Bick caminaba muy rápidamente, casi que corría. Mikey y Velkam la seguían a toda velocidad por detrás.
— Bick... ¿Qué estás tramando?— preguntó Mikey un poco agitado sin detener el paso.
— Ya lo verán. Tengan paciencia. ¡Tengo una idea para hacer que Kem vuelva!
— ¿¡Qué!? ¿Cómo?—preguntó Velkam muy sorprendido e ilusionado con una inmensa sonrisa pintada en su rostro.
— Quieren que vuelva ¿verdad? — preguntó ella, dándose media vuelta mirándolos a la cara mientras ambos asentían con la cabeza — Entonces creo que sé cómo.
Corrieron rápidamente por entre las lápidas del cementerio adentrándose cada vez más y más. La neblina poco a poco comenzó a cubrirles las piernas y no podían ver el suelo ni tampoco distinguían donde estaban sus pies.
— Tengan cuidado por donde caminan, ¡No vayan a pisar un muerto!—dijo Mikey en tono sarcástico y burlón. Velkam se tomó muy enserio su broma y eso logró asustarlo aún más.
— ¿Sabían que odio los cementerios?—dijo Velkam con la voz entrecortada intentando mantener la calma.
— ¿Y ahora lo dices?—contestó Mikey dándole unas palmadas en la espalda mientras caminaban detrás de Bick. A ésta se la notaba medio nerviosa.
— ¡Michael! — gritó Bick.
— Uy... cuando dice Michael es porque la hice enfadar— murmuró Mikey en voz baja — Si primita, ¿Qué ocurre?
— ¿Recuerdas al Sr. Smake?— preguntó ella levantando una ceja.
— El... si... El guardia del cementerio ¿verdad? — afirmó el chico de anteojos.
— Si ese mismo. El Señor Smake era amigo de mi padre. ¿Lo recuerdas?
— Si claro que lo recuerdo... Sobre todo la asquerosa verruga peluda que tenía — dijo Mikey apuntando su propia nariz — pero... ¿que tiene que ver el Señor Smake y su verruga en todo esto?
— Tengo la esperanza de que él podría ayudarnos— contestó Bick con entusiasmo — Pero... Me temo que olvidé en qué dirección se encontraba su casa.
— Vivía en el cementerio, lindo lugar para dormir como un muerto ¿verdad? — asintió Mikey riendo —Pero se debe haber retirado por poca demanda, con todo esto de la Marcha Negra ya casi nadie es enterrado en este lugar.
— Si eso es verdad. Pero debe vivir en algún lado ¿no lo creen?— dijo la menor de los tres un tanto confundida y desorientada mirando hacia todos lados por entre las tumbas.
Continuaron caminando con cautela aunque poco a poco iban tomando más y más velocidad.. El día de la Marcha iba a terminar en cualquier momento y no podían perder más tiempo. Las cenizas cada vez eran más débiles y caía poca cantidad del cielo. El cementerio era inmenso para la poca cantidad de tumbas que poseía, las mismas estaban agrietadas, mugrientas, llenas de moho y de flores secas.
En la lejanía vieron apenas una pequeñas lucecitas débiles que titilaban en medio de la espesa niebla.
— ¡Ahi! ¡Esa debe ser la casa!— gritó Bick alegremente apuntando con su dedo. Corrieron con todas sus fuerzas tomados de las manos para no perderse. La niebla cada vez estaba más y más densa y cualquiera podría extraviarse. La pequeña casa cada vez estaba mas cerca y las luces eran más intensas que al principio.
El cielo se oscurecía, pero las cenizas aun no cesaban, seguía cayendo constantemente. Al levantar la vista notaron unos inmensos árboles secos de los que colgaban extraños pájaros.
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La Marcha Negra
Fantasy¿Que tal si te dijera que la muerte viene a buscarte? Y no, no es un funeral, es una fiesta y hay que celebrar. Vivir en una ciudad en donde el día de bodas debes intercambiar tu corazón con el de tu pareja no parece ser algo ideal ni soñado para al...