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"No tengas envidia de los malvados ni ambiciones estar en su compañía, porque solo piensan en la violencia y solo hablan de hacer lo malo."

Proverbios 24.1-2

Aurora

Permanecía sentada sobre la silla de madera, incomoda y acalorada. No lo voy a negar, los nervios me están matando y cada minuto que pasa deseo salir corriendo de ahí. Observaba una y otra vez el letrero que yacía arriba de la puerta " Dirección", y para apaciguar los nervios tarareaba alguna que otra alabanza que venía a mi mente. De momento, me sentí cohibida al ver tres chicas aproximarse hacia donde yo estaba; mirándome con ojos altivos y murmurándose entre sí. Trague saliva y apreté con fuerza la cruz de mi collar que mama me había regalado días anteriores. Supuse que se estaban burlando de mí, lo sabía por la forma en como me miraban y se reían entre ellas. Sabía que al regresar a la preparatoria mi vida sería un reto, pero no tenía opción, tenía que ser valiente y estar firme en lo que era ahora. No iba a permitir que me volvieran a humillar o dejarme llevar por influencias que en el pasado me habían hecho caer en lo más bajo. Esta vez iba a ser diferente. Sin embargo, Dios está en medio de todo esto y solo tenía que confiar.

ꟷ Yo confío... Cristo en ti confío, nunca me fallaras...ꟷ cantaba en voz baja aquella alabanza de Majo Solís que tanto me fascina.

ꟷ ¿Señorita, Lobett?ꟷ me llama la directora abriendo la puerta y asomando la cabeza por el umbral con una sonrisa de oreja a oreja.

ꟷ ¿Si? ꟷ contesté sobresaltada y hecha un tumulto de nervios.

ꟷ Puedes pasar ꟷ me dice sonriendo y guiñándome un ojo.

Aliso mi pantalón con la palma de mis manos, tomo aire y trato de no perder el equilibrio al momento que entro a la oficina. La directora me regala una amplia sonrisa cuando tomo asiento y cierro la puerta.

ꟷ Es un gusto tenerte aquí de nuevo, hija. Estábamos muy preocupados por tu pronta recuperación ꟷ me dice entusiasmada.

ꟷ Yo también... digo, estoy emocionada porque estoy feliz y coleando y espero ahora empezar con mejores notas este año.

ꟷ Si, lamento mucho que no hayamos podido revalidar todas las materias ya cursadas. Pero sabes, con todo y el cambio de administración, fue imposible poder hacer esos movimientos. Así que, me imagino que será hecha una papa la mitad de este año ¿no crees?

ꟷ Suena fácil ꟷ le digo esperanzada ꟷ. Pero confío en que será así.

La directora me sonríe y niega con la cabeza.

ꟷ Me sorprende tu optimismo, no cabe duda que vienes renovada. Y, esa es la actitud que queremos en nuestros alumnos.

Suelto un alarido en tono sarcástico, sabía que todos iban a notar un cambio en mí pero no pensé ser tan obvia. Solo Dios pudo haber hecho lo que siempre vi imposible.

ꟷ Ten, esta en tu tira de materias. Ya sabes los horarios y las horas de almuerzo. No me queda nada más que desearte suerte, Aurora. Espero tu estancia aquí sea amena. Cualquier problema, puedes venir a platicar conmigo.ꟷ me dice frotando mi mano amigablemente.

ꟷ Gracias, no se preocupe. Prometo no volver a dar problemas como hace unos años.

Reímos entre nosotras y salimos de la oficina mofándonos de la ironía de la vida.

(...)

Las primeras tres clases se tornaron interesantes y tranquilas, me sorprendí al ver caras nuevas y algunos que terminaron por reconocerme eran hermanos de los chicos que estaban en mi generación anterior. Había hecho mi primera y única nueva amiga llamada Perla, era igual que yo; tímida y prefería pasar desapercibida para no ser el blanco de los chicos sexys y malos de la escuela. Definitivamente, había aprendido la lección con Mauricio. Y por supuesto, no iba a dar hincapié a que volvieran a no tomarme en serio. Estaba decidida a tomar un verdadero cambio en mí con mis acciones. Claro, sin parecer rara como muchos otros nos critican cuando saben que somos cristianos.

Perdonar merece la pena [TRILOGÍA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora