Victoriano se llevo a la cafetería a Inés, él la dejó llorar mientras aguardaba en silencio la oportunidad de darle consuelo. Sabía que no debía ser fácil para ella lo que estaba sucediendo, se puso en su lugar y su corazón sintió dolor tan solo de pensar que en lugar de Emiliano fuesen Cassandra o Constanza. Cuando Inés dejó de llorar, él le extendió un pañuelo; ella lo tomó y se limpió las lágrimas.
- Gracias...
- ¿Quieres tomar algo? - ella negó con la cabeza. El camarero se acercó y él pidió un café para él y un té para ella, Inés lo miró fijamente.
- Estoy seguro que no desayunaste antes de venir. Además el té ayudará a que te sientas mejor. - Ella asintió - Inés, es normal que te sientas así. Yo mismo estoy destrozado con todo esto.
- Emiliano nunca te importó.
- No seas cruel. Eso no es cierto. - Ella se puso las manos en la cara y sollozó.
- Él anhelaba ser como tú, por eso fue a la Hacienda. - ella golpeó la mesa con la mano. - No debí permitir que fuese.
- No es tu culpa - Le dijo él con tristeza. Ella lo miró y sintió que un abismo se había instalado entre ellos, aún peor que ocho años de distancia.
- Fue mi culpa por confiar en ti.
- Inés...
- No debiste permitir que montara sin experiencia. Tu tenías que saber que podía haber un accidente... Por tu culpa mi hermano no caminará jamás - él la observó derrumbarse, no se sintió herido por sus palabras, sabía que estaban cargadas de dolor y angustia, de temor por lo incierto. Así que solo la acompañó en silencio.
Habitación de Hospital
Inés se sintió avergonzada durante el resto del día, Victoriano había permanecido a su lado en silencio, son recriminar sus duras palabras; luego de estar más tranquila se arrepintió de haberlas dicho. La puerta de la habitación dio paso a una enfermera y un camillero que traían a Emiliano. Ella sonrió temblorosa al ver a su hermano y él le dirigió una mirada seria.
- Emiliano... - la voz se le quebraba y los ojos se le empañaron, pero respiró hondo para no llorar frente a él.- Gracias a Dios estás bien.
- ¿Bien? - la nota de amargura en la voz de Emiliano la sobresaltó, Victoriano fruncio el ceño y se tensó. Por muy asustado o enojado que estuviese Emiliano, no permitiría que molestara a Inés. - He quedado como un inútil.
- No digas eso, cariño. El médico dice que tenemos que esperar un tiempo para...
- No volveré a caminar, lo sabes. Por eso estás a punto de quebrarte.
- Emiliano... - quiso intervenir Victoriano
- No quiero tu lástima. - Emiliano lo miró con rencor. - Es más, quiero que te largues.
- Cariño... - Inés miró a Emiliano y Victoriano, y trató de calmar a su hermano.
- Eres lo peor que le pudo ocurrir a mi hermana. Quiero que te alejes de ella... No quiero que te acerques... - viendo que Victoriano no se movía, Emiliano gritó con fuerza. - Que te largues, maldita sea.
- Victoriano... - Inés le colocó una mano sobre su brazo - será mejor que te vayas. - el se tensó, pero al verla mirarlo suplicante, aceptó. Salió de la habitación y dejó a los hermanos Huerta a solas. - Emiliano...
- No lo defiendas. - dijo mirándola con dolor.
- No lo haré - le susurró y se acercó a él. Le tomó la mano y la acarició con ternura. - Te quiero. - Emiliano lloró y ella le susurró palabras de consuelo, mientras derramaba lágrimas por su hermano. Mucho después, cuando Emiliano dejó de llorar, ella le habló con ternura. - Vas a superar esto. Veremos especialistas, lo que sea necesario.
ESTÁS LEYENDO
Decisión de Amor
FanfictionVictoriano Santos era un reconocido hacendado y empresario de productos lácteos, en sus 33 años estaba casado con una dulce y joven muchacha. Una boda que su padre habían organizado siendo tan solo un muchacho. Victoriano había aceptado la exigencia...