Parte 13(editado)

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CAPITULO 13

-      ¿NIL?

Alguien se ha colocado sobre mí y me mira de cerca. A mí todavía me falta el aliento por el golpetazo, intento enfocar la vista, ¿Quién me está llamando? Podría ser la chica del tejado, es la única capaz de haber llegado tan rápido, pero ¿cómo sabe mi nombre? Cuando por fin voy enfocando un poco mejor distingo a una chica rubia, lleva el pelo , hay muy poca luz pero puedo jurar que es rubia. Sus ojos son enormes, y los tengo tan cerca que puedo distinguir que son de un azul cristalino casi trasparente, como los de Melissa. Si no fuera porque es imposible, juraría que tengo a Melissa sobre mí, son tan idénticas que estoy seguro de que es una alucinación. Seguro que tengo una conmoción cerebral, no hay otra explicación.

-      ¿Te has hecho daño?, vamos te ayudaré a incorporarte.- la chica rubia, doble de Melissa, me tiende la mano, y yo la acepto porque todavía me encuentro un poco mareado. Más por la falta de aire que por otra cosa.- ¿Cómo has llegado hasta el suelo?- pregunta.

-      Me caí, yo no sé... no estoy seguro...

-      Estás confundido, es por el golpe. Te daré agua, ven conmigo.- la chica rubia me lleva enganchado sobre su hombro. Es igual de alta que yo, pero de complexión delgada. Aun así me carga sin problemas, yo también soy poca cosa al fin y al cabo.

Subimos por la famosa escalera que llega hasta su habitación. Entiendo que esa es su habitación. Tiene encendida una pequeña lámpara sobre la mesita de noche asique no está muy bien iluminada pero puedo verla. Me gusta. Es una habitación acogedora. El techo es abuhardillado, de madera y con una ventanita sin tapar debajo de la cual está su cama y a los pies de esta un baúl azul. Me encantan los baúles, junto a los desvanes y los libros son mi pasatiempo favorito. En la pared de enfrente tiene un escritorio. Sobre él un ordenador, algunos libros y una lata de coca cola. Miro detenidamente todo lo que tengo a mi alrededor y no me molesto si quiera en disimular. La verdad es que aún no tengo claro ni como he llegado hasta esa habitación. Entonces veo sobre la mesita de noche una letra , una eme grande y amarilla , que antes me había pasado inadvertida. Es increíble la de cosas en común que tiene esta chica con Melissa.

-      ¿Nil? – ha vuelto con el vaso de agua, me giro lentamente, me duele la cabeza y aún me duele más el pecho.

Me falta la respiración, me mareo, estoy sufriendo alucinaciones.

-      Nil, estás muy pálido... me estás asustando, siéntate.

-      Estoy alucinando... ¿estoy soñando? Seguro que es eso, estoy soñando, es un sueño... ¿verdad?

-      Pero qué dices...

-      Tu... eres un sueño... es por el golpe en la cabeza.

¡Plaf! la chica me ha echado todo el vaso de agua en la cara , y se lo agradezco, empezaba a desvariar.

-      ¿Y bien, todavía sigues alucinando? – ella me mira con el ceño fruncido, y esa expresión ... es tan inconfundible y tan adorable, que no puede ser de otra manera.

-      ¡Melissa!, ¿qué haces tú aquí?- ahora empiezo a entender el porqué de tanto parecido.

-       ¿Y tú me lo preguntas?, tiene gracia cuando eres el que está en mi habitación. Además, te recuerdo que te acabo de recoger de mi jardín.

¿ Y Si Es Ella? #wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora