"El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano."
Proverbios 18.24
Nazaret en la actualidad
Su rostro vagaba en mi mente, otra vez. Aquellos recuerdos, días, momentos en los que su sonrisa irradiaba luz y felicidad, fue eso y más lo que me enamoro de ella, sin haberlo planeado.
Ella se manifestaba en mis sueños, visiones o soñando despierto, confundiéndola con cualquier chica.
A veces, percibía haberla visto sentada en las sillas del frente de la Iglesia; exaltando y danzando la alabanza. Cuando tomaba la decisión de acercarme, me desilusionaba al notar que era otra chica idéntica a ella. Esas largas y rizadas pestañas eran características esenciales de Aurora en su rostro. Trataba de no recordar la condición en que la había visto por última vez: psicótica, aturdida, asustada y sin identidad propia. Simplemente lo remplace por recuerdos agradables de ella; la forma tan dulce de verme, sus manos cálidas tocando mis mejillas enrojecidas y su voz pasiva llena de vida. La amaba, la amo... ella lo es todo para mí, después de Dios. Porque sin Dios, no podría transmitir ese amor puro y sincero hacia otras personas. Era algo que solo Él pudo haber llenado en mí. Mis oraciones por ella no cesaban. Imploraba a Dios estuviera viva y con bien, cualquiera menos la muerta.
ꟷ ¡Saquen la fiesta que hoy es con todo! ꟷ grita mi compañero de clase, Jeffrey emocionado
Volví en sí y parpadee, acomodándome sobre mi asiento para recuperar la cordura.
Lo escuchaba pero me hacia el desentendido. Jeffrey era una distracción con la que tenía que lidiar desde mi ingreso a la Universidad, era un buen joven pero estaba obsesionado con las fiestas, el alcohol y las mujeres. Yo ya había pasado por todo eso, así que ya sabía en qué iba acabar el asunto. No quería lo mismo para él, por lo que en ocasiones sumamente íntimos y necesarios le compartí de Dios, pero jamás quiso escucharme, siempre se burlaba de mí o me dejaba hablando solo. Era cuestión de tiempo, yo lo sabía y no me iba a rendir.
Tome la pluma que tenía sobre mi pupitre y comencé a hacer anotaciones de la clase en mi libreta.
ꟷ ¡Joven, si solo viene a escandalizar a sus compañeros será mejor que pase a retirarse, por favor! ꟷ espeta la profesora Silvia a Jeffrey echa una furia.
Jeffrey trono la boca en respuesta, cruzándose de brazos y subiendo los pies al asiento de al lado. Toda el aula guardo silencio esperando con atención la reacción de la profesora.
Llevaba mi primer cuatrimestre casi por terminar en la Universidad Panamericana, había decidido estudiar Filosofía y Letras después de mi más grande decepción con la carrera técnica de Turismo, en pocas palabras, descubrí que la atención al cliente y la cocina no era lo mío. Por lo que opte por estudiar lo que más me apasiona, siempre he sido un ávido lector y en mis tiempos libres escribía poesía o pensamientos profundos para Dios. Sabía que me estaba metiendo a la boca del lobo porque me enfrentaba a los prejuicios y burlas de mis compañeros de clase por mis creencias. Algunos al principio me tomaron con respeto y seguían así, otros no me tomaban tan en serio; se burlaban de mi a mis espaldas o no me dirigían la palabra, pero no me importaba. Lo único que anhelaba era agradarle a Dios y hacer lo que a mí me apasionaba. Aunque me tomaban por el chico santurrón y aburrido de la clase (por no querer fumar mota ni emborracharme cada fin de semana), estaba a gusto porque mi intimidad con Dios era muy fuerte, y él es mi mejor amigo.
(...)
Camino a casa fantaseaba de nueva vez con la idea de toparme a Aurora, y encontrarla con bien. Ya había pasado más o menos más de un año después de todo, y no tener noticias de ella me perturbaba. Subí el volumen de la radio y empecé a tararear aquella alabanza que me ayudaba a suprimir los desesperados pensamientos cuando....
Resplandeciente, iluminada, llena de vida. Es ella, estoy plenamente seguro que es ella y no es parte de mi imaginación. La comisura de sus labios están ligeramente levantadas, sus ojos resplandecen a la luz del día y muestra aquella pequeña arruga que tiene en la frente. Aurora se encuentra sentada en el banco fuera de la plaza, junta a su ya conocida amiga Diana, platicando. Pise el freno del coche de golpe y quedo perplejo. Ahora no es parte de un sueño, era ella, ¡es ella! Cuando recobro el aliento y los sentidos oigo el claxon del auto de atrás esperando que avance sobre la avenida. Muevo el volante del lado derecho entrando al estacionamiento de la plaza. Busque algún lugar vació y me dispuse a estacionarme lo más rápido que pude. Salí del coche hecho un tumulto de nervios y emoción. Aun no lo podía creer.
Es inexplicable decir cómo me sentí al plantarme frente a ella y ver sus ojos puestos en mí. Diana se volvió a mi cuando Aurora soltó un grito agudo y fuerte al reconocerme.
ꟷ ¡Nazaret! ꟷ grito Aurora abrazándome con fuerza y emoción
Sonreí y suspire, rodeando lentamente mis brazos sobre su espalda. Inhale su fresco aroma a fresas haciendo caso omiso de la actitud mezquina de Diana.
ꟷ Estas bien... estas aquí ꟷ le susurre al oído apretándola hacia mí.
Aurora soltó un suspiro y correspondió mis caricias y abrazos. Al soltarse de mi, sonreía sin podérsela creer.
ꟷ Gracias a Dios estoy aquí; vividita y coleando.
ꟷ Pero... ¿cómo? ¿Cuándo fue que saliste y no llamaste? Nada. ꟷ le proteste
ꟷ Salí del Hospital de Psiquiatría, pero aún no estaba bien. Tengo mucho que contarte, es precisamente lo que le decía a Diana. Dios ha cambiado mi vida y confió que seguirá haciéndolo. Bueno, tu bien sabes de que te hablo.
En eso me vuelvo a Diana y le sonrió, ella pone los ojos en blanco apartando la mirada. No entiendo como alguien tan dulce puede ser amiga de ella, pero ni modo, he de estar enterado que Jesús nos mandó a estar en paz con todos. Así que decidí darle por su lado sin armar agravio alguno.
ꟷ Me da mucho gusto volver a verte. Yo también tengo mucho que platicarte, pero primero dejare que hables con tu mejor amiga. También tienen muchas cosas pendientes, ¿o no Diana?
ꟷ Ash ꟷ Diana se cruza de brazos poniendo su cara larga
ꟷ ¡Vamos Diann! ¡No seas grosera! ¿Qué te ha hecho Nazaret para que seas así de mala onda?
ꟷ Nada, es solo que nos quita el tiempo y también tengo derecho a convivir contigo.
ꟷ ¿Estas celosa?ꟷ le pregunto en broma.
ꟷ Solo poquito, verdad Diann ꟷ le dice Aurora guiñándole un ojo.
Diana sonríe hasta que suelta una carcajada y el ambiente se torna más agradable.
ꟷ Mira, te dejo. Si quieres en la noche paso a tu casa, no sabes que gusto les dará a mis padres de volver a saber de ti. Hemos estado orando mucho, Aurora, no sabes.
ꟷ Si lo sé. Por eso estoy aquí con bien. Y gracias por todo, por sus oraciones, por creer en mí y sobre todo en Dios. Gracias.
Se aproxima a mí y me da un beso en la mejilla, acariciando la palma de mi mano. Le sonrió y paso a retirarme despidiéndome de Diana y de Aurora. Camino al coche, vuelvo mis ojos al cielo y pienso << ¡Yo sé que fuiste tú, gracias!>>
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Perdonar merece la pena [TRILOGÍA #2]
SpiritualUna vida que ha quedado destruida, una identidad que ha sido robada y una fe que ha sido matada. En Aurora ya no quedan mas fuerzas ni esperanzas para vivir... por lo que ella tendrá que descubrir el propósito en su vida y permitir que quien mas la...