lo que yo me acerqué a él y le di un beso en la mejilla.

-Mucho gusto Señor Uckermann; dije muy bajo, pero con una sonrisa.

-No saben lo feliz que estamos de tenerlos aquí; dijo Alexa; Vamos a sentarnos; nos guió hacia los sillones que se encontraban en la palapa.

Nos sentamos y empezamos a platicar, ya saben, como nos conocimos, como nos iba en la universidad, etc.

La verdad es que los nervios se habían esfumado por completo al ver que sus padres me trataban muy bien, eran muy amables, sobre todo Alexa, mi suegra, era muy carismática y siempre tenía una sonrisa en la cara, Victor mi suegro, también era amable, pero se lo notaba un poco más serio, más formal, pero aún así me cayeron muy bien y creo que yo a ellos.

Sus hermanos habían ido con sus novios al supermercado a comprar las cosas necesarias para la barbacoa por eso es que no estaban presentes.

Horas más tarde, me sentía feliz, sus hermanos ya me habían recibido y me habían caído muy bien, sus novias igual, eran muy hiperactividad y carismáticas al igual que Alexa.

-Dul, tienes que venir a mi Baby Shower en noviembre, si no iré yo misma por ti; decía Camila quien tenía cuatro meses de embarazo, tenía una linda pancita, ella era hermosa igual que Lizzie y Alexa.

-Espero que pueda venir; sonreí.

Los hombres preparaban la barbacoa mientras nosotras platicábamos de cosas triviales.

Cuando Alexa y yo nos quedamos solas ella se acercó a mí.

-Dul, no sabes lo feliz que estoy de que tu seas la novia de mi hijo, la mujer de la qué mi hijo se enamoro, debo admitir que al principio me puse celosa, no lo tomes a mal, solo me daba algo de miedo que se equivocara y encontrará una mala mujer; tomo mi mano; Se que aún es muy rápido, y sé que todavía no terminan ni siquiera la universidad, aunque falta muy poco; dijo; Pero me gustaría que siempre estuvieras con mi hijo, el cambió mucho desde que te conoció, no sabes lo feliz que me sentí cuando me hablo ese día y me dijo que estaba volando hacia otra ciudad por una chica, una chica que acababa de conocer, pero que le preocupaba, esa chica eras tú, el nunca había hecho eso por nadie, ni siquiera por sus hermanos; reímos; Pero lo hizo por ti, y entonces me di cuenta que el se estaba enamorando, entonces cada vez que me hablaba por teléfono y me decía todas esas cosas lindas por ti, me di cuentas que eras perfecta para el, muchas gracias Dulce; termino dándome un abrazo.

Estas palabras no me las esperaba.

-No tiene nada de que agradecer Alexa, yo amo a su hijo, y por supuesto no tenga miedo, yo nunca lo lastimaría, no intencionalmente, el me ha ayudado mucho y sé que el es un hombre maravilloso, admito que cuando lo conocí pensé que era un odioso, nunca pensé que terminaría con el, pero cuando estuvo conmigo apoyándome con la muerte de mi hermana, me di cuenta que era lo contrario, esos días que pase con el me hicieron darme cuenta de mis sentimientos y al parecer los de el también, le doy gracias a Dios por haberlo conocido, por qué simplemente él ha cambiado mi vida; dije casi con lágrimas en los ojos.

-Y tú cambiaste la de el, te lo aseguro; dijo sincera.

¿Que más podía pedir? Tenía a mi odioso a mi lado, unos padres y suegros que me amaban (no es por ser egocéntrica) unos cuñados asombrosos y pronto me graduaría.

Y todo se lo debía a Jessica, a mi pequeña hermana, que aunque ella no está conmigo, sé que ella está cuidándome y dándome ánimos desde el cielo. Ella me animo a seguir adelante al igual que Christopher y mis padres y claro May, aunque ella se haya ido de intercambio a México aún seguía en contacto con ella, pero la extraño muchísimo, y sé que Christopher también lo hace aunque lo niegue.

-¿En qué piensas pequeña?; susurró Christopher en mi oído.

-En mi vida con el odioso que tengo por novio; dije con una sonrisa.

-Oh pequeña, sabes que amas a este odioso y este odioso esta loco por ti, está perdidamente enamorado de ti; dijo mientras juntaba nuestros labios en un asombroso beso.

Mi vida era perfecta a su lado y espero que siga siendo así.

****

Bien, aquí está el epílogo, ¡Espero que les guste!

¡Al fin los suegros Uckermann aparecieron!

El OdiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora