CAPÍTULO XLVII Desolación

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CAPÍTULO XLVII
Desolación


 

Al terminar de escribir, depositó la hoja dentro de un sobre y lo selló; luego miró a Kaname. Seguía dormido profundamente.

Suspiró pesadamente y cerró los ojos por un instante y al abrirlos, miró nuevamente el sobre. Entonces decididamente se acercó al vampiro y levantando la gabardina que lo cubría, colocó el sobre sobre su pecho.

Esa era su gabardina ya que él a propósito, dado que ambas eran muy parecidas, había tomado la de Kaname y ahora la traía puesta. El sutil aroma del vampiro le provocaba una sensación de calidez y de seguridad y le infundía valor.

Lo amaba. Amaba a Kaname y no quería dejarlo, quería quedarse a su lado para siempre, olvidarse de todo y vivir con él; sin embargo era tarde. Ojala sus vidas fueran más simples.

Consciente de la presencia familiar que se acercaba al despacho, se inclinó y depositó un suave beso en sus labios. Luego se alejó de él en el preciso momento en que el sonido en la puerta atrajo su atención.

-   Adelante – dijo.

-   Zero, los… - Kaito abrió la puerta y entró al despacho; pero apenas hizo esto, se detuvo en seco cortando su frase. Sus mejillas se arrebolaron un poco cuando una muy sutil mezcla de aromas donde destacaba el de la sangre de Zero y Kaname, se hizo presente. Zero se percató de eso; al parecer el rastro de lo que habían hecho no desaparecía.

-   Lo siento – dijo también con las mejillas ligeramente sonrojadas y miró hacia donde se encontraba acostado Kaname. Kaito entonces se percató de la presencia del vampiro y no supo que decir.

-   Eh… yo… Eh... Sólo quería informarte que las guardias están listas… y… - Continuó mirando hacia Kaname.

-   Está bien, puedes hablar, él ésta dormido y no despertara pronto…

-   No quiero saber el por qué – dijo Kaito con el ceño fruncido e inusitadamente nervioso. 

-   No es lo que piensas… yo lo he hecho dormir para que no interfiera en mis planes.

-   ¿Planes?, ¿de qué hablas?

-   Míralo tú mismo.

Zero, dejando de lado el incomodo momento, fue hasta su escritorio y tomó la nota de Liam que había extraído previamente de su gabardina y se la extendió al castaño.

Kaito tomó el papel y lo leyó detenidamente. Entonces contrajo el ceño y miró con preocupación a Zero.

-   Sabes que esto es una trampa ¿cierto?. No estarás pensando en ir, ¿verdad?

-  Iré.

-  No puedes hacerlo.

-  Si puedo y lo haré. Eyre Liam es el enemigo principal al que hay que detener. Él es quien en realidad me preocupa, más que Arezu y Abya juntos; ya que es un sangre pura ancestro muy poderoso y es quien ha estado moviendo los hilos todo este tiempo.

-   Con mayor razón no debes ir.

-   En el punto en que nos encontramos ahora, estamos en desventaja. Viste pelear a Kaname y sé que te diste cuenta. No es que estuviera al pendiente de mí y por eso le haya costado trabajo eliminar él solo a Touma; sino más bien es que no tiene el poder suficiente para acabar con todos ellos él solo. Es bueno para fingir, pero fue herido durante al ataque a la academia por Eyre y no ha descansado bien en días; los mismos en que me ha dado mucha de su sangre para que me recuperara y no sólo eso, ahora también ha alimentado al metal madre. Está agotado y débil. E Isaya, el otro sangre pura que nos apoya también está cansado. Y Eyre al parecer está muy confiado. Por eso me ha mandado este mensaje. Me quiere a mí; no sé exactamente el motivo pero me doy una idea. Por eso mismo menciona sutilmente que tiene en su poder a mi padre, a Satoru y a Ichijou. Y aunque no le importan, no los ha lastimado al parecer porque quiere que vaya a él voluntariamente. Por eso, aprovechando eso pretendo hacer un intercambio.

AL FINAL DE LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora