Capítulo 9: Mal entendido

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Era una tarde nublada, el viento ondeaba los árboles y la lluvia anunciaba su llegada próxima. A Michael le causó indiferencia lo que había escuchado de labios de Anabelle y un par de días después de lo acontecido seguía teniendo conversaciones de mucho afecto con Emily. Al enterarse él que ella iría de nuevo a la biblioteca, se dispuso a pasar a recogerla. Esto a ella le dio mucho gusto de inmediato, ya que finalmente tendría a su mejor consuelo para que la llevara a su casa después.

Emily llegó de nuevo a la biblioteca a pasar unas cuantas horas pegada a la mesa donde pasaba página tras página. A Blake le causaba mucha intriga ver a aquella chica estar con tanta frecuencia sentada a la mesa con sólo libros a su alrededor.

A ella no le importó quedarse hasta noche en ese lugar debido a que sabía que Michael llegaría por ella en cualquier momento. Hasta que llegó la hora en que las personas que aún estaban dentro debían abandonar el lugar debido a que éste estaba próximo a cerrar sus puertas tras otro día de servicio. Entonces Emily salió a recepción. Se extrañó al ver que Michael aún no había hecho acto de presencia en aquel lugar. La noche estaba helada y una pequeña brisa se asomó, la cual minutos después se convertiría en una fuerte llovizna. Emily no perdía la esperanza de que Michael llegara en cualquier momento. Estaba ahí sin abrigo alguno y la noche empezaba a ponerse cada vez más fría. Pasó más de una hora y Emily seguía ahí, cerca de la puerta esperando ser recogida. Esto sorprendió a Blake, el cual se encontraba poniendo todo en orden para poder retirarse del lugar. El la veía ahí sola y se le hacía extraño que después de casi una hora de haber salido de las instalaciones ella seguía ahí afuera esperando por alguien seguramente. Llegó la hora en que él se tenía que ir, su día de labor ya había terminado. Se acercó a ella y quiso salir de su duda.

—¿Esperas a alguien verdad?

—Con voz temblorosa debido al frío ella responde de inmediato — ¡Sí, quedaron en venir a recogerme!

Él metió las manos en sus bolsas y se quedó junto a ella viendo hacia todos lados. Lo intentó de nuevo y le propuso a Emily llevarla a su casa, tal y como lo había propuesto el otro día.

—Hace mucho frío y veo que estás aquí desde hace mucho.

Con sonrisa en su rostro Emily respondió:

—¡Así es! Y creo que me dejaron plantada

—Si quieres puedo llevarte... Es que me da pena irme yo y que tú te quedes aquí esperando quien sabe cuánto tiempo más.

Emily no quiso acceder de nuevo, quiso quitarse el compromiso diciendo que la persona que la recogería iba a llegar en cualquier momento, que quizá solamente había tenido un pequeño contratiempo. Pero pasaban los minutos y Michael no llegaba. Blake seguía insistiendo en que cada vez se hacía más tarde y si no llegaban por ella tendría que tomar un taxi de nuevo con el riesgo a sufrir algo imprevisto con lo peligroso de la ciudad sobre todo a esa hora de la noche.

Pero Emily se negaba, le agradecía a Blake por su disposición y caballerosidad pero creía que no era correcto irse sola con él. Tras varios intentos insistiendo, él se rindió y lo entendió así que quiso hacer otro acto de amabilidad.

—Al menos, ten mi chaqueta, veo que no traes abrigo y estás temblando.

También tuvo complicaciones para que ella accediera pero al cabo de varios intentos ella decidió corresponderle aceptando su chaqueta.

—Está bien, la aceptaré, en verdad eres muy lindo.

Sintiéndose plantada por Michael, se dispuso a tomar un taxi que la llevara de vuelta a su casa. Michael había tenido un contratiempo. Los malos pasos de la sociedad lo habían sumergido en los bajos mundos de los malos negocios. Emily se disponía a subir a un taxi cuando de repente Michael aparece. Sale del coche y se disculpa por el ingrato retraso. La abraza pero en eso, ve que Emily lleva puesta una chaqueta nunca antes vista por él, y evidentemente era de hombre. Inmediatamente volteó y vio a Blake frente a la biblioteca y pensó en lo que Anabelle le dijo cierto día en su casa. Con mucha ira cuestionó a Emily y él mismo le quitó la chaqueta y con furia se dirigió a Blake. Tiró la chaqueta a sus pies y lo encaró.

Imposible OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora