Decisión de Amor

Capítulo Octavo

- No debiste irte de esa manera - le dijo apenas la vio.

- Necesitaba estar sola

- Ese ha sido otro de nuestros muchos problemas  nunca compartimos nada

- Es muy tarde - dijo Inés cansada

- No tanto ¿me invitas un trago?  - Inés había estado pensando en su matrimonio cuando se regresó en un taxi, pensó en cómo ella hubiese deseado ser la mujer que Victoriano necesitaba y quería; suspiró al verlo mirarla con esos ojos que parecían querer atravesar su alma.  

- Esta bien - dijo soltando un suspiro.  Victoriano observó los pies descalzos de Inés sobre la alfombra,  era pequeña pero con curvas bien formadas.  Si tan solo hubiesen tenido una oportunidad de conocerse mejor hace ocho años. Ella le tendió el vaso con brandy.

- Solo tengo eso, ¿para qué has venido?  - el aceptó agradeciéndole y sentándose en el sofá, ella se sentó también.

- Estuve un buen rato aparcado abajo pensando, recordando  - Inés lo observó detenidamente, ella también había estado recordando -  no puedo cambiar lo que hice Inés; pero dime algo, si te pidiera una oportunidad ¿me la darías?  - Inés abrió su boca para contestar, pero de ella no salió ningún sonido, le dolía saber que él no había respetado su alianza, que mientras ella aguardaba en casa, esperando las caricias pendientes de ocho largos años, él compartía la cama con alguien más. Pero por otro lado ella lo amaba, lo amaba como sabia no amaría a nadie más.

- ¿Cómo puedo confiar en ti? ¿para qué una oportunidad después de tanto tiempo?

- Para que no hayan arrepentimientos - Él dejó el vaso sobre la mesa y le tomó las manos -  no te pido que me dejes entrar a tu vida de manera radical, te pido un chance para que nos conozcamos mejor; Si después de eso, quieres el divorcio entonces sabremos que hicimos todo lo posible. -  Inés bajó el rostro, él la estaba mirando muy intensamente, sabia claramente que Victoriano hablaba de un acuerdo donde la relación física era importante.

- ¿Hablas de ser amigos?

- Yo no podría ser tu amigo - le dijo mirándola con deseo - pero si es lo que deseas, es un buen comienzo.

- ¿Terminarás con tu amante?

- Si y tu dejarás de ver al tal Loreto.

- El y yo…

- No quiero detalles - dijo tensando su cuerpo - Supongo que tu tampoco quieres detalles de mi relación con otra mujer

- ¿Cómo se llama? - preguntó ella.

- ¿Para qué quieres saberlo?

- Tu sabes el nombre de mi amante - Dijo ella encogiendo los hombros.

- Déborah. - ella apretó los labios

- ¿Dónde la conociste?

- Trabaja conmigo. -   Ella sintió deseos de gritar, quizás tenía la esperanza de que fuera una relación pasajera, pero tenían cosas en común, se veían con frecuencia.

- ¿La amas? - Victoriano bajó la mirada y se tomó el brandy de un trago

- No

- ¿Lo sabes ahora? o ¿siempre lo has sabido?

- Siempre lo he sabido. En algún momento pensé en tener algo serio con ella, pero solo porque entre nosotros hubo una relación mas física que otra cosa.

-  ¿Ella sabe que estas aquí tratando de darle una oportunidad a tu matrimonio?

- No  - Inés se levantó y cruzó sus brazos para aplacar los temblores que le recorrían.