Capítulo Quinto

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Inés y Loreto iban callados en el auto, ella pasó todo el camino mirando a lo lejos por la ventanilla, y de vez en cuando solo suspiraba. Él no quería interrumpir sus pensamientos, sabia muy bien que la relación con su esposo era extraña, y supuso que verlo de nuevo había sido un golpe fuerte, llegaron al departamento de Inés, y Loreto la acompañó hasta la puerta.

- ¿Estás bien?  - ella sonrió

- ¿Quieres pasar?

- ¿Estás segura?  - Inés asintió. Entonces Loreto entró y dejó su chaqueta en el sofá más cercano, Inés fue hasta el mini-bar que había en su sala, y sirvió dos brandy

- Espero te guste el brandy, es lo único que tengo, y vino pero ahora mismo quiero algo más fuerte.

- Brandy esta bien ¿quieres hablar?  - Inés suspiró sentándose en el sofá

- Le pedí el divorcio - dijo sonriéndole a Loreto que había ocupado el sillón frente a ella. 

- ¿Y como te sientes?  - Ella frunció en ceño, pensando bien cuáles habían sido sus emociones, pero no pudo descifrarlas y en ese instante deseaba olvidarse de todo, sobre todo de Victoriano Santos, pensar en él la llenó de rabia y frustración, así que tomó una decisión que cambiaría su vida.

- ¿Te gustaría hacerme compañía esta noche? - El pensó un instante para responder.

- Me encantaría  - Inés  tomó a Loreto de la mano y ambos caminaron hasta la habitación, entraron y cerraron la puerta de la habitación     

Mansión Santos

- Deberías dejar de tomar.

- Déjame, ahora mismo es lo único que quiero hacer

- ¿Qué sucedió con Inés? - Victoriano miró su copa y dijo con tono bajo - me pidió el divorcio

- ¿Qué hizo qué?

- Quiere el divorcio  - Cassandra se quedo muda, ella conocía muy bien los sentimientos de Inés por su hermanp, por lo cual pensaba que esa era la petición mas absurda que había escuchado en su vida - ¿Sabes cuál es la mayor ironía en todo esto?

- ¿Cuál?

- Que yo iba a hacer lo mismo

- Victoriano… 

- Le pediría el divorcio y seguiría mi vida, soy un maldito egoísta ¿no crees? 

- No digas eso… 

- Lo digo porque es la verdad, iba a pedir la anulación o el divorcio, y ahora que lo hace ella me molesta una barbaridad - Victoriano se tambaleó al levantarse, y se encaminó a su habitación.     

Departamento de Inés

- Buenos días -  la saludó Loreto entrando a la habitación de Inés con una taza de café en mano para ella

- Buenos días, ¿Cómo amaneciste? - le contestó ella después de bostezar y sentarse en la cama para recibir la taza de café caliente.

- Perfectamente - dijo dándole un suave beso en los labios a Inés -   quiero darme una ducha veloz, ¿no hay problema? - ella negó con la cabeza -  no pensé que era tan tarde, pero quede con un cliente para almorzar.

- ¿Quieres algo de comer antes de irte?

- Un jugo está bien, ya es casi la hora de la comida

- Bien iré a la cocina - Inés esperó que Loreto entrara al bañó, se colocó la bata y amarró el cinturón, se colocó las zapatillas y se recogió el cabello en una coleta. Mientras preparaba el café, el timbre de la puerta la sobresaltó, al abrir la puerta se maldijo por no haber visto antes por la mirilla de la puerta.

Decisión de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora