"Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen la palabra de Dios, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones de esta vida y el atractivo de las riquezas, así que no se produce ningún fruto"
Mateo 13. 22
Diana
Estoy agotada y con un dolor de cuerpo que no me ha permitido dormir todo el resto de la noche. He llegado a casa corriendo y bajo la lluvia. Mamá no ha llegado de viaje, por lo que me ha beneficiado, así no notaría el estado en que he llegado. Pierdo completamente el conocimiento durante una hora acostada en la alfombra de mi recámara. Al despertar, ya es de día y los rayos de sol alumbran ligeramente mi habitación. Estoy presa del miedo y asqueada conmigo misma. Todo mi cuerpo esta pesado y ensangrentado. Grito echando maldiciones y largos sollozos. Mi cuerpo esta aquí pero mi alma esta muerta. <<¿Por qué Señor? ¿Por qué me has abandonado? ¿Por que permitiste eso?>> pienso. No entiendo aunque lo intento comprender el hecho que hayan violado mi cuerpo, mi alma y mi espíritu. ¿No fue suficiente lo que viví hace años?
Después de unos minutos, parece ser que ya puedo levantarme. Y es que duele... duele mucho. Camino hacia el baño de modo que pueda recargarme sobre la pared y dar unos cuantos pasos. Empujo la puerta con el hombro y caigo sobre el lavabo. Me quedo ahí un momento tratando de incorporarme para no perder el equilibrio. Levanto mi cara lentamente hasta que veo mi reflejo en el espejo. Mi ojos están rojos y llenos de lágrimas, el rostro con cortes y la sangre ya seca por todos lados. Mi cabello esta seco y encrespado, los brazos moreteados y ya ni hablar de las piernas. Me quedo de pie en silencio y asimilando todo. Abro la llave del grifo y dejo que el agua caiga sobre la tina conforme voy descendiendo y metiendo cada extremo de mi cuerpo, de pies a cabeza. Cierro la llave. El agua esta hasta arriba e incluso se desborda por todos lados. Entonces bajo la mirada y advierto en sumergirme y no salir de ahí jamás. Me siento vacía. Ya no le encuentro sentido a nada. Ya no me importa nada.
Recorro el baño con la mirada, pensando y tratando de llegar a una conclusión de todo esto. Ya no se que pensar ni se bien en que creer. Todo se ha esfumado. La luz de la luna entra por el pequeño ventanal que esta encima del lavabo, y es hermoso, es un placer poderlo admirar. Ya ha pasado mas de dos horas, por lo que me agarro de los bordes de la tina y me impulso para levantarme. Mis piernas duelen y también es porque están entumidas del largo tiempo que he estado sentada. Exhalo profundamente y salgo hacia mi habitación. Me pongo la bata pero no me tomo la molestia en secar mi cabello, da igual y ya no importa. Tomo el móvil y marco a mamá. Suena y suena, y vuelvo a marcar y vuelve a mandar a buzón. <<¡Estúpida! ¡No se para que me tuviste!>> Aviento con todas mis fuerzas el móvil a la pared y rompo en llantos. Me acuesto sobre mi alcoba, abrazando el oso de peluche desgastado y viejo. Entonces me quedo sumida en un sueño muy pesado y pierdo la consciencia.
Al día siguiente, aunque consigo despertarme permanezco en mi cama. Continúo adormilada por horas sin ganas de levantarme. Parpadeo con fuerza y vuelve el desgarrador recuerdo de aquel hombre. Lo veo tomarme con fuerza hacia el callejón y empujándome hacia el bote. Me desabrocha el pantalón y lo baja con todo y bragas. Al mirarle bien la cara, me doy cuenta quien es. Ese hombre alto, fornido, guapo, bien vestido, quien al verlo no te imaginas que sea capaz de tales bajezas. El chico malo que toda niña inmadura desea tener o siente que es el mejor partido por conseguir para demostrar su valor como mujer. El tipo se inclina y sigue con lo suyo. Yo solo quedo inmóvil pero muerta de miedo y con las lágrimas desbordándose por todo mi rostro. El ha venido por mí y aquí estoy para él. Así como mi tío. Para esto sirvo, y para esto nací.
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Perdonar merece la pena [TRILOGÍA #2]
EspiritualUna vida que ha quedado destruida, una identidad que ha sido robada y una fe que ha sido matada. En Aurora ya no quedan mas fuerzas ni esperanzas para vivir... por lo que ella tendrá que descubrir el propósito en su vida y permitir que quien mas la...