Prometeme (Lemmon)

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¿Se puede sentir calor en medio de la fría nieve? Por supuesto que si. Cuando dos corazones que han estado separados y sufriendo por mucho tiempo se encuentrán, generán un calidez capaz de derretir hasta al más frío invierno.

Cuando la rubia sintió los labios de su amado, no pudo evitar derretirse ante esa calidez. Ella rodeó con sus brazos el cuello del pelirosa y se entregó completamente a él.

Cuando se separarón, ambos estaban llorando. Por un instante, les parecio que soñaban. Natsu tomó entre sus manos el rostro de la rubia y colocó su frente contra la de ella.

Él cerró sus ojos y las palabras salían con dificultad de su boca, debido a que aún lloraba.

Natsu: ¡Me alegra tanto que decidierás regresar con tus padres!

La rubia empezo a sentirse mal pero cuando él abrió sus ojos la culpa la abandonó.

Lucy: Yo...

Él hizo que callara colocando un dedo sobre sus labios. Le sonrió de una manera tán dulce, que la rubia sintió su corazón acelerarse más.

Natsu: Yo te entiendo pero por favor, no lo vuelvas hacer. No huyas de mí, yo te amo demasiado como para dejarte ir así por así. Por favor, prometeme que no te irás de mi lado.

La rubia estaba destrozada, había lastimado a la persona que ella amaba por un motivo muy tonto. Lucy creyó que su ausencia arreglaría las cosas con la familia Dragneel pero por lo visto no pensó en los sentimientos del pelirosa.

Lucy: Perdón...

Ella lo abrazó con fuerza, hundiendo su rostro en su pecho. No quería mirarlo, se sentía avergonzada por haber sido egoísta. Como siempre sus malas decisiones habían lastimado a otra persona; primero a sus padres y ahora a Natsu.

Pero a pesar de todo el egoísmo que la rubia había mostrado, Natsu entendía el motivo por el que ella se fue sin decir nada. Por lo que la abrazó aún más fuerte y besó su cabeza.

Natsu: No te preocupes, tú sabes que yo te perdono.

De pronto se escucho un grito de conmoción, asustando a la pareja; pues no se habían dado cuenta que la gente alrededor estaban aún  observándolos e incluso Jude estaba llorando.

En medio de los aplausos y felicitaciones, la pareja se incorporó a las actividades del festival. Layla estaba feliz de que su hija se reuniera con su principe azul. Por su parte, Jude le explico a Natsu el por que no le informarón de inmediato sobre la llegada de la rubia a casa.

Hasta cierto punto tenía lógica la razón, ya que no sabían si ella iba a huír de nuevo. Incluso hacer el encuentro en el festival fue arriesgándose a que ella corrierá para no enfrentar la situación; es por eso que Jude y Layla lo planearón en un lugar público, si ella huía alguién la detendría.

El festival como siempre fue un éxito, las personas comentaban alegres sobre la reunión de la hija de los Heartfilia con su principe azul. Hasta lo tomarón como símbolo de buena suerta para la ciudad.

Cuando todo hubo terminado, la ciudad se sumía en un silencio sin igual. La nieve comenzo a caer de nuevo y a través de la ventana del cuarto de Lucy, la pareja observaban atentos la tormenta de nieve. El pelirosa abrazaba por la espalda a la rubia.

Natsu: Es muy bonita la ciudad donde creciste.

Lucy: Gracias...

A la rubia aún le remordía la conciencia por lo que hizo. Estaba feliz de estar con Natsu pero al mismo tiempo se sentía inmerecedora por haber sido egoísta.

Natsu: Lucy, ¿aceptarías regresar conmigo a California?

Lucy: ¿A San Francisco o Los Ángeles?

Natsu: A ninguno de los dos.

El pelirosa la hizo que lo mirará a los ojos y le dio un beso en la frente.

Natsu: Sé que las cosas con mi padre no son fácil y en Los Ángeles, a pesar de que atraparón a los que te lastimarón, tengo miedo de que te vuelva a pasar algo. Por lo que pensé mejor iniciar mi propio negocio en Napa Valley.

Lucy: ¿Napa Valley? Pero ahí solo hay viñedos.

Natsu: Ahí empezaré a invetir. Quiero algo que no involucre a mi padre. No quiero que te sientas incómoda.

Lucy: ¿Hablas en serio?

Él acerco su rostro al de ella y sus labios estaban a centímetros de la boca de la rubia.

Natsu: Estoy muy seguro...

Le dio un beso tierno, un beso sin presión, un beso paciente, un beso que le transmitiera paz a su rubia. Con sus brazos rodeó la cíntura de su amor. Ella correspondio aferrandose a su cuello y sus pequeñas manos acariaban sus cabellos rosa.

Se amaban, de eso no había duda. Sus corazones estaban sincronizados y sus respiraciones se estaban entre-cortando. Los besos comenzarón a ser profundos y sus manos empezarón a despojar sus ropas.

Caminando lentamente se dirigierón a la cama, intentando hacer el menor ruido posible.

Natsu: Te amo, Lucy...

Lucy: Te amo, Natsu... Has sido lo mejor que me ha pasado...

Natsu: Tú tambien eres lo mejor de mi vida...

Sin decir más se besarón y esta vez no era como todas las anteriores. Esta vez se tomarón su tiempo para disfrutarse. Las caricias erán suaves e incluso parecía que el tiempo se detenía.

Él se adentró lentamente en la rubia, mientrás sus frentes estaban unidas intentaban mantener la vista uno en el otro, sonreían pero hubo un momento en que el placer ya no les permitió mantener sus ojos abiertos, por lo que se besarón, iniciando así un suave movimiento de caderas.

Tomaban aire en cuanto podían pero no se detenían. Perfectamente, Natsu sentía como ella aruñaba su espalda y le encantaba. Sus movimientos siguierón siendo lentos pero profundos. Escuchando como el interior de Lucy le recibía en cada embestida.

Él hundió su rostro en el cuello de la rubia, dejando rastros de besos en su oreja y cuello. En tanto, Lucy mordía sus labios procurando no hacer ruido pero cuando sentía no poder más rápidamente reclamaba los labios del pelirosa.

Las embestidas comenzarón a ser más profundas, como si él quisiera tocar el centro de su alma desesperadamente. Ella deseaba también que él tocará el centro de su alma por lo que impulsaba sus caderas para lograr que la penetración fuera más placentera.

El pelirosa podía sentir como el interior de la rubia comenzaba a estrecharse más, ante tal sensación apretaba las sábanas para contener su deseo de estallar de placer.

Cuando la rubia ya no podía más busco los labios de su amado una vez más y entre los besos le pedía más, con un tono de voz casi audible. Él obedeció a su petición, aumentando su ritmo y la sensación fue hermosa.

Sus mentes se nublarón totalmente ante el orgasmo, calmando en un beso los deseos de gritar sus nombres, simplemente se escuchaba unos jadeos y los látidos de sus corazones acelerados.

Al deshacer el beso, se mirarón por un instante, asegurandosé que no era un  sueño. Los movimientos del pelirosa se detuvierón hasta que no pudo más y se dejó caer sobre la rubia, la cual lo recibió entre sus brazos, besándo su melena rosada y susurrando a su oído.

Lucy: Te prometo que jamás me alejaré de tí de nuevo... Te amo...

Llueve Sobre Mojado (NALU Fanfiction) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora