Capítulo 6 - Peaje para muertos

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Kem sintió una presencia extraña junto a ella. Rápidamente se sintió absorbida por un hueco negro sin fin y comenzó a dar vueltas y vueltas sin parar. Sentía que sus huesos iban a desprenderse de su cuerpo de un solo tirón. Sobre su cabeza caían infinidad de copos de nieve de diferentes formas y tamaños, pero el  que más le llamo su atención fue uno en forma de calavera. Comenzó a gritar del susto y a quitarse los copos de encima.

De repente se dio un terrible y fuerte golpe contra el piso cuando aterrizó quedando estampada contra el suelo, pero para su gran sorpresa no sintió dolor alguno más que vergüenza al ver que muchas personas se habían quedado mirándola. Logró levantarse a los tumbos y vio una larga fila de personas. Era un lugar extraño, parecía un hospital con varias ventanillas y largos pasillos. Montones de sillas en fila para la gente que esperaba y una curiosa calabaza que de su boca salían números.

Kem miró a su alrededor y la gente que había allí estaba completamente...  ¡muerta! Había esqueletos que se movían, extrañas criaturas que corrían de aquí para allá y seres totalmente putrefactos pero que mantenían su sonrisa. 

— ¡Niña, muévete del camino! ¡Déjame pasar! —dijo una viejita con bastón que automáticamente se le adelantó. Al voltearse, Kem notó que en su cráneo tenía un profundo hueco oscuro repleto de sangre. No pudo aguantar las ganas de vomitar al ver esa herida tan desagradable como si le hubiesen volado los sesos. Pero la curiosa viejita no parecía importarle ya que se movía con gran agilidad.

 Kem quedó paralizada y completamente sorprendida al ver que la mujer era llamada reiteradas veces por un altavoz. La interminable fila de personas se quedó mirandola boquiabierta a la señora que avanzaba pidiendo que abran paso hasta que finalmente llegó a un mostrador donde la atendió una señorita sumamente pálida pero con una inmensa sonrisa.

Una niñita tomó de la mano a Kem. Al verla notó que le faltaba un ojo y mitad de cabeza pero continuaba sonriente, lamiendo su enorme paleta y alzando un pequeño oso de peluche.

— Eres nueva, ¿Verdad? — preguntó la niña dándole una lamida a su paleta.

—No lo sé... ¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?.

— Estas en el peaje de los muertos. Yo estoy aquí desde hace 2 semanas, la fila es interminable. Hay gente que está esperando hace 35 años o incluso más. ¿Ves ese que está ahí? —dijo la niña señalando disimuladamente un hombre con barba que permanecía durmiendo en un gran sillón — Lleva esperando 700 años.  Realiza magia negra,  es mejor no hacerlo enfadar.

Kem observó al pobre hombre que dormía plácidamente aunque con el ceño fruncido. Estaba vestido completamente de gris y poseía un sombrero puntiagudo negro. Se sobresaltó al ver que en su pecho había un hueco enorme, tan grande que se podía ver la parte de atrás del sillón. Nuevamente comenzó a sentir nauseas.

— ¿Y tú qué estás haciendo aquí?— preguntó Kem al ver a la niña muy risueña a pesar de faltarle mitad de cabeza.

— Mi nombre es Carry. Me caí de un inmenso árbol y me rompí la cabeza. Fue genial, por un momento sentí que volada en el aire — dijo extendiendo sus manos como si fueran alas —  Llevo esperando 2 semanas más o menos aquí.

—Pero... ¿Dónde están tus padres?

— Arriba. En la tierra de los vivos. Están esperando que llegue la Marcha Negra para poder verme una última vez.

— Pero... no entiendo— Dijo Kem confundida mientras dejaba pasar a un hombre sin cabeza por su lado.

— Bueno, te explicaré. El líder de la marcha, el gran "GERD DEAD", no elige a cualquier muerto para llevárselo. Es muy estricto a la hora de elegir a sus nuevos habitantes, si ve que un muerto no ha sido bueno durante su vida no lo desea en su ciudad. Él solo busca difuntos ejemplares que puedan aportar algo a la humanidad del mundo de los muertos. Por ejemplo, el hombre de barba, no es casualidad que lleve 700 años aquí esperando ser recibido. Es su vida humana fue muy malvado, nadie querría llevar a alguien como él.  Veras... La "Marcha Negra" aparte de ser un hermoso desfile, es una ciudad donde los cuerpos vivos de los muertos viven tranquilos. Te daré el ejemplo del cementerio. En las tumbas los muertos duermen eternamente, pero Gerd Dead ofrece la oportunidad de vivir otra vida después de la muerte. Lógicamente luego de estar muertos. Las almas se encuentran con otro mundo,  pero los cadáveres permanecen — Kem escuchó con atención cada palabra que salía de la boca de la niña mientras continuaba de tanto en tanto lamiendo su paleta. 

La Marcha NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora