Los Ángeles, California
Han pasado dos meses desde que Zeref dejó a Natsu a su suerte. El pelirosa le tocó buscar una ciudad en la que la vida no fuera tan cara para poder sobrevivir con la cantidad de dinero en su cuenta de banco pero su esposa siempre exigía los mismos gustos como si él aún siguiera en la empresa.
Jenny: Natsu, necesito que firmes esto.
La rubia le entrego unos papeles al pelirosa. Era la carta de divorcio; irónicamente lo que siempre había anhelado él pero en la situación que estaba pasando en realidad deseaba apoyo.
Al parecer sus amigos igual le dierón la espalda y su padre igual no se ha comunicado con él. ¿Qué había hecho mal? Siempre fue un estudiante sobresaliente, nunca tuvo una novia, jamás le había dado problemas a sus padres e incluso era un buen trabajador.
Natsu: Esta bien, si es lo que quieres...
A pesar de su aspecto serio y sereno, al firmar el documento se sintió fatal. Él había apoyado a esa mujer a pesar de obligarlo a acostarse y casarse con ella, se hizo responsable de ella por dos años y le cumplió casi todos sus caprichos; incluso, paso por alto el hecho de saber que el psicólogo fue su amante pero el pelirosa no la culpaba, por que en la intimidad no podía simplemente estar con ella.
Jenny: ¿Crees que merezco esta clase de vida? ¿Estar en un hotel de mala muerte como este?
Natsu: No sé como tienes el descaro de decir eso, por dos meses hemos estado de hotel en hotel por que ninguno de los apartamentos que vimos te gusto. Además, tú sigues gastando como si me sobrara el dinero.
Jenny: Yo no tengo la culpa de que tu hermano fuera un insolente y nos echara de la empresa. Además, yo merezco tener un nivel de vida decente.
Natsu: ¿Sabes qué? Mejor vete con tu amante y sé feliz con el sueldo de un psicólogo, ¿si?
Jenny: ¿Sabías eso?
Natsu: Por favor, supe de cada hombre que metiste a la casa; al principio dude si el bebé era mío pero cuando mi hermano mando hacer la prueba de ADN cuando supimos del embarazo y salió que era mío, fue que decidí soportar todo por el bebé.
Jenny: Hablas como si yo fuera una puta...
Natsu: No te equivoques, jamás ofendería a esas mujeres que por trabajar, venden su cuerpo a estúpidos hombres sin escrúpulos. Ese nombre es mucho para tí, por que al menos ellas son sinceras en su oficio, en cambio tú, eres la persona más egoísta que he conocido y creemé que cada día maldigo esa tarde en la biblioteca.
La rubia se estaba enojando.
Jenny: ¡Mira Dragneel! Veremos que dice el juez...
Natsu: ¿Qué dirá un juez cuándo sepa que la infiel fuiste tú? ¿Quieres dinero?
El pelirosa enojado sacó de su billetera la chequera, firmó con la cantidad que en ese momento tenía en el banco.
Natsu: Tén, es todo el maldito dinero que tengo, ¿quieres más? Pues ve y buscate a otro pobre diablo.
Jenny: ¡No deberías ser tan extremo!
Natsu: ¿Extremo?
El menor de los Dragneel realmente estaba furioso; bruscamente, tomó del brazo a Jenny, la subio al carro y se dirigierón a la corte de familia de la ciudad.
Jenny: ¿Acaso estás loco?
Natsu: ¿Quieres el divorcio? Entonces, no te quejes, en un par de horas ya tendremos ese papel que confirmará nuestra libertad. No esperaré a que decidas si llevar el documento a la corte o no.
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Llueve Sobre Mojado (NALU Fanfiction)
Fanfiction¿Saben cómo duele ver que tu hermano menor sea obligado a algo que no quiere hacer? Mi nombre es Zeref Dragneel, hijo del empresario más importante del país. Tengo un hermano menor, el cuál debo ver ahora casarse con la mujer menos indicada para un...