CAPÍTULO XXXIV Acto Egoísta

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CAPÍTULO XXXIV
Acto Egoísta

  

La reunión llevó varias horas, desde poner a todos al tanto sobre la situación, hasta determinar y planear las acciones a seguir; que para cuando abandonó la sala del consejo, el nuevo día había comenzado. Y ahora que salía de su oficina, ya pasaba de medio día. 

Caminó a través del vestíbulo mirando como a su alrededor el movimiento no cesaba. Cazadores iban y venían. Algunos a presentar sus informes otros a revisar sus armas o reportarse ante sus superiores. 

-   ¿Te diriges a la academia? –. No se percató en que momento Kaito le dio alcance y se situó a su lado.

-   Más tarde, por ahora tengo que ir abajo.

-   Bien. Tu padre antes de regresar a la academia supervisó que las defensas de la sede estuvieran activadas y funcionando a su máxima capacidad, pidió acudieras a los pilares de soporte.

-   Comprendo –. Dijo Zero mientras ingresaban por una amplia puerta de madera y comenzaban a descender por las escaleras. Cada paso que daba hacia vibrar su cuerpo. No era una sensación desagradable. Era aquella parte de Yuuki que se encontraba allí quien le daba una cálida la bienvenida. - ¿Cómo vamos?

-   Feder-san y Naoya-san me informan que en el cuarenta por ciento de todos los sectores marcados en esos tres territorios, las patrullas de vigilancia han sido reforzadas. Mina-san en el centro de control, dice que ya se ha reportado el establecimiento de tres de las diez bases previstas y que se mantienen alerta esperando tus órdenes. También se han comenzado a enviar grupos de infiltración para vigilar el avance de esos sangre pura, aún no llega ningún reporte de ellos. Yagari-sensei ha supervisado la condición de la fundición y no parece haber problema. En cuanto a las armas que necesitaban algún trato, ya casi están listas. Lo mismo sucede en las demás armerías. El viejo Jinmu ha reforzado como ordenaste las patrullas de vigilancia en la ciudad, pero parece no se ha presentado ningún incidente. E Ichijou me ha enviado un nuevo reporte, dice que el senado se mantiene impasible.

-   Bien.

-   Como va todo Zero, quizá en dos o tres días más estemos en condiciones para soportar por completo un ataque como el que se espera.

-   Ojalá requiriera de menos tiempo…- dijo esto más para sí que para el otro cazador. - Gracias Kaito, ahora sólo hay que aguardar. Después de acudir a los pilares, iré a la academia y regresaré más tarde. En tanto te pido te hagas cargo de todo.

-    Claro. Cualquier otra información te la haré llegar allá lo más pronto posible. Aunque creo que deberías descansar un poco antes de que partamos a la base norte a media noche. 

Kaito le dedicó una sutil sonrisa y regresó escaleras arriba. En tanto él continuó bajando y luego se desplazó por el pasillo subterráneo. La vibración en las paredes a su alrededor era más notoria a cada paso que daba y a sus oídos llegaba el insistente sodio del martillo golpeando contra el acero y el sonido de las maquinas pulidoras y cortadoras. En cuanto estuvo cerca de la alta puerta de roble, los primeros armeros que lo vieron hicieron una reverencia.

-   Bienvenido Kiryuu-sama. Estamos trabajando arduamente. Casi todas las armas que nos han enviado están completamente reparadas. También hemos enviado cargamentos de metal a las zonas indicadas.

-   Lo sé. Se los agradezco. 

Dicho esto, Zero hizo una leve inclinación y luego se adelantó hacia la puerta tras la cual se encontraba resguardado el metal madre e ingresó. El calor golpeo de lleno en su rostro pero no se inmutó.

AL FINAL DE LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora