CAPITULO 20No puedo describir lo que sentía en ese momento... un torrente de emociones me recorrían el cuerpo. Tenía el sabor de sus labios en la boca, en parte sabían al bálsamo labial sabor fresa que llevaba puesto.
Lucia estaba frente a mí, con su mirada clavada en la mía. Sus manos aun me sujetaban, y pude advertir que temblaba, temblaba casi tanto como temblaba yo. En sus ojos pude apreciar el miedo, la desesperación y la emoción que yo también sentía. Me sobre todo pude sentir que esperaba una respuesta por mi arte. Alguna palabra o algún gesto que indicaran que todo estaba bien y que el sentimiento era mutuo. Y me dolía, me dolía que esos sentimientos no fueran hacía ella. Precisamente porque entiendo lo que es no ser correspondido y quise con todas mis fuerzas poder corresponderla... Todo sería tan fácil de ser así...
-Nil... -creo que fue capaz de leer en mi semblante todo lo que estaba sintiendo en ese momento- Te esperaré lo que sea necesario. Seré paciente. Pero no me eches de tu lado...
Quisiera decir que estuve a la altura de la situación, quisiera decir que supe tranquilizarla, que supe calmar su nerviosismo. No lo hice. Todo esto era nuevo para mí. No soy bueno expresando mis sentimientos, no lo soy a la hora de decir lo que pienso. Soy un cobarde. No fui capaz de explicarle todo lo que sentía mi corazón, lo que pasaba por mi cabeza, aunque creo que no hubiera sido necesario, que ella ya lo intuía pero le daba igual.
Cogiéndome de la mano me lleva escaleras abajo. Mi mente aún no había bajado a la tierra, seguía a tres o a veinte metros sobre el cielo, sin reaccionar.
Beltrán apareció de entre la multitud en dirección a mí. Era la última persona a la que me apetecía ver.
- ¿Has visto a Melissa?- me pregunta.
- Sería más lógico que te lo preguntara yo a ti
Beltrán parece no entender mi actitud pero yo no entendía la suya. Que viniera a preguntarme a mí cuando hacía apenas unos minutos estaban abrazados en el jardín. Beltrán siguió hacía la calle, sin mediar palabra, y yo tuve la tentación de seguirle pero Lucía me agarró.
- ¿Te quedas conmigo? - Le miré y no pude hacer otra cosa que asentir.
Salimos al jardín y nos servimos otro vaso de ese maldito líquido rojo que estaba tan bueno. Recordé que no había cenado nada y me repetí a mí mismo por segunda vez que debía tener cuidado.
Empezó a sonar la canción The Scientist de Coldplay.
- ¿Quieres bailar?
- No sé si es buena idea... nunca he bailado- Le dije tímidamente.
- No importa, siempre hay una primera vez para todo.
Y en eso tenía razón. Siempre hay una primera vez para todo y ese parecía ser el día de las primeras veces. Mi primer beso y mi primer baile. Mi cabeza me decía que debía ser el día perfecto, mi corazón me atormentaba diciéndome que no era la chica correcta.
Lucía me coloca las manos en su cintura y me agarra a por los hombros. Estamos a escasos centímetro ,el uno del otro , meneándonos al ritmo lento de la música. Ella con sus ojos clavados en los míos y yo con la cabeza perdida en otra ate. No era capaz de apartarle la mirada, como si se tratara de un imán que me hubiera atrapado, pero mi cabeza no acompañaba. Mi corazón latía a mil por hora y me costaba respirar. Lucía apoya su cabeza en mi pecho, como momentos antes yo había visto a Melissa hacerlo con Beltrán, y ese gesto está cargado de tantas emociones que comprendo lo que ellos dos debían de haber sentido. Estaréis de acuerdo en que algo no marcha bien cuando estás viviendo un momento así con alguien pero tu mente sigue buscando a otra. Noto que las manos de Lucía se aferran más fuerte a mí y yo , instintivamente , le devuelvo el gesto. Esa chica estaba sintiendo realmente algo por mí, me lo estaba demostrando en tan solo una noche, y yo no quería hacerle daño, no se lo merecía. Sabía mejor que nadie lo que era no ser correspondido, y además esa noche había aprendido también que no ser correspondido , y ver como otros si lo son, es aún más doloroso. Yo tenía claro que no quería hacer sentir a nadie algo así.
Recordaba la mirada de Lucia sobre mis ojos. Sus ojos marrones, aunque no tan llamativos como los de Melissa, me suplicaban una reacción, un mínimo de atención. Ella solo tenía ojos para mí. Separó su cabeza de mi pecho y me miró. Me fijo en que su cara es perfecta. Su piel es lisa y suave, sus ojos son grandes, su nariz es encantadoramente pequeñita y su boca... te incita a besarla. En ese momento me doy cuenta de lo fácil que sería enamorarme de ella. Es perfecta.
Mientras giramos me doy cuenta de que mis amigos han vuelto a entrar en el jardín. Están sentados en una esquina y ella me está mirando. Yo le devuelvo la mirada durante unos segundos pero después la aparto. Me duele verla, me duele pensar en lo idiota que he sido. Me da rabia creer que ha dejado que me confundiera. Es imposible que no supiera lo que estaba sintiendo por ella. Cualquier tonto se habría dado cuenta... En la tarde que pasamos en la cafetería llegué a pensar que podía sentir algo por mí, le notaba algo en su mirada que yo también tenía en la mía.
Lucia me agarra la cara. Sé que se ha dado cuenta de que no la miraba a ella.
- No quiero hacerte daño Lucia.- digo casi sin pensar.
- Me encantas Nil. Así, tal como eres. Prefiero arriesgarme y perder, que perder sin haber hecho nada.
- No sabes nada de mi... soy demasiado complicado.
- Y yo te he elegido a ti para que me compliques la vida.
El corazón me dio un vuelco. Esa chica me estaba haciendo sentir cosas bastante agradables y mis ganas por olvidarme de todo empezaban a ganar la batalla a mi sentido común.
- ¿Cómo haces para gustarme tanto Nil?
Le sonreí.
- Eso es porque no conoces mi lado torpe, mi lado gruñón por las mañanas, mi lado melodramático, mi lado cursi...- ella ríe. Verla sonreír es mucho mejor que verla tan seria y tan triste.
- Yo te querría con tu lado bueno, malo, feo, bonito, triste o alegre...
La canción está llegando a su fin.
- Nil tienes que entender...- Y entonces la beso. La beso con todas mis ganas.
Porque tengo muchas ganas, muchas ganas de olvidar, muchas ganas de vivir sin tristeza, sin melancolía. Ganas de querer y que me quieran. Ganas de no ser el que lo pasa mal, el que no es correspondido, ganas de que todo cambie y de que alguien se preocupe por mí. Y esas ganas de todo fueron las que me llevaron a cometer el mayor error de mi vida.
Al menos por el momento...
*****EN EL MULTIMEDIA LA CANCIÓN QUE SONABA DURANTE EL BAILE DE LUCIA Y DE NIL. ESCUCHADLA MIENTRAS OS IMAGINÁIS LA SITUACIÓN Y REVIVÍS MIS PALABRAS. YO LA ESCUCHABA MIENTRAS ESCRIBÍA EL CAPITULO Y PODÍA VIVIR CADA MOMENTO COMO SI ESTUVIERA ALLÍ.
*
ESTÁS LEYENDO
¿ Y Si Es Ella? #wattys2018
Mystery / ThrillerComo buen relato de fantasmas todo comenzó una noche de tormenta.- empezó el abuelo de Beltrán.-hubo una tormenta muy fuerte que hizo que llegara un barco a la costa inesperadamente [...] Era algo más de media noche cuando Ana, la hija de los Falcó...