Capítulo Noveno

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- ¿Te pidió una oportunidad?  - Inés asintió, Diana la miraba con incredulidad - ¿Después de tanto tiempo?

- Me imagino que no estarás considerándolo -   dijo Vicente con desdén. Al ver que Inés se mordía el labio, soltó una carpeta con fuerza -  esto es increíble ¿es que te has vuelto loca?

- Tu deberías comprenderme. Sabes perfectamente lo que siento por él.

- Esa es la peor parte, lo amas a pesar que te dejó por todo este tiempo - Vicente estaba rojo de la furia, y Diana lo observaba con incredulidad a él también.

- ¿Y a ti por qué te importa tanto? - preguntó Diana con frialdad, Vicente se volvió a ella y su rostro pasó de la rabia a la vergüenza

- Inés es mi mejor amiga - Diana miró a Inés 

- Ella ya dijo que lo ama, ¿no es así?  - ella asintió - ¡Perfecto! es su esposo, deja que ellos se arreglen.

- Pero…

- Vicente por favor.

- ¿A ustedes dos qué les sucede? -  los interrogó Inés cuando al fin pudo hablar

- Nada; será mejor que me vaya. - dijo Vicente frustrado -  pero, piénsalo Inés. Victoriano Santos te dejará como hace cuatro años. Con permiso -  Vicente antes de salir dirigió una mirada de disculpa a Diana. Inés suspiró, ella no estaba muy segura de darle una oportunidad a Victoriano, no quería tener que llorarlo más, al dejarlo entrar a su vida y que él se fuera rompiéndole el corazón una vez más. Era arriesgado, sabía que de ser así, no se recuperaría.  - ¿Crees que estoy loca al darle una oportunidad?  - Diana respiró hondo. 

- Creo que solo tú tienes derecho a decidir lo que es mejor para ti. Sé cuánto lo amas, pero también sé que si no resulta sufrirás mucho

- ¿Qué harías tu en mi lugar?

- ¿Yo? - Diana rió sin humor y se levantó - no podría decirte, yo estoy tan confundida como tú en esto del amor.       

Mansión Santos

- Bueno, soy Victoriano 

- Señor Santos, ¿Cómo le fue en las fiestas?

- Muy bien gracias. Te llamo para informarte que pasaré el resto del año en México. Puedes disfrutar estas fechas con tus hijos. 

- Señor,  ¿Qué le digo a la señorita Déborah? - Victoriano lo pensó un momento, no podía darle la noticia a Deborah por teléfono, ni tampoco por medio de su secretaria.

- Dile que estaré con mi familia hasta el fin de mes. 

- Esta bien  Que esté bien con su familia, y su esposa. 

-  Lo intentaré.

Victoriano estaba de muy buen humor, estaba frente a la piscina de la mansión tomándose un café, recordando como había estado a punto de hacerle el amor a Inés la noche anterior, sonrió sin poder evitarlo.

- Vaya, el que se ríe solo de sus picardías se acuerda.

- Caliente, caliente - Cassandra se rió

- ¿Qué harás esta tarde?

- Comeré con Inés

- ¿De verdad?

- No se, espero que ella quiera - dijo bebiendo un trago de su café.

- ¿Resolviste los asuntos con ella?

- Aun no estoy seguro, pero por lo menos, creo que el divorcio está descartado por ahora.

Decisión de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora