Llueve Sobre Mojado (NALU Fanfiction)

¿Dónde Estás, Amor?

Los rayos del sol anunciaban la llegada de un nuevo día y en la estación de tren estaba una rubia con el corazón destrozado.

Las dudas inundaban su mente, ¿Habrá hecho bien en irse? ¿Se enojará Natsu con ella? ¿Qué pensará la familia de él con su pártida? ¿Será que Natsu encuentre a otra rápido?

Ella estaba cansada, muy cansada de la vida. Sus malas decisiones la llevarón a muchas cosas malas pero también eso le permitió encontrarse con Natsu, el cual le había dado mucha felicidad en corto tiempo.

El tren estaba llegando a la estación, ella suspiró pensando si regresar al apartamento con Natsu pero eso ímplicaba tambien que debía ponerlo en una penosa situación de decidir entre su familia y su relación.

La rubia suspiró de nuevo y tomo entre sus manos una camisa que pertenecía a Natsu, era el único recuerdo de lo que vivierón juntos, al menos tenía algo para tenerlo en su memoria siempre. Con mucho dolor se subio al tren, dirigiendose al único destino donde ella sabía que tendría paz.

En tanto, un Natsu con el corazón destrazado, lloraba sobre un papel estrujado en su mano. Cuando desperto miró que el celular de Lucy estaba encendido y sonaba su reproductor de música, la canción que ella dejo para repetir era "I Don't Want a Miss a Thing" y a leer la carta simplemente no podía creerlo, ¿porqué? ¿Acaso la vida le estaba jugando una broma?

Sus manos temblaban, el corazón le palpitaba aceleradamente y las lágrimas no se detenían.

Para el amor de mi vida:

Te preguntarás ¿porqué hice esto? Lo sé paresco una egoísta pero yo no quiero ser el motivo de la división de tu familia, suficiente tuviste con tu ex-esposa como para que yo venga a seguir con eso.

Realmente esta decisión rompe mi corazón y todo mi ser, pues yo te amo demasiado, como nunca lo había hecho. En tí encontré un motivo para seguir adelante, me mostraste que aunque llueva sobre mojado, debemos aprender a bailar bajo la lluvia.

Extrañaré nuestras noches, principalmente en aquellas que hablabamos después de hacer el amor. Natsu, ya no debes decidir entre tu familia y yo, me marchó por el bien de todos y espero un día me perdones.

Con mucho amor, Lucy.

Él no estaba enojado con ella, hasta cierto punto entendía el por que se había marchado. Estar en un entorno tan despiadado como el de la alta sociedad siempre ha sido tedioso.

Natsu: ¿Qué hago?

Mil ideas le vinierón a la mente, por lo que primero reviso las cámaras de seguridad y por supuesto ahí estaba ella caminando por los pasillos, llorando mientrás se marchaba y la última cámara grabo el momento en el que ella camino en dirección al sur.

En el sur esta Los Ángeles, puede que Lucy regresará con Sting y Rogue. De inmediato, el pelirosa llamó a Sting.

Sting: Aló.

Natsu: ¡Sting, necesito tu ayuda, Lucy se fue!

Sting: ¡Espera! ¿Cómo que Lucy se fue? ¿Qué paso? ¿Qué le hiciste?

Natsu: Creo que mi error fue aceptar regresar a San Francisco, han pasado muchas cosas con mi familia.

Sting: ¡Por Dios... ¿Dónde estará esta chica? No te preocupes, alertaré a todos por aquí y por favor has lo imposible por encontrarla, no queremos que la gente de Bora la encuentre antes.

¡En eso tampoco había pensado Natsu! ¿Y si ellos la encuentran antes que él? ¡No eso no podía estar pasando!

De inmediato se dirigio a la empresa familiar; él estaba enojado, frustrado y triste.

Igneel: ¿Porqué vienes tan tarde?

Sin decir más el pelirosa le dio un puñetazo en la cara a su padre, todos estaban sin palabras.

Natsu: ¡Es tú culpa que ella se haya ido!

Igneel: ¿Quién se fue?

Natsu: ¡Lucy! ¿Quién más? De seguro escucho la conversación de anoche. ¡¿Porqué no me dí cuenta?! Ella actuaba diferente anoche.

Igneel: ¡Yo no le dije que te abandonara y de seguro se marcho por que algo de razón tenía en todo lo que dije ayer!

Esa fue la gota que derramo el vaso, el menor de los Dragneel se le fue a puños a su padre y algunos empleados intentarón separarlos pero fue Zeref quien interrumpio el espectáculo.

Zeref: ¿¡Pero se puede saber qué pasa aqui!?

Igneel: ¡Tu hermano enloquecio!

Natsu: ¡Por la culpa de él, Lucy se fue!

El pelirosa había liberado demasiada ira y lo único que le quedaba era un sentimiento de impotencia. Zeref llevó a los dos a su oficina para calmar la situación. Mientrás los empleados murmuraban sobre la pena del hijo menor de Igneel.

Ya en privado, Zeref enfrentó a Igneel y Natsu.

Zeref: ¿Cómo que Lucy se fue?

El pelirosa ya no podía hablar, si abría su boca rompería en llanto, por lo que le entrego la carta a su hermano. Con rapidez, el pelinegro lo leyó y se sintió terrible. Su idea nunca fue incomodar a Lucy, al contrario él quería recompensarla por cuidar bien de su hermano.

Zeref: Lee esto, papá.

El padre de ambos tomó la carta con rudeza. La leyó rápidamente y miró a su hijo que lloraba en silencio. Algo en su interior le hizo darse cuenta de que había cometido un error con la rubia.

Igneel: ¿Ella nos escucho anoche?

De muy mala manera su hijo menor le respondio.

Natsu: ¿Tú que crees?

Zeref: ¿Revisaste las cámaras de seguridad?

Natsu: Si pero solo muestra que tomo la calle al sur pero ni siquiera llevo su teléfono con ella.

Zeref: Eso iba a preguntar... Por lo visto no tenemos muchas pistas...

Natsu: No sé que hacer, solo llamé a unos amigos para que me avisen si llega a Los Ángeles.

Zeref: Le hablaré a Ángel para que revise las cámaras de la ciudad para ver si tomo un auto, el tren e incluso un taxi.

Natsu: Mientrás buscaré en la ciudad y es posible que viaje a Los Ángeles esta noche.

El pelirosa no dijo más y se marchó. Igneel aún tenía la carta en sus manos y se sentía mal.

Zeref: No puedo creer que arruinarás de nuevo la felicidad de tu hijo.

Igneel: Quería protegerlo...

Zeref: ¿De Lucy? Por Dios, papá. ¿Acaso no mirabas lo feliz que erán juntos?

Igneel: Pero ella no tiene un buen pasado...

Zeref: ¿Quién tiene un buen pasado? ¿No crees que Natsu ya esta grande para darse cuenta quién es una buena persona y quién no?

Igneel: Yo...

Zeref: ¿No sabías que la atacarón? ¿Y si esa gente la encuentra antes que nosotros? En tus hombros llevarás el peso de la culpa si algo le llega a pasar.

El pelinegro abandonó la sala, dejando a Igneel muy pensativo y arrepentido.