Capítulo Vigésimo Primero

2.5K 186 13
                                    

Habitación de Hospital

- ¿Cómo te sientes? - Emiliano miró a Constanza fijamente sin expresión alguna

- No puedo caminar, ¿cómo crees que me siento? - ella dio un respingo ante la respuesta dura de Emiliano.

- El médico dice que podrás hacer fisioterapia y que existen muchas posibilidades de que tu...

- No quiero falsas esperanzas.

- Lamento que estés en esta cama. - Dijo ella con voz rota - Sé que es mi culpa pero...

- ¿Tu culpa? - dijo él con el ceño fruncido

- El día del accidente discutimos y...

- El día que dijiste cosas horribles de Inés. - Ella se sintió mal por lo cruel que estaba siendo Emiliano.

- Lo siento Emi - el quitó la mirada. Odiaba su vida, odiaba a todos. - ¿Ya no quieres ser mi amigo? - la pregunta lo irritó, él había querido más... Mucho más de Constanza. Él estaba enamorado de ella, pero ahora siendo un inútil, no se molestaría en hacerle saber sus sentimiento.

- Odio a Victoriano. - le espetó y Constanza abrió los ojos y se le llenaron de lágrimas - ¿Puedes ser amigo del enemigo de tu hermano?

- No lo odias. Tu...

- Lo admiraba... Pero él traicionó a mi hermana y ella sufre. - Constanza se enojó

- Solo piensas en ti mismo. ¿Crees que solo tu sufres? ¿Que no nos duele saber que estas en esa cama?

- No quiero lástima

- Ni siquiera eres digno de lástima. Mi hermano ama a Inés, se equivocó pero está tratando de resarcir lo que hizo. Pero eres tan obtuso, estás tan inmerso en tu dolor... Cuando dejes de pensar en ti, y en lo que sufres y en autocomparecerte, entonces podrás ver mas allá de tu estúpida nariz, y ver que Inés ama a Victoriano. Y que él, ni Inés, ni yo, somos culpables de tu accidente. - Constanza salió de la habitación llorando. Emiliano se quedó mirando un punto fijo en la habitación.

En otro lugar del hospital

- Emiliano se volvió loco - Exclamó alterada

- Cielo...

- Nuestra relación nada le concierne. - él le colocó un mechón de cabello tras la oreja.

- Está frustrado, enojado, y asustado.

- No es excusa para...

- No confía en mi. - Dijo encogiéndose de hombros - Tú tampoco fuiste fácil - le recordó pellizcando su nariz. - deja que vuelva a ganarmelo

- No quiero que los dos hombres más importantes de mi vida estén en guerra.

- No lo estaremos. - Él la abrazó - Además, nos une un mismo objetivo.

- ¿Cuál?

- Hacerte feliz. - Ella sonrió y se puso de puntillas para que él la besara. - vamos a pedir la cita del ginecólogo y después correremos a hacer el amor en el auto. - Ella rió con alegría.

Galería de Artesanías

- Estoy hasta el cuello de trabajo, no podré ir a almorzar contigo.

- Estás evadiendome. - Diana tomó una serie de papeles y entró en el despacho, con Vicente pegado a sus talones.

- Claro que no.

- ¿No? Anoche te pedí que fuéramos a mi departamento. Te negaste, y hoy te digo para ir a almorzar y te escondes entre papeles.

- Inés está ocupada con la situación de Emiliano, el trabajo es doble para mi.

- Nos hemos estado viendo en peores circunstancias. - Diana quiso llorar así que usó una estrategia diferente.

- No tengo tiempo para sexo. - Vicente se puso serio.

- ¿Crees que solo te quiero para eso?

- ¿No es así? ¿Anoche veríamos televisión y nada mas? Me estás invitando a almorzar y, ¿seguro no quieres sexo después?

- ¿Por qué te enoja que quiera que estemos juntos? Pensé que nos llevábamos bien en la cama.

- Así es. Pero no estoy a tu disposición, no todo tiene que ser a tu tiempo.

- Lo sé, lo siento. Pero...

- Pero nada. Vicente, hoy no es un buen día. ¿Hablamos otro día? - el se tensó y terminó asintiendo.

- Que tengas un buen día. - Diana vio salir a Vicente y sus ojos se llenaron de lágrimas, sin embargo no lloró.

Habitación de Hospital

- Hola. - Saludó Inés a Emiliano con una sonrisa.

- ¿Dónde estabas?

- Amaneciste gruñón hoy. - le dijo tendiéndole una bolsa, él sacó unas galletas y mordió una.

- ¿Puedo comer esto? - ella asintió. - No me respondiste, ¿Dónde estabas? - Inés respiró hondo.

- Con Victoriano. - Emiliano dejó de masticar

- Le dije que se alejara de ti.

- Lo sé

- Fue con el chisme.

- No es asunto tuyo mi relación con él. Pero seré respetuosa y te diré que Victoriano y yo, hemos decidido darnos una oportunidad.

- Hasta que vuelva a ponerte los cuernos. - Inés se puso pálida y Emiliano soltó una maldición - Lo siento.

- Emiliano, amo a Victoriano. Lo sabes, tu siempre lo has sabido. Y ahora seremos padres; después de mucho tiempo tengo la certeza que podemos ser una familia. - Emiliano quitó la mirada, pero ella pudo ver en sus ojos dolor. - Él está muy preocupado por ti.

- Llega ocho años tarde su preocupación. - Inés se sentó al lado de su hermano y le tomó la mano.

- Recuerdo cuando tenías seis años. Te enfurruñabas por todo, y sólo papá te contentaba. - Él la miró con intensidad. - Estabas apegado a él y cuando murió... Sé lo mucho que te hizo falta, y sé también, que Victoriano pasó a ser tu figura paterna.

- No es así.

- Lo es, lo quieres. Y yo lo amo Emiliano. - Él la miró con dolor. - Quiero ser feliz. Y sólo con él podré serlo. - Emiliano tosió, quiso contenerlo pero no logró, el torrente de lágrimas lo avasalló e Inés sólo pudo abrazarlo. - Todo va a estar bien mi niño.

Continuará...

Decisión de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora