Capítulo N° 16 - Rescate

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— ¡Por Dios!— exclamó Bick en un grito ahogado—¡Mikey y Cynthia desaparecieron!

— ¡Les dije que se tomaran bien fuerte de las manos!— dijo Bob con enfado y preocupación.

— Intente sostener a Cynthia lo más que pude, lo juro  —repetía una y otra vez Velkam tomándose de la cabeza.

— Y... ¿ahora? — dijo Bick con pánico —¿Qué hacemos? ¿Vamos a buscarlos?

— No creo que los encontremos tan rápidamente...— susurró Bob con voz de ultratumba —  Cynthia se perdió hace muchos años atrás, estuvimos días sin encontrarla.... Tranquilos, cuando busquemos a su reciente difunta volveremos a buscarlos

Cuando miraron a su alrededor se encontraban frente a un portón negro enorme. Escombros y humo se emplazaban por toda la zona. Las estatuas guardianas del inmenso portón se sobresaltaron y dijeron al unisono:

— ¡Vengan! ¡Pasen rápido! 

Los vampiros quedaron mirandose perplejos.

— El Lider no los tiene que ver.  Hoy están de suerte. Cinco minutos más y los portones se cerrarían 365 días hasta la próxima Marcha Negra — dijo una de las estatuas con una extraña expresión.

Los rostros de las estatuas eran horribles, totalmente desentonaban con sus dulces voces.

— ¿Qué?— preguntó Bick sin entender aún a qué se refería.

— Kilin los esta esperando, ¡rápido!— gritaron a coro mientras las inmensas puertas se abrían lentamente para no hacer ruido.

Los tres fueron lentamente caminando y cruzaron el umbral.

— ¡Rápido! ¡Corran!  — dijeron nuevamente las estatuas. Luego de quedar paralizados mirándose unos a otros echaron a correr como si sintieran que algo o alguien los estuviese persiguiendo.

— Kilin es la hechicera de la que les hablé, quien nos mantenía al tanto de las últimas novedades de Blacktown y de la Marcha Negra luego de que Gerd Dead nos prohibiera el paso.

 Bick y Velkam no paraban de observar hacia todos lados. Estaban igual de temerosos que intrigados por el lugar. A sus alrededores había basura y escombros y al final del horrible paisaje podía distinguirse una humareda el aire que se asemejaba a una densa neblina.

Lentamente se dirigieron por entre las ruinas camino a la ciudad, creyendo que iban a tardar en llegar ya que, desde ahí se la veía lejana, muy lejana.

— Qué horror— murmuró Velkam con los ojos bien abiertos — ¿En este lugar vivirá Kem?

— No, Franks —contestó Bob tocándole el hombro—Nosotros la haremos volver.

Continuaron caminando por entre los escombros hasta llegar a la ciudad. Un viento fresco se sentía en el aire. La ciudad estaba repleta de muertos. Todos vagando de aquí para allá, sonrientes y alegres. Un hombre casi calvo tenía un ojo colgando con el que jugaba a golearlo de un lado a otro, una mujer esquelética chillaba mientras se jalaba el pelo blanco y enmarañado para atrás. Un muerto militar, marchaba constantemente junto a ellos. Una viejita usaba su brazo como bastón. Una niña, mas o menos de la edad de Bick corría de aquí para allá rompiendo su sucio y harapiento vestido, tirando las telas y tules por doquier. La gente, a pesar de estar haciendo todo eso, reía y bailaba como si realmente estuvieran más vivos que nunca. Velkam, Bick y Bobcrift pasaron desapercibidos por medio de tantos muertos.

Bick iba aferrada a ambos brazos de sus acompañantes, jamás en su vida había tenido tanto miedo.

"Pss" Escucharon de repente entre la multitud, todos los miraban de forma extraña, pero nadie era capaz de hablarles. Reían y bromeaban entre ellos. Nuevamente se volvió a escuchar un "Psss" más insistente pero no sabían a quien mirar, ni quien los estaba llamando. Continuaron caminando lentamente entre la gente. Todos eran muertos vivientes.

La Marcha NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora