Capítulo 11: ¡Alerta!

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         La alerta llegó enseguida. Como ya es costumbre en la vida cotidiana, las malas noticias no se hacen esperar. Julie se encontraba en casa, en compañía de Clayton. La noticia fue de infarto, su color de piel se opacó de inmediato y poco faltó para que cayera desmayada de la impresión. Clayton también se asustó pero al ver la reacción de ella. Éste al enterarse también de la brutal noticia estuvo a punto de entrar en estado de shock. La señora de la casa, Deborah, se encontraba reposando en su habitación; su estado de salud no era el indicado para recibir una noticia de esa magnitud, sobre todo si dicha noticia involucrara a su querido hijo. Julie se sentó en el sofá llevando sus manos a la cabeza en señal de inquietud al no saber qué hacer, si ir de inmediato al hospital donde habían llevado a los protagonistas del accidente o informar a su madre de lo acontecido. Ella sabía que para su madre, una noticia así podía ser perjudicial para su salud, evidentemente Clayton también lo sabía. Pero no había otra opción, tarde o temprano Deborah se tenía que enterar así que Julie decidió subir a contarle todo. Decidió hacerlo con el mayor de los cuidados.

—¡Madre! ¿Puedo entrar?

— ¡Adelante hija!

—¡Madre, acaban de llamar del hospital! Michael tuvo un pequeño accidente, pero no temas, él está bien, está consciente.

Como un cuchillo que se clava directo al corazón fue esa noticia para Deborah.

—¡¿Qué tu hermano qué?! ¡¿Dónde está él? ¡¿En qué hospital?!

Inmediatamente salieron los tres al hospital, Clayton conducía. En el camino, Julie llamaba a su padre, el Sr. Vincent para contarle de igual manera lo sucedido. Éste al enterarse se puso como loco y salió como de rayo de su lugar de labor en auxilio de su hijo.

Pasaron alrededor de treinta minutos para que Clayton, Julie y Deborah llegaran.

—¡¿Dónde está mi hijo?!— Exclamó Deborah desesperada.

—¡Por favor! Aquí trajeron a mi hermano y a su novia, ¿Dónde están?—Expresó Julie.

Pronto fueron informados. Michael estaba bien, con nada más que un par de costillas rotas y unos cuantos moretones y heridas en la cara. Era increíble el poco daño que éste sufrió tomando en cuenta que el impacto había sido de frente y a tan alta velocidad. Pero Emily si estaba grave, con una pierna rota así como también la clavícula y brazo derecho y también unas cuantas costillas. Superficialmente eso fue lo primero que los doctores y enfermeros notaron en ella, llegó inconsciente y estaba en estado de coma.

Julie gritó y lloró de dolor. Se sentía aliviada en parte al saber que su hermano estaba bien, con unos cuantos golpes pero nada de gravedad. Sin embargo, al escuchar el estado de Emily, eso la hizo estallar en llanto y depresión. Clayton trataba de consolarla, aunque sus esfuerzos eran casi inútiles. En acto seguido llegó el Sr. Vincent al lugar, vio a su esposa y a su hija en la sala de espera y de inmediato preguntó por Michael. Tranquilizó su desesperación al escuchar por parte de Deborah la situación no comprometida de su hijo. Sin embargo le contó también la situación de Emily. A Vincent le sorprendió, debido a que no pensó que Michael llevara acompañante en ese momento. Pero eso no era todo lo que tenían que escuchar.

Al estar ya Michael consciente del todo, fue Clayton quien entró a verlo primero, Deborah y Vincent se quedaron con la todavía destrozada Julie. Clayton cruzó la puerta de la habitación donde Michael se encontraba y lo vio ahí, con unos cuantos raspones en el rostro.

—¿Cómo te sientes hermano? — Preguntó Clayton.

—Como si estuviera en un hospital— Respondió sarcásticamente Michael.

Imposible OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora