Capítulo XVII Rivales

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Capítulo XVII 
Rivales

Parado frente a la chimenea leía el contenido de un sobre de correspondencia mientras aguardaba que llegara la hora acordada para su encuentro. Se encontraba algo cansado y no quería sentirse somnoliento, algo que sin duda sucedería si se sentaba en su silla. Por eso prefería estar parado.

Después de la excelente noche que había pasado hacía días, donde había descansado a la perfección; no había podido volver a dormir así. Incluso, aunque sabía que no era cierto, se seguía preguntando si había imaginado la presencia de Kuran en su habitación. Había estado tan cansado ese día, tanto de fingir estar bien, como físicamente; que ya no podía asegurar si lo que recordaba de esa noche era real o sólo producto de su imaginación a causa de los constantes sueños que tenía, algunos de los cuales donde podía verlo a él.

Si, esos sueños, algunas veces más insistentes y nítidos; otras discontinuos y difusos; pero siempre ahí, incomprensibles. Al principio fueron esporádicos pero cada día se volvían más regulares y eso había empeorado a partir de que bebió de él.

Un rubor se instaló en sus mejillas al recordar especialmente uno y entonces miró el cuadro sobre la pared. El problema no eran los sueños en sí, sino los sentimientos que los acompañaban y que perduraban en él incluso por varios días y que al parecer le hacían identificarse con Kuran. Quizá por eso era muy recurrente verlo en ellos y quizá por eso también había pintado el cuadro de la pared intentando encontrar una manera de descargar esas emociones. No lo había logrado por supuesto, sin embargo había ocasiones en que mirar ese cuadro lo tranquilizaba, tal vez por eso no se había desecho de la pintura. El cuadro reflejaba el escenario que se presentaba una y otra vez en sus sueños.

Antenoche había soñado nuevamente, pero lo que esta vez experimentó fue diferente, fue casi real.  Estaba parado en un lugar frio y algo desolado, y lo único que estaba frente a él era un horno de fundición, lo demás era bruma. Ya había soñado antes con ese horno, pero eran pesadillas en donde veía a Yuuki sacrificarse de nuevo. Esta vez había podido sentir claramente sobre su piel el intenso calor emanando del horno y la luz del fuego dañando sus pupilas. Pero no sólo era eso; el sentimiento de tristeza que experimentó había sido casi tan real que se había despertado llorando y no había podido concentrarse en toda la tarde y noche de ayer. Por ello sin más, terminó por llegar hasta el antiguo horno durante su ronda. Y a causa de ello había tenido ese extraño encuentro con Kuran.

La imagen del sangre pura con aquella intensa mirada tan cerca de él, acudió a su mente.

-  ¿Qué me está pasando?- se dijo mientras sentía las mejillas acaloradas.

Incomodo agitó la cabeza intentando alejar esos recuerdos bochornosos de su mente y trató de concentrarse en continuar revisando su correspondencia. Sin embargo no tuvo éxito pues las imágenes de ese sueño se volvieron a abrir camino en su mente, así que suspiró resignado y dejó el sobre en la mesa; luego se dirigió hacia la ventana desde donde miró los jardines. Podía oler el sutil aroma a tierra mojada y ver como las hojas de los arboles aún tenían gotas de agua dejadas por la lluvia y que brillaban a causa de los rayos del sol que se filtraban a través de las ramas.

Abrió la ventana para que entrara un poco de aire y entonces pensó que en verdad estaba cansado; cansado de intentar encontrarles un significado a esos sueños y cada día se resignaba más a ellos intentando ignorarlos. Sabía que pronto tendría que hablar con alguien al respecto, ya fuera con Yagari sensei, Kaito o incluso Cross. Sin embargo, mientras se decidía a hacerlo, el único que en verdad deseaba por ningún motivo volver a soñar, era aquel en donde hacia el amor con alguien y donde de la nada, en algunas ocasiones Kuran aparecía como ese alguien.

AL FINAL DE LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora