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"La oración eficaz del justo puede mucho"

Santiago 5.16



Oliver (en la actualidad)

Es la noche del día viernes, Tania y yo paseamos por la principal calle de la feria, bajo las luces que repelen la oscuridad, atravesando la multitud y riendo y platicando dejando atrás los juegos. Las luces y la música apaciguaban las conversaciones de las personas que nos encontrábamos ahí. Desde que conozco a Tania no le ha gustado las multitudes, al menos no fuera de la congregación, prefería la soledad del bosque y leer un libro en silencio. 

- ¿En qué piensas? - le pregunto a Tania al darme cuenta que llevamos bastante tiempo en silencio

- Es que he estado hablando con el ex de Diana

- ¿Quién de todos?

Tania me ve con repugnancia y arqueando las cejas. Yo río nervioso ante tu actitud.

- ¡Lo siento! Sabes que Diana cambia de novio como de calzones, por eso te pregunto

- ¿Pues quien más? De Fernando, obvio

- ¿Cómo? ¿Te ha hablado?- mi curiosidad estaba despertando los celos que yacían adentro

- Me agrego al Facebook y me pidió mi numero. Hemos estado hablando, supongo que necesita que alguien lo escuche

- ¿Porque le diste tu numero? - pregunto exasperado

- No seas celoso. Estamos pasando un buen momento y si te digo esto es para que no haya malos entendidos.

- Si pero explícame porque le diste tu numero

- No somos novios para que te pongas así

Suspiro y la suelto de la mano. Le doy la espalda caminando hacia la explanada donde están los puestos de comida de la feria. 

- ¿Y que importancia tiene? - me pregunta Tania tomándome del hombro - Es solo un amigo, y aparte tu y yo no hemos establecido nada

- Pero nos gustamos y lo sabemos. Si yo no te he dicho nada es porque necesitamos madurar más en muchas cosas - contesto recargándome en el barandal viendo el cielo y las estrellas tintineantes

- Solo le di consejos y le hable de la palabra. Yo no tenía idea que también viene de una familia cristiana como yo

- Sólo ten cuidado, él es igual que su novia. Diana es una doble cara y solo busca satisfacerse ella misma

- Lo sé. Por eso no acepte salir con él.

Decirme eso me hizo sentir mucho peor. El viento invernal calma mi enojo y las ganas de golpearlo. Pero entonces recuerdo las palabras de Efesios <<Si se enojan, no permitan que eso los haga pecar. El enojo no debe durarles todo el día, ni deben darle al diablo oportunidad de tentarlos>> Así que trate de mejor pasarlo por alto.

- Ten cuidado con él, no me es de fiar

- Lo haré


La mañana siguiente, aunque el clima estaba totalmente a mi favor, en casa no comenzó muy bien. Me levanté temprano para sorprender a mi familia con un cálido desayuno y poder irme tranquilo a la escuela. Lamentablemente, papa había amanecido muy mal. No entendía porque pero su dolor de cabeza no lo dejaba estar tranquilo y la fiebre lo tenia tumbado en la cama.

Perdonar merece la pena [TRILOGÍA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora