El lugar estaba completamente oscuro. Kem no percibía absolutamente nada a su alrededor, solo sentía el guante frío y huesudo de Gerd Dead tomando su mano con fuerza. El aire no silbaba ni soplaba, solo una fuerza helada la envolvía. Sus ojos no veían nada, absolutamente nada, todo estaba en completa oscuridad. Kem se encontraba parada sobre la nada, sentía como si estuviese flotando. Intentó moverse, pero era en vano. Parecía seguir estancada en el mismo lugar. Movió la mano pero la de Gerd Dead estaba inmóvil.
— ¿Carry? ¿Estás ahí? — Preguntó nerviosa con la voz entrecortada pero no recibió respuesta.
— ¿Te encuentras bien?— preguntó Gerd Dead en medio de la oscuridad.
— Eso... eso creo. ¿Dónde... dónde estamos?— susurró Kem tartamudeando del frío.
— En mi ciudad. ¿Acaso no la ves?
— No Señor. No veo nada... Solo... oscuridad—contestó ella temerosa.
— Carry ya ha partido para allá, ¿acaso no la escuchas?— preguntó la calavera tomándole fuerte la mano.
— ¡No! No escucho nada. ¡Quizá yo no deba venir aquí!—exclamó Kem con desesperación por sentir que un velo oscuro le tapada los ojos.
—Algo anda mal... — murmuró el líder de la Marcha con un tono de voz suave — ¿Acaso nunca has escuchado el silencio?
Gerd Dead cambió su expresión pero en la oscuridad no se lo podía ver bien. Kem por un instante notó que el guante que la sostenía se tornó caliente y pasó de ser flaco y huesudo a ser más consistente y flexible.
— ¿¡Qué ocurre!? — Gritó Kem con miedo. Jamás le había temido tanto a la oscuridad como ese día.
—Sólo quiero que intentes mirarme. Estamos solo tú y yo. Este es el portal a mi ciudad y si no puedes pasar tengo que ayudarte a lograrlo como sea. Sino quedarás sumergida en este espejismo por siempre... — exclamó Gerd con la voz seca — ¿Qué pasa por tu mente en este instante?
— Pienso en mi esposo, Velkam... y... siento miedo. Tengo miedo. Este lugar me da escalofríos y estoy congelada.
— Eso, mi querida, es por que estás en mitad de la ruta... no estás ni viva ni muerta. Estás en el medio— contestó él muy amablemente. Luego de un silencio eterno Gerd Dead tomó ambas manos de Kem con gentileza — ¡Intenta mirarme!
— ¿¡Qué?! Pero... si estamos en plena oscuridad... Y... tengo... me das... me das miedo—tartamudeó la chica con lágrimas en los ojos de desesperación.
— Kem, tus ojos pueden ver muchas cosas en este lugar. No solo lo escalofriante y terrorífico... Sino lo que tú quieres ver — Dijo Gerd tocándole la mejilla para tranquilizarla — En este momento puedo verte perfectamente. Estas con tu vestido de novia aún, está completamente arrugado y haraposo y de tu rostro está cayendo una lágrima en este momento. Debes calmarte.
Kem no podía ver nada pero él podía ver exactamente lo que ella estaba haciendo. Kem intentó mirarlo. Pensó en Velkam, luego en su padre, en Mikey, Carry y en Bick.
— Así me gusta—dijo Gerd Dead tomándole fuertemente ambas manos— Ahora intenta mirarme a los ojos.
— Es que... no sé donde está tu rostro...—susurró Kem intentando calmarse. Se imaginaba la cara esquelética de Gerd en la oscuridad y le causaba aún más pánico del que ya tenía.
— Por favor... tan solo mírame. Prometo no asustarte— dijo él moviendo la mano de Kem a su rostro. Ésta notó que tenía piel. Boca... orejas... nariz, cabello. ¡Gerd Dead era un humano de verdad! Incluso su cara estaba tibia, no helada como la de un muerto — ¿Y... qué sientes?
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La Marcha Negra
Fantasy¿Que tal si te dijera que la muerte viene a buscarte? Y no, no es un funeral, es una fiesta y hay que celebrar. Vivir en una ciudad en donde el día de bodas debes intercambiar tu corazón con el de tu pareja no parece ser algo ideal ni soñado para al...