Capítulo Primero

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Regreso con esta historia que cree hace mucho, he decidido adaptarla a Inés y Victoriano. Espero les guste. Gracia por leer mis historias.

- ¿Vendrás a la cena de navidad? - preguntó una dulce voz desde el otro lado del teléfono.

- Quizás... - respondió él mientras leía unos documentos

- Victoriano, hace ya cuatro años que no pasas las navidades con nosotras. Sólo te vemos si vamos a la hacienda.

- He estado muy ocupado, las lluvias han azotado la zona en la época navideña, el ganado ha enfermado, la empresa... - él soltó un suspiro frustrado - No importa, te prometo mi potranquita que las compensaré.

- ¿Cómo? Vic ¡Te queremos acá en navidad!

- Constanza mi trabajo es muy importante para mí, todo esto es nuestra herencia, cada vez que ustedes han podido hemos estado juntos acá, para variar deberían pasar las navidades aquí - dijo Esteban mientras tomaba nota de algunas llamadas que debía realizar.

- Sabes bien porque las celebramos en Mexico. - dijo Constanza con dolor, Victoriano sintió pesar por olvidar - Yo no podemos ir tanto a la hacienda por nuestros trabajos y estudios. Te extrañamos en Navidad, la época mas importante para nosotros.

Constanza aun era una jovencita, tan sólo tenía diecisiete años, era la menor de las hermanas de Victoriano; y él había creado un lazo casi de padre-hija con ella. Su madre había muerto durante el parto de Constanza, y luego su padre había enfermado de Cáncer, una enfermedad que lo había consumido, para llevárselo él día después de Navidad.

- Créeme cariño, me gustaría pasar más tiempo con ustedes dos. - Buscando zanjar las quejas, cambió de tema - ¿Cómo está Cassandra? - Cassandra Santos acababa de cumplir los veinticinco años, era una joven emprendedora, había estudiado arquitectura y se había graduado recientemente, estaba comprometida para casarse, cosa que a Victoriano aún le molestaba, no solo por la aversión que había contraído hacia el sagrado lazo matrimonial, sino también por la diferencia de edades entre su hermana y su prometido.

- Bien, está organizando todo para la fiesta de Navidad, ya repartió las invitaciones. Vic tienes que hacer el esfuerzo de venir. - Victoriano suspiró frustrado, las cenas de navidad eran una total perdida de tiempo. Prefería pasar ese día trabajando que escuchando los cotilleos de los familiares y amigos cercanos. Ya los escuchaba "Victoriano, deberías pasar más tiempo con Inés, ella es tu esposa. Eso de vivir en diferentes países no es bueno para un matrimonio".

Las navidades lo entristecian, porque recordaba a su padre muriendo, recordaba como le hizo prometer que se casaría con una jovencita que apenas lo miraba a los ojos y para la cual el matrimonio era un fastidio. Ver a Inés en esa época era la gota que derramaba el vaso, por eso evitaba a toda costa compartir esas fechas junto a sus hermanas. Después de unos segundos pensando, hizo la pregunta que lo rondaba.

- ¿Sabes si asistirá Inés?

- Por supuesto, como todas las navidades. Anímate Victoriano, hace mucho que no la ves; te llevaras una sorpresa cuando lo hagas. - Él estaba seguro que la sorpresa se la llevaría Inés, cuando Victoriano le pidiese el divorcio. Llevaba saliendo unos meses con una secretaria de la empresa Deborah Piñero, su relación era exclusivamente sexual, Victoriano se había guardado de hacerla pública en respeto a su condición de casado; pero ahora que Inés había terminado sus estudios y según informes de su abogado había emprendido una empresa de artesanías, ya no lo necesitaba. Él tampoco necesitaba de ella, el control de las empresas Santos estaban en sus manos, y pronto Constanza y Emiliano serian mayores de edad. Las buenas decisiones laborales de Victoriano habian multiplicado tanto su fortuna como la de los Huerta, era hora de cerrar ciclos, un buen comienzo sería cortar con Inés y casarse con Deborah.

Decisión de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora