A Good Reason To Go; Camren G!P

Capítulo 7.

Mis lágrimas comenzaron a ser charcos y de charcos se convirtieron en ríos.

-Mierda, mierda, mierda. ¡MIERDA! -no podía parar de decirlo... eso y que era una estúpida.

Había cambiado al amor de mi vida por una aventura, había dejado ir a mi princesa. ¿Cómo era posible? ¿Porque carajos lo hice? Es increíble ver que le fui más fiel a un simple equipo de softball que a mi propia vida. Porque Camila era mi vida.

Y ahora por fin entendía que no sería nada sin ella. Ella era mi luz, ella me había sacado adelante en mi turbia vida, ella me había aceptado y me había amado. Ella me había hecho ver que podía hacer algo de provecho que no fuese drogarme y beber, me había hecho ver que podía hacer algo de provecho en mi futuro. Ella me había salvado. No estaría aquí si no fuese por ella y lo eche a perder.

*Flashback*

6 de Junio, Miami Florida. (7 años antes)

Estaba ebria, otra vez me habían insultado en ese colegio barato de mierda. Casi me golpeaban de no ser porque me defendí, pero si me habían insultado y eso, eso era más doloroso que un golpe.

¿Quien lo diría, no? Yo Lauren Jauregui, siendo insultada y en ocasiones incluso golpeada solo por el hecho de ser lesbiana. Pero ellos no sabían nada sobre mi situación. Y yo prefería que no fuese de esa manera.
Si me trataban tan mal por ser una mujer a quien le gustaban las mujeres, no quería saber como me tratarían por ser una mujer con un pene.

Yo no había pedido nacer así y estaba harta de ser maltratada. Mi mente de ebria pensaba tonterías. Quería acabar con mi vida. Estaba parada al borde de ese puente, quería saltar, pero no encontraba la valentía suficiente para hacerlo.
Respire profundo pensando en los tantos insultos que me habían dicho.

-Eres un monstruo Lauren.. una abominación. Nadie jamás va a quererte, eres fea, eres gorda, mírate, tan insignificante. Eres un error en este mundo. Gente como tú no debería existir. Es antinatural.

Maldita sea, esos insultos me llegaban hasta la fibra más dura de mi cuerpo. Me hacían despreciarme. Estaba pérdida. Y estaba lista para saltar.
Cuando estaba a punto de hacerlo alguien tomo mi cadera y me bajo de ahí.

-No lo hagas, sea cual sea la razón de esto eres lo suficientemente buena como para merecer esta vida. -esa voz delicada y dulce me envolvió. Sus ojitos de cordero me hicieron sentir en casa.

Y aunque no la conocía me lancé a sus brazos y comencé a llorar. Esos brazos me habían dado más amor del que alguien me había dado y eso aún siendo una desconocida. Era el abrazo más reconfortante de todos. ¿Quien jamás hubiese pensado que ella iba a unir todas mis piezas rotas y me sanaría?

*Fin Flashback*

Las lágrimas seguían saliendo, hace tanto que no lloraba así. Había dejado ir una gran historia de amor por un cuento de pacotilla.

-Lauren, amor ¿estas bien? -pregunto Tamara acercándose.

Pero antes de que incluso me tocará le grite.

-LÁRGATE

Ella abrió sus ojos como platos.

-¿Qué? Lauren ¿que pasa?

-¡QUIERO QUE SALGAS DE MI VIDA! LÁRGATE.

-Pero amor.. -No la quería ahí, ella era la culpable de todo. Ella sabía que tenía una relación con Camila y aún así me había engatusado.

-LÁRGATE DE AQUÍ. VETE. NO QUIERO SABER MAS DE TI. LA PERDÍ POR TU CULPA. MALDITA SEA. TODO ES TU CULPA.

La eche de mi casa y de mi vida, pero sabía que no era sólo culpa de Tamara. Yo también compartía la responsabilidad de esos actos, también era culpa mía, ¿por qué eras tan débil Lauren?
Camila me había enseñado que el amor era más fuerte que los deseos carnarles. ¿Por qué siempre tenía que hacer lo contrario a lo que me dicen?

Tenía que recuperarla, quería su perdón. Mierda, no lo merecía pero quería su amor devuelta. Tome mi celular y la llame.

Ni siquiera timbraba, me mandaba directo a buzón de voz. La llame una vez y dos, luego cinco, quince, veinticinco y cuarenta. Perdí la cuenta.
No sabía donde estaba, quería correr detrás de ella pero no sabía si seguía aquí. No sabía si se había ido, no sabía nada de nada.

¿Quien jamás hubiese pensado que ella iba a unir todas mis piezas rotas y me sanaría? ¿Quien jamás hubiese pensado que yo iba a destruirla?