Parte 43

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CAPITULO 42

- No tengas miedo, no te voy a comer.- Me dijo Melissa, sentada en la cama.

La miré, sorprendido por aquel comentario, y le sonreí tímidamente. La verdad es que me sentía incómodo, avergonzado más bien. No podía ser yo mismo en semejante situación y eso me retraía.

- Eso espero- contesté como un bobo.

Me metí en el baño para colocarme el pantalón que había traído a modo de pijama, y maldije por dentro al recordar que no había traído parte de arriba, creía que iba a tener mi propia habitación. Miré en el espejo la imagen de mi camiseta. Solo llevaba lo puesto, y era seguro que se arrugaría si dormía con ella. No podía presentarme en la casa de aquella mujer con semejantes pintas.

- Lo siento- dije al salir del baño- No he traído parte de arriba.

- Te he visto desnudo Nil, podré soportarlo.

Pude ver como ella misma se sonrojaba ante tal comentario, pero seguramente yo me sonrojé mucho más. Mis orejas ya habían comenzado a arder.

- ¿En qué lado quieres dormir?-me preguntó.

- No me importa. Me vendré a este mismo.

Me metí en la cama, dubitativamente, y me acomodé mirando al lado contrario a Melissa. Mi corazón cabalgaba como un potro desbocado, temí por él, y por mí mismo. A pesar de haberme encontrado en una situación mucho más íntima con ella, mi cuerpo se tensaba cada vez que notaba el más mínimo roce. Cuando ella también se hubo acomodado, mi respiración pareció ralentizarse un poco, de manera más acorde con la realidad.

Al cabo de media hora seguía teniendo los ojos como platos, normalmente era de conciliar el sueño rápidamente, pero en esta ocasión me estaba costando como nunca. Melissa, a mi lado, tenía una respiración tranquila. A penas se había meneado del sitio y desconocía si había conseguido dormirse o no. Deseaba cambiarme de postura, pero retenía la posibilidad de poder rozarla inintencionadamente. Decidí arriesgarme y conseguí darme la vuelta sin ni si quiera rozarla. Sin embargo, ella pareció notar mi movimiento:

- ¿Nil, estás despierto?

- Ajá.-asentí.

- ¿No puedes dormir?

- Extraño mi cama- mentí.

Ella se dio la vuelta, y el potro desbocado volvió a hacer acto de presencia en mi interior.

- ¿Puedo hacer algo para ayudarte?

- No.- casi chille mi contestación. Lo último que necesitaba, eran aquellos ojos azules mirándome directamente.

Melissa pareció sorprendida por mi reacción, sin embargo a mí me resultó más suave de lo normal.

- Nil, tenemos que hablar.

Y ahí estaba aquel momento. El momento de la charla. El momento en el que ella me preguntaba si había pensado en lo que pasó entre nosotros. El momento en el que yo elijo y me equivoco. El momento que no quería abordar. ¿Qué podía hacer? Necesitaba cortar aquella conversación cuanto antes. Últimamente lo único que me había Valido había sido dejarme llevar por mis impulsos más primitivos. Debía intentarlo una vez más, al fin y al cabo me había dado cuenta de que las palabras no eran lo mío por lo que prefería actuar. Así que la bese. La bese con esa complicidad que ya compartíamos pero con los mismos nervios, con los mismos miedos y con las mismas inquietudes. La bese, como ya había hecho, con toda el alma y con todo el corazón con que era capaz. La bese, como si no hubiera un mañana, aun sabiendo, que el mañana seguiría siendo ella.

¿ Y Si Es Ella? #wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora